Cada año, los padres de Dean se iban de vacaciones a algún lugar fuera del país y dejaban su casa y a sus hijos solos.
Dean tenía tres hermanos mayores y dos menores, Howard, el mayor, había sido el que inicio con la tradición de hacer la fiesta cada año y era increíblemente emocionante pues los peores chismes, esos que podían arruinar la reputación de más de uno, se hacían presentes cada año en esa fiesta.
Y es que no era ninguna sorpresa, cientos de chicos iban cada año a la fiesta y su casa estaba a un par de kilómetros de alguna persona consiente y responsable.
Algunos se perdían en alcohol, otros se perdían con alguien y otros más en verdad se perdían, pero afortunadamente nunca habían encontrado a alguien devorado por un lobo.
Dean nos había presumido por semanas que esa sería la más memorable de las fiestas, pues sus papás le dejaron la tarjeta y él había comprado de todo tipo de alcohol disponible.
Loa adolescentes, solos, sin padres y con alcohol en el sistema, son peligrosos, son libres y la libertad los vuelve un tanto salvajes.
Mi celular comenzó a vibrar en mi mesita de noche y yo lo recogí, era Max, me asomé por la ventana y pude observarlo esperando en su camioneta, me eché un último vistazo, salí de mi habitación y comencé a bajar las escaleras.
— Con cuidado — me dijo una voz en la profundidad de la oscuridad.
— No debería estar tan sola — le respondí tajantemente, — ¿Dónde están mi padre y Elsie?
— Salieron, ya volverán — su voz era escalofriante desde la penumbra.
— Debería esperarlos, alguien como usted no puede estar sola — enfaticé viendo hacia la nada.
— Estaré bien, diviértete, pero no demasiado — intentó bromear, pero yo no me reí.
— Me largo — mascullé entre dientes.
— Nos vemos mañana — me respondió amablemente.
Sali de mi casa y en la punta de mi lengua estaba atorada la frase << ojalá no >>.
Sacudí la cabeza para ahuyentar los malos pensamientos y me dirigí con una sonrisa hacías Max, el cual me esperaba con la puerta abierta de su camioneta.
— Gracias — le dije después de que me ayudara a subir.
— Gracias a ti por regalarme esta hermosa vista — se acercó a mí con una sonrisa y me dio un tierno beso en los labios.
Cuando cerró la puerta y comenzó a caminar hacia la puerta del conductor no pude evitar lanzar un suspiro al ver lo atractivo que se veía con esa playera blanca entallada...
— ¡Bluagh! — alguien dijo detrás de mí.
— ¡¿¡Qué mierda!?! — grité mientras me giraba en mi asiento dispuesta a golpear a quien sea que estuviera ahí detrás.
— ¿Cómo es posible que quiera vomitar si aún no he tomada ni una gota de vodka? — me respondió Victoria con una mueca de asco en el rostro.
— ¡Casi me matas! — exclamé mientras me tomaba el pecho.
— Si claro — se mofó, — como si tuviera tanta suerte.
En ese momento Max subió a la camioneta.
— Es increíble ¿no? — señaló a Victoria con la cabeza mientras se ajustaba el cinturón, — mi hermana en una fiesta, seguro David te trae loquita.
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A different kind of blue✅
RomanceSer el rey y la reina del baile es algo que para muchos no es de mera importancia, pero para la preparatoria Miller ese no era el caso, y Elizabeth lo sabía. Ella no quería pasar desapercibida, por ello se empeñó en buscar al chico perfecto para que...