Conquista de montaña

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Parousia,Grandall(tres días después)
Strife:
-¿Cómo marchan los planes?
Girardot:
-Mal. Necesitamos refuerzos cuanto antes.
-No habrá refuerzos. Apañaos solitos.
-¡Nos machacaran cuales cucarachas!
-Debéis mantener la posición y defender.
¡Pero...!
-¿Qué os he ordenado?
-Mantener la posición y defender.
-Espero noticias tuyas pronto.
-Grr...
Herena,Haltesse(seis días después)
Desde la ventana solo se podía ver a gente sufriendo. Mirando como morían ellos y se morían las últimas esperanzas con ellos. No había más guerreros en la ciudad. Todos habían acabado bajo los pies de Maletta. Pronto irían a por nosotros. Mi mente temblaba solo de pensar en ello. Esperábamos a Girardot impacientes,unos más que otros. No podíamos atacar solo cinco. Eso era algo muy suicida contra Maletta:
-¡No puedo más!-gritó Eurydice-Voy a ponerme a llorar con tanta gente gritando. Tengo mucho miedo.
-No moriremos aquí.-dije yo-Aún tengo planes de escapar.
-No necesitamos escapar.-dijo Meiga-Necesitamos un plan para atacar.
-Soy una asesina desde no hace mucho.Tengo mi experiencia.
-Haltesse...parecía tan...-dijo Riese.
-¿Tan...?-preguntó Aeneas-¿Qué tenía de especial una tierra como esta?
-Mi familia venía aquí a menudo. Tenía amigos. Adoraba este lugar. Tan nevado...,tan bonito...,parecía un sueño. Ahora Herena es una espiral de destrucción y muerte.
-¡Por fin!-gritó Eurydice-¡Girardot!
-Ya estoy.
-¿Y...los refuerzos?-preguntó Riese.
-Lo siento. No habrá refuerzos.-dijo Girardot.
-¡¿Qué?!-gritó Eurydice desesperada.
-Nuestra misión es defender y mantener la posición.-dijo Girardot.
-No pasa nada. No será la primera vez que nos enfrentemos a algo como esto. ¿Verdad Lilyan?-dijo Aeneas.
-Defendamos entonces. ¿A qué esperamos?-dijo Riese.
-No sólo tenemos que defendernos. Ayudemos a los haltesses.-dijo Meiga.
-No podemos hacer nada.-dijo Eurydice.-Están casi vencidos.
-Llegaremos. Adelante.-dije.
Al salir me dirigí hacia el oeste. Un muchacho rubio estaba siendo atacado por soldados malettienses. Yo corrí hacia él y le dejé a Furia para que volviera a la base y que descansara allí:
-Nunca pensé que nos ayudaríais,gracias.-me dijo él jadeando.
Yo mandé a Furia al lugar acordado y ataqué a los soldados enemigos. Eran muy fuertes pero Meiga se unió en la batalla y me ayudó,consiguiendo así que vencieramos. Al este las cosas se ponían más movidas cada vez. Mis compañeros y Girardot tuvieron grandes complicaciones. Pudieron salvar a dos muchachas más. Los demás murieron en la batalla. Me apenó no poder salvarlos.
Los soldados malettienses fueron huyendo hacia el sureste,dirección a Maletta. Acercándonos al baluarte principal volvió a aparecer Mooncalf:
-¡Lo siento,pero no tengo tiempo para cortesía!-gritó ella.
-Pagarás por ello. Estás perdonada.
La volví a vencer gracias a mis ataques rompedores de defensa. Fue muy sencillo,más que la primera vez. Es como si no estuviera preparada y antes sí.
Baluarte principal de Maletta. Girardot me explicó por el camino que allí se encontraba el mejor guerrero del rey Demuth,Hyle. Me dijo que era fuerte y defensivo. También que su espada había ganado diez mil batallas seguidas. Pero a mí no me resultó difícil vencerle. No me daba miedo.
Maletta huyó dejando Herena como una tierra destruida. Todos volvimos a la base.Podíamos decir que..."Haltesse era nuestra". No estaba muy segura de ello:
-Volveremos a Dalkia. Estoy seguro de que Abelia te necesita.-dijo Girardot.
-Tiene su grupo. No va a querer que nadie la ayude.-dijo Eurydice.
-No nos habría mandado un mensaje entonces con petición de ayuda.-dijo él alzando una pequeña carta-Nos esperan en Klerssispemdo.
-Klerssispemdo...-dijo Meiga-Normal que pidan ayuda. Las "dalkianas de la tierra" son de Klerssispemdo.
-"Dalkianas de la tierra".-dije-Menudo mote más absurdo.
-Haltesse...-dijo Riese.
-¿Qué ocurre?-dijo Aeneas.
-Sé que lo estamos haciendo bien,porque nos lo manda el General,pero...-dijo ella preocupada.
-El que obedece nunca se equivoca,pero el que manda obedecer es el que puede errar.-dije yo-Vamos. Tenemos que ver como están los haltesses rescatados.
Los tres muchachos estaban en tres camas,doloridos. Eurydice se encargó de vendarles y curarles laa heridas. Una de las chicas,morena y de ojos oscuros,me miró y me dijo:
-Gracias otra vez.
-Era lo necesario.
-Podrías habernos dejado morir.¿Por qué no?
-Tu comandante es humana por mucho que no te lo imagines.-dijo Girardot.
-¿Comandante?¿Humano?¿En esta época? Creo que tu comandante no ha visto el mundo de verdad.
-Al contrario,créeme.-dijo Meiga.
-Bueno,en ese caso...Te prestaré mi espada.Soy Ailian.-dijo ella extendiendo su brazo.
-Lilyan.Bienvenida a Grandall.
El chico rubio de ojos marrones se levantó enseguida de su cama y se arrodilló ante mí:
-Leraje para serviros con su espada.Defenderé mi vida con ella y si hace falta,la suya.
-No defiendas la mía. Defiende la tuya que con eso basta.
Miré a la pelirroja de ojos verdes. Ella me miró a mi con ojos rencorosos llenos de odio. Leraje la miró con una cara que decía "Presentate". Ella me volvió a mirar y dijo:
-Kanon.
-Kanon. Desde hoy seré tu lider. Más vale que te vayas acostumbrando.No me ando con juegos y menos con niñerías. Esto es la guerra. Pero paso de luchar contra ti.
-Perdónela.-dijo Leraje-Es así de idiota.
Salí echa una energúmena. Monté en Furia,dirección Klerssispemdo. Dejábamos Haltesse pisando con herradura:
-Adiós,Haltesse.-dijo Riese.
-Adiós solo se dice cuando uno va a la guerra.-dije.
-¿No lo he dicho bien?
-Se dice pero cuando no vas a volver.
Y yo pensaba volver.

La guerra entre espadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora