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Recuerdo que eran las ocho de la noche cuando la madre de Sunoo me llamó para decirme que mi amigo estaba en el hospital, y pese a la hora corrí a acompañarlo, sabiendo que la inútil de su madre y el bastardo de su padre no lo harían

Recuerdo haber llorado todas las horas que mantuvieron a Sunoo sedado por el dolor, y recuerdo haber llorado más cuando por fin abrió sus ojos, y él lloró de alivio al ver que quien estaba a su lado era yo y no su padre

—Mi padre... —Sunoo me iba a explicar, pero lo detuve. No haría que me contase algo tan terrible, especialmente cuando su madre me lo había contado antes

—Lo sé, lo sé... —dije acariciando su cabello

El silencio reinó en el cuarto un largo tiempo en el que ninguno sabía realmente qué hacer, yo simplemente hacía lo posible por consolarlo con mi presencia, hasta que él finalmente rompió el silencio, con una pregunta hecha con voz suave, temerosa de la respuesta

—¿Sabes algo de Sunghoon?

Juro que pensé en mentirle, ya estaba dañado física y emocionalmente por su padre, no quería dañarlo con la noticia de Sunghoon, pero a la vez no podía mentirle, él sabría que estaba mintiendo, por lo que seguí acariciando su cabello y comencé a acariciar su mano con mi mano libre

—Él está bien, solo lo castigaron, y sus padres... lo cambiaron de escuela para el próximo curso, y se devolverán a la ciudad en que vivían antes dentro de dos semanas

Las emociones en los ojos de Sunoo eran confusas, parecía aliviado de que Sunghoon no haya sufrido lo mismo que él, especialmente pues los padres del chico no sabían de su sexualidad, pero se veía triste, abatido por la idea de perderlo junto en aquel momento en que no podía quererlo más

—Todo va a mejorar, Sunny, te lo prometo. Mejorará en algún momento —murmuré, incapaz de pensar en alguna otra forma de consolarlo, pues sabía que no quería mi consuelo, quería a Sunghoon

The Story - SungSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora