Era de noche,los rebeldes no habían huido muy lejos pero todos estaban en el mismo punto,en el mismo baluarte. Nosotros llegamos a conquistar uno de sus baluartes y todos se movieron. Yo me quedé defendiendo la base y mis compañeros se desperdigaron por el campo. Pero los rebeldes no atacaban a los demás,se dirigían todos hacia mí. Tina se acercó hacia mí:
-Esta no es tu posición.-dije.
-Lo sé. Pero si ellos te vencen,nosotros perdemos.
Cogí a mi compañera y la subí a mi espalda, agarrándola a mis brazos en cadena. Yo di vueltas como una peonza,y Tina daba patadas a diestro y siniestro. Conseguimos poner a distancia a los soldados rebeldes. Luca cogió de una bolsa una especie de bomba,y empezó a lanzar miles de ellas desde un árbol alto. Yuilin decidió unirse a nosotras y empezó a dar fuertes patadas que derribaron a muchos de un golpe. Abelia...ella no quiso aparecer. Estaba extraña. No hablaba,no dormía. Casi me parecía normal que no comiera ni bebiera,hasta que respirara. Era como si estuviera solo pensando en la venganza,una y otra vez.
Todos los rebeldes fueron derribados. Parecía mentira que fueran liderados por un gran estratega del imperio.
Nos acercamos al baluarte principal rebelde. Abelia vio como alguien se acercaba a una ventana y gritaba con fuerza:
-¡Cobarde!¡Ven aquí!
-Parece que os he subestimado bastante...-dijo la extraña figura.
-Si...Parece que hemos echado a perder tu gran plan de defensa-dije-Una lástima...
Un hombre bajó y nos atacó. Fue rápido vencerle,puñetazo a puñetazo. El campo de batalla estaba lleno de sangre y cada vez nos acercábamos a la base rebelde. Tina estaba muy disgustada. Ninguno de ellos sabía por qué luchabamos. Yo tenia alguna idea,pero me apetecía volver a los tiempos de batalla,no tenía nada que perder.
Estábamos cerca. Un campamento protegía la base enemiga. De repente,el líder de estos salió del baluarte. Me acerqué a mirar y me di cuenta de quién era: el General Girardot.
ESTÁS LEYENDO
La guerra entre espadas
AdventureLa guerra está cerca...pero no sirven principiantes. El hombre elige su espada y la espada elige su destino y la verdad...