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—Se unió al coro de la iglesia, Wonnie —recuerdo que me contó un día tras llegar en la escuela. Sunoo se había lanzado a mi cama y había comenzado a mirar con ojos soñadores y una encantadora sonrisa hacia mi techo antes de finalmente hablar —Sunghoon —aclaró entonces, entendiendo que su repentino comentario quizás carecía de suficiente contexto —Y canta como los ángeles

Reí por lo encantado que parecía y me senté en mi escritorio, comenzando a hacer mis deberes, pues iba atrasado con ellos —Seguro no canta más bonito que tú

—Hablamos bastante, es hijo único como yo, al parecer le va bien en la escuela —contó y de pronto guardo un extraño silencio que me hizo levantar la mirada de mis apuntes y dirigirla a él, encontrando que tenía una gran sonrisa en el rostro. Alcé una ceja con curiosidad —¡Vamos a salir en tres días! Una salida de amigos, claro, pero una salida al fin y al cabo

Y tras aquello los días comenzaron a pasar, recuerdo que Sunoo lucía realmente emocionado el día anterior a la salida, me había pedido ayuda para elegir su outfit para el día siguiente y todo, pero cuando el viernes había llegado su emoción parecía haberse esfumado, pues había llegado a mi casa en lugar de a su cita

Sunoo debería haber estado en el centro comercial bebiendo una malteada junto al chico que le gustaba, pero en su lugar estaba acostado en mmi cama, hecho bolita, abrazando sus piernas contra su pecho con tristeza

—Me lo prohibió —murmuró tras estar en silencio por casi una hora —mi padre se enteró que saldríamos y me prohibió ir, amenazó con golpearme si iba —en ese tiempo no creía en el odio, sabía que era algo malo, que solo se daña quien odia, pero no podía evitar sentir el más grande desprecio por el padre de mi amigo, si es que a esa bestia se le podía llamar padre —Me dijo que no quería que lo contagiara 

Tras pensar en como alegrarlo, me acosté a su lado, de frente a él, y le sonreí con cariño. Recuerdo haber acariciado su cabello con dulzura como cada vez que estaba triste, y es que Sunoo era un ser tan puro que yo solo quería poder cuidarlo y protegerlo de todo el dolor que este mundo le provocaba

—¿Quieres que vayamos al centro comercial, los dos? —Sunoo hizo un puchero, dispuesto a responder que su padre no le había dado permiso, pero yo lo conocía como a la palma de mi mano, por lo que no lo dejé hablar —Te prohibió salir con Sunghoon, no conmigo. Vamos, mi abuela me dio dinero, así que prometo comprarte la malteada más grande que vendan tan pronto como lleguemos —intenté animarlo, moviéndolo suavemente

Claro, cuando le ofrecí que fuéramos al centro comercial lo hice para animarlo un poco, pues no soportaba verlo triste por culpa de su padre, pero no sabía que nos encontraríamos con un decepcionado Sunghoon a punto de salir del centro comercial tan pronto como nosotros estábamos entrando al lugar

The Story - SungSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora