El amor es divertido, como fuegos artificiales en medio de la oscura noche, estallando en colores y haciendo brillar el cielo entero.
El amor es tranquilo, como el susurro del mar después de una tormenta, suave y sereno, envolviendo el alma en paz...
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— Supongo que mi felicidad no podía durar tanto sin cumplir mi parte ¿Cierto? —Habló para si mismo el omega para segundos después soltar un fuerte suspiro mientras se echaba el perfume que el adinerado alfa le había regalado. —Si voy así vestido no debería haber ningún problema ¿No?
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El omega estaba vistiendo su pijama favorito de ositos, aunque a simple vista si los llevaba por separado podían parecer prendas de vestir comunes. Pero no le importó ya que se dejó el pijama completo como lo llevaba.
Se dirigió a la cocina, tomándose su tiempo para preparar su desayuno.
Escuchó su teléfono sonar, indicándole que tenía una notificación, siendo esta un mensaje más de YoonGi.
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El peliazulado bufó, aunque admitía que no se sentía con ganas de arreglarse, no quería tapar su cabello recién teñido ahora que este se veía más vivo.
— Bueeno, lo que sea. —Dijo rodando los ojos y comiendo su cereal con yogur, fresas y miel, una deliciosa combinación que desde que la descubrió se convirtió en su desayuno favorito.
Tras un buen rato, cuando el omega ya terminó de desayunar, tomó la copia de sus llaves y su teléfono dirigiéndose a la puerta del apartamento. Su intención desde el principio fue tomar el metro para llegar al lugar más rápidamente y ahorrarse tiempo de espera dentro del taxi o autobús en las aglomeradas calles donde siempre el tráfico era muy concurrido, así que eso fue lo que hizo y en cuestión de 20 minutos aproximadamente ya se encontraba frente al edificio de la empresa del alfa.
