Capítulo 5

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¿Por qué tengo la sensación de que no debí haber venido contigo? la voz de Victoria se escuchaba cargada de arrepentimiento.

¿De qué hablas? le pregunté inocentemente mientras aparcaba el carro.

Me dijiste que vendríamos a comprar algo para tu trabajo de historia enfatizó, como si me tratara de recordar la razón que le había dado para que me acompañara.

Pues eso es lo que hacemos me encogí de hombros, ella se asomó por la ventana y al ver el edificio frente a nosotras no pudo evitar ponerle mala cara.

¿En un departamento de ropa?

¿Departamento de ropa? la miré con una mueca rara, ¿Quién le dice así?

Bajamos del auto y comenzamos a caminar, entramos al ascensor y Victoria me preguntó:

¿Para qué estamos aquí? su tono parecía serio, pero claro eso no me iba a poner nerviosa así que decidí que la mejor manera de evitar su pregunta era rodando los ojos al tiempo que la jalaba del brazo para que continuara caminando.

Solo relájate y acompáñame le respondí inocentemente.

No me lo puedo creer me miró de malas ganas, de nuevo. Me has engañado y ni siquiera llevamos una semana de conocernos debo aceptar que me preocupó el hecho de que arrastrara las palabras, incluso pensé que se daría la vuelta y se iría sin decirme nada.

Solo compraremos algunas cosas le aseguré.

Por supuesto ella no se lo tomó bien, se detuvo en seco y se cruzó de brazos en pleno pasillo.

Ahora pareces una cría, ahí parada haciendo un berrinche le dije sarcásticamente.

Como si lo hiciera a propósito, vi a sus labios apretarse en una línea, en cámara lenta.

Un segundo después y, para mi sorpresa, comenzó a caminar pesadamente en mi dirección, con semblante de resignación combinado con fastidio.

Bien ¿A dónde vamos? escupió entre dientes.

Genial, estaba enojada.

¿Qué te gusta? le pregunté y ella realmente se mostró confundida por mi pregunta.

¿A mí?

Pues sí, genio la señalé con el dedo, si dices libros... comencé a amenazarla, pero ella fue más rápida.

¡Libros! me respondió animadamente.

...no me lo puedo creer levanté los brazos dramáticamente mientras ella me regalaba una mirada burlona.

Bien, olvídate de los libros.

Eso nunca.

Victoria Oldman, la terquedad misma.

Solo un minuto le reclamé al borde de la desesperación. ¿Qué te gusta aparte de los libros?

A different kind of blue✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora