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—Sunoo... —habló quien asumía era Sunghoon, con voz suave, asombrada. Sus manos estaban en sus bolsillos y tenía una mirada decepcionada en el rostro

Asumía que era Sunghoon pues encajaba con la descripción que Sunoo había dado. Alto, guapo, cabello castaño y muchos lunares por el rostro

Sunoo no supo que responder, no parecía capaz de formular frase alguna, y yo no estaba en posición de interrumpir

—Pensé... Pensé que me habías dejado plantado —admitió el chico

Sunoo no parecía notar lo que yo sí, y es que un chico no se decepcionaba ni entristecia tanto porque su amigo le fallaba en una salida, aquella era una decepción distinta, la decepción de un enamorado. Lástima que sunoo no lo haya notado

—Mi padre... Mi padre me prohibió venir —admitió mi amigo

Sunghoon de pronto se veía algo molesto, solo por haber escuchado la mención del desgraciado que se hacía llamar el padre de Sunoo —¿Te hizo algo otra vez?

¿Sunghoon sabía lo mal padre que era aquel hombre? ¿Sabría también porqué se comportaba de esa manera? ¿Sabría que... Sunoo era gay? Hasta el día de hoy no lo sé, pero puedo asumir que si no lo sabía, por lo menos lo intuía

Mi mirada de desconcierto probablemente fue muy evidente, pues Sunoo se tomó el tiempo de aclarar —Vio a mi padre golpearme un día tras la iglesia —ahora todo tenía sentido

Por primera vez Sunghoon pareció percatarse de mi presencia. Recuerdo que sacó una de sus manos de su bolsillo y la tendió en mi dirección

—Debes ser Jungwon, Sun me habló mucho de ti —su sonrisa era cálida, agradable —Es un placer

—Es un placer también, Park Sunghoon —respondí tomando su mano

Tras aquel gesto el silencio reinó entre los tres, incluso cuando el ambiente era consumido por el bullicio del centro comercial en general. Podía notar que ninguno de los dos lograba encontrar una forma de continuar con la idea de la cita, por lo que decidí hacerlo yo en lugar de ellos

—El loco de tu padre puede venir aquí a buscarlos, pero no conoce el parque que hay detrás de mi casa —informé y ambos me miraron algo confundidos —Su cita... —las mejillas de ambos enrojecieron, y me sentí feliz por sunoo, aún así me corregí a mi mismo —Su salida, pueden seguirla ahí, yo puedo cubrirlos

Y ambos parecieron felices con la idea, pues asintireron y salieron del centro comercial junto a mí. Ninguno se dio cuenta que yo lo noté, estoy seguro, pero el dorso de sus manos se había rozado todo el camino al parque, y otra vez, yo no podía estar más feliz por Sunoo

The Story - SungSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora