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—Así que, ¿cómo se siente ser una princesa, Reagan? Supongo que ya te habrás acostumbrado—.le preguntó Edmund a la chica mientras salía de la habitación. Ella lo miró y se encogió de hombros. Sinceramente, a veces era divertido, pero la mayor parte del tiempo no se le permitía participar en muchas cosas.
—Aburrido. Pero está bien. No hablemos de mí, ¿qué tal tú? ¿Cómo va todo en Finchley?—
—Oh, ahora vivimos con nuestro estúpido primo. Ya sabes, el que gritaba antes. Es honestamente horrible. He intentado alistarme en el ejército un par de veces pero todavía soy demasiado joven, incluso he intentado usar la información de mi tío. Peter y Susan están viviendo en América y parece que se divierten mucho...—,explicó con tristeza.
—Bueno, me alegro de que todavía seas muy joven. Así volviste a Narnia, no lo habrías hecho si estuvieras en el ejército. Te he echado mucho de menos. Seguro que ya no me aburriría por aquí—,le confesó la chica a su entonces mejor amigo.
—Yo también te he echado mucho de menos. Y créeme, no te aburrirás conmigo y con Lucy por aquí. ¿Te has entrenado con la espada durante tu reinado?—.
—Por supuesto que sí. Estoy segura de que puedo vencerte ahora sin que me lo permitas—.
—¿Es así? Veámoslo—.
Y ahí mismo, Edmund y Reagan comenzaron un duelo de espadas entre risas. Sinceramente, Reagan había mejorado mucho, pero Edmund seguía siendo el mejor espadachín que Narnia había conocido, así que no fue una sorpresa cuando le quitó la espada de las manos a Reagan, sonriendo.
—Ya veo cómo podrías ganar, ¿eh?—,se burló de ella.
—Oh, cállate—,rió ella recogiendo su espada y la de Edmund. El capitán los mandó a todos a trabajar entonces, así que Reagan fue a colocar las dos espadas en su sitio mientras Edmund se acercaba a Lucy, que había visto todo el duelo.
—¿Cómo te sientes?—,le preguntó a su hermano mayor,—ya sabes, por haber vuelto y por haberla visto y todo eso—.
—Oh, me siento muy bien. He echado mucho de menos Narnia. Y a ella, por supuesto. Sólo espero que esto dure mucho tiempo—.
—Edmund, ¿tú crees que si navegamos hacia el fin de la tierra solo caeremos por la orilla?—Preguntó Lucy.
—Tranquila Lu, falta mucho para llegar—.
Y justo cuando terminó su frase y Reagan salió de la habitación, Eustace entró en escena subiendo a bordo. Los primos no hablaron mucho pero Reagan estaba decidida a hacer que Eustace se sintiera mejor así que empezó a hablar con él, Reepicheep también estaba ahí.
