vi. coriakin

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐈𝐒
𝐂𝐎𝐑𝐈𝐀𝐊𝐈𝐍

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐈𝐒𝐂𝐎𝐑𝐈𝐀𝐊𝐈𝐍

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Cuando salieron a la cubierta del barco, vieron que Reepicheep y Eustace estaban teniendo una pelea de espadas. Todos parecían divertidos con ello, pero Reagan no pudo evitar pensar que probablemente Eustace no había tomado una espada en toda su vida y que podía resultar herido tan rápido como se puede decir Aslan.

     En ese mismo momento, parecía que Reep se había ido por la borda y había caído al mar, pero con una sonrisa en la cara, Reagan vio cómo el ratón se escabullía a la espalda de Eustace y le tocaba con la cola en el hombro justo antes de empujarlo y hacerlo caer. En la caída, había empujado una canasta de la que surgió un grito agudo. Lucy se acercó a la cesta para ver qué o quién había dentro, y de ella salió una niña.

     —Gael, ¿qué haces aquí?—preguntó Rhince. Era su hija. Ella no respondió a su pregunta sino que se limitó a abrazarlo. El capitán de la nave se acercó a ellos y le entregó a Gael una naranja, dándole la bienvenida al Viajero del Alba.

     —Bienvenida a la nave—,Lucy y Reagan se pusieron delante de ella, sonriendo a la pequeña.

     —Sus majestades—,se inclinó ante ellas con una tímida sonrisa.

     —Llámanos Lucy y Reagan—,contestó Lucy,—ven con nosotras, te enseñaremos dónde vas a dormir—.

     Las dos chicas llevaron a Gael a su habitación, donde dormiría cómodamente. Justo cuando se sentó en la cama de Lucy (ya que era la más grande), se quedó dormida. Lucy y Reagan no se sorprendieron en absoluto, ya que hacía más de un día que la niña estaba en esa cesta, así que salieron de la habitación para dejarla descansar todo lo que quisiera.

     Horas más tarde, divisaron tierra y decidieron pasar la noche en la orilla y explorar por la mañana. Una vez que llegaron, pusieron colchonetas en la arena y sacaron mantas del barco. Lucy y Gael dormían juntas, con Eustace detrás de una roca, Caspian a unos metros de ellas y Reagan y Edmund no mucho más lejos.

     Todos se durmieron con bastante rapidez menos Reagan, que no parecía capaz de hacerlo.

     —Ed—,llamó en un susurro,—¿estás dormido?—

     —Ya no—,contestó él riéndose,—¿qué pasa?—.

     —Siento haberte despertado. Es que no podía dormir—.

     —¿Quieres que te cuente una historia?—,preguntó, y al ver que la chica asentía, comenzó,—hace años, en nuestra época, Peter entró corriendo en mi habitación...—

     Reagan no escuchó mucho más ya que la voz de Edmund la tranquilizó tanto que se quedó dormida rápidamente. Edmund no pudo evitar sonreír al ver a la chica durmiendo como un ángel, así que se quedó un par de minutos mirándola justo antes de quedarse dormido él mismo.

     La noche fue tranquila (salvo por los ronquidos de Eustace), o eso pensaron hasta que se despertaron y vieron que Lucy no estaba a la vista.

     —¡Edmund, Caspian, despierten!—Exclamó Reagan nada más abrir los ojos y ver la colchoneta de Lucy vacía y a Gael durmiendo solo,—¿dónde está Lucy?—.

     Nada más oír esa pregunta, todos se pusieron en pie y empezaron a llamar a la chica. Eso fue hasta que Edmund vio unas enormes huellas en la arena, y todos juntos empezaron a seguirlas con la esperanza de que les llevaran a donde estuviera Lucy. En el camino, encontraron la daga de Lucy, lo que sólo hizo que se preocuparan aún más. Las huellas les llevaron a un hermoso jardín.

     Reagan se asombró de lo bonito que era, ya que no esperaba encontrar nada parecido en esa misma isla, que parecía deshabitada. Pero sin embargo ahí estaba. Sus admiraciones fueron interrumpidas sin embargo ya que fueron atacados por una fuerza misteriosa que no fueron capaces de ver. O eso fue hasta que aparecieron monstruos de un metro de altura y gordos frente a ellos, haciéndolos reír a todos.

     —¿Qué le hicieron a mi hermana, enano tramposo?—preguntó Edmund amenazando a las criaturas con su espada.

     —Cálmate—,suplicó el que parecía el líder.

     —¿Dónde está ella?—

     —En la mansión—,admitió finalmente. Todos miraron a su alrededor tratando de encontrar la mansión, pero no estaba a la vista.

     —¿Qué mansión?—Preguntó Reagan.

     A los pocos segundos empezó a aparecer de la nada, tal y como había ocurrido con aquellas criaturas. Pero antes de que pudiera ocurrir algo más, Eustace entró en escena, quejándose de que le habían dejado solo una vez más, lo que hizo reír a Reagan. De las puertas salió Lucy con un anciano, que parecía ahuyentar a las criaturas panzonas. El opresor, lo llamaron, aunque Lucy lo presentó como Coriakin.

     Resulta que él había sido el que hizo invisibles a los 'dufflepuds', y tal como los había hecho, los hizo alejarse soplándoles algo en la cara. Caspian, Edmund, Eustace, Lucy y Reagan entraron en la mansión junto a Coriakin, que los llevó a una sala donde les mostró un mapa. Era sorprendente, tanto que hasta Eustace lo admitió sin darse cuenta.

     Ahí les explicó qué era la niebla y qué podían hacer para detenerla: debían encontrar las seis espadas perdidas de los seis señores perdidos, seguir la estrella azul y colocar las siete espadas en la mesa de Aslan. No sería fácil, por supuesto, pero debían hacerlo.

     Justo después, volvieron al barco y al mar una vez más, donde les esperaba una terrible tormenta. Lucy, Gale y Reagan no podían salir ya que Caspian no quería que les pasara nada, así que ahí se quedaron, mientras los dos chicos se reunían con el capitán para planear el siguiente movimiento.

     —Reagan—,Gale rompió el silencio haciendo que las dos chicas la miraran,—¿estás saliendo con Edmund?—.

     Lucy no pudo evitar reírse ante la pregunta, sabiendo muy bien la respuesta, pero Reagan se sonrojó locamente.

     —¿Por qué piensas eso?—

     —Los vi juntos. Y si no están saliendo, creo que deberían hacerlo. Eres hermosa y él también es guapo, y te convertiría en una reina en lugar de una princesa—.

     —Bueno,me aseguraré de decírselo—,prometió ella, sonriendo ante la ternura de la niña.

     —Bueno,me aseguraré de decírselo—,prometió ella, sonriendo ante la ternura de la niña

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Top 5 de mis parejas favoritas:
1. Karlee y Isaac
2. Cylia y Ron
3. Cyn y Carl
4. Reagan y Edmund
5. Circe y Riven

okey no, o si?

Ā² š’š€šˆš‹šŽš‘ | įµ‰įµˆįµįµ˜āæįµˆ įµ–įµ‰įµ›įµ‰āæĖ¢ā±įµ‰ ā½Ė”įµƒĖ¢ į¶œŹ³įµ’āæā±į¶œįµƒĖ¢ įµˆįµ‰ āæįµƒŹ³āæā±įµƒā¾ āœ“Donde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora