Un nuevo renacer

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Mis compañeros ya se habían recuperado cuando entramos al palacio. Estaba oscuro hasta que las puertas se cerraron. Todas las luces iluminaron la sala al momento:
-Menudo palacio más lúgubre...-dijo Luna-¡Mira,parece que salen a recibirnos!
-Son la resistencia. El cuerpo armado más fuerte del ejército. Lo que hemos visto no era nada comparado con lo que hay ahora.-dijo Abelia.
-Son 20 caballeros armados con furia. Será difícil llegar hasta Strife con vida-dijo Aeneas.
-Nosotros os cubriremos hasta llegar a las escaleras.-dijo Meiga.
-Adelante.¡Por Arthias!-dijo Riese.
Una masa de guerreros de Grandall se acercaba a nosotros. Tenían sus banderas rojas con el corazón y la espada. Todos atacamos a todos. Luna,Abelia y yo atacabamos a la par,dirigiendonos a las escaleras. Rudiger,Meiga y Feofan nos cubrían las espaldas y nos abrían paso. Cuando toqué el primer escalón agarré los brazos de mis compañeras y tiré de ellos para subirlas. Las escaleras estaban despejadas. Demasiado despejadas. O Strife tenía gente a sus hombros o nos lo dejaba muy fácil. O podría ser que fuera tan difícil de derrotar que no necesitaba escolta.
Allí estaba,sentado en su trono. Mirándonos con sus ojos amarillos y sonriendo con una sonrisa pícara y maliciosa:
-Después de lo que he hecho por vosotros...¿Ahora os revelais?-ninguna de nosotras contestó-Por favor...No tenéis ninguna posibilidad.
-Te equivocas completamente.-dijo Luna.
-Luna de Dalkia...Qué enternecedor...
-Me temo que os equivocais. Pues bien sabéis que soy de sangre malettiense,pero soy arthianita.
-Estupendo...Adoro vuestra bandera. Me recuerda a las banderas del campamento cuyo impresentable general cuidaba.
-Ese general es el motivo de nuestra revelación. Y por tanto de tu destrucción.-dijo Abelia.
-Pobre rosa del desierto. Que pena que nuestra relación haya durado solo tres años. Aunque me veía incapaz de ponerte el anillo viendo venir las cosas.
-Errar es humano.
-Humano...Vais a conseguir hacerme llorar.
-Echarás más que lágrimas cuando esto acabe.-dije.
-Azucenita,que pena me das.-dijo mientras se levantaba-Eres realmente formidable. La gente te mira orgullosa,te aclama por las calles. Tú te escondes aún así. Pero ahora me arrepiento de no haberte matado cuando tenía ocasión.
Se abalanzó a nosotras pero conseguimos esquivarle. Con su gran espada barrió a Abelia de un golpe. Luna cogió carrerilla y saltó encima de su cabeza varias veces. Yo aproveché aquel momento de debilidad y lancé mi ataque imparable. Pero no el combate no había hecho nada más que empezar y Strife no había sido dañado apenas. Me alcanzó con su espada y me di cuenta de que se había recuperado de nuestros golpes. La espada maldita le estaba sanando pero también le dañada,al igual que a Abelia cuando portaba aquella espada. Iba a ser difícil.
Luna se lanzó hacia Strife y este se defendió con su espada,quedándose la espada de Luna encajada en la espada maldita. Abelia hizo la misma tontería y también se quedó encajada. Yo evité acercarme a él pero él se acercaba a mí. Estaba acorralada entre el balcón y las escaleras. Me atacó y me defendí con mi espada que quedó clavada. La espada maligna se rompió en pedazos. Estábamos desarmados y el combate se había convertido en un combate cuerpo a cuerpo. Puñetazo a puñetazo y patada a patada no me ganaba nadie. Strife acabó cayendo por el balcón que daba a la calle. Luna cogió una manta ardiendo y la tiró encima suya. Abelia tiró una antorcha encendida a los restos de espadas. Solo quedaron cenizas rojas y azules que el viento se llevó con él.
Miramos por el balcón y dije:
-Se despide la flor de loto.
-Las rosas tienen espinas que pinchan.-dijo Abelia.
-Paso de inventarme algo así.-dijo Luna.
Habíamos vencido.
Bajamos las escaleras. Nuestros compañeros se veían agotados y algunos,vencidos. Pero estaban todos vivos. Los soldados enemigos no estaban. Solo se veían algunos cadáveres,el resto habían huido como gallinas asustadas.
Meiga se acercó a mí y me llevó por las escaleras de la mano. Me llevó al piso más alto,el quinto,y me llevó al balcón que daba a la parte frontal del palacio. Nuestros compañeros nos seguían por detrás. Empecé a oir un pequeño bullicio que provenía de la calle. Al mirar por el balcón se veían a cientos de personas aclamando y aplaudiendo:
-Esto es lo que has ganado.-dijo Meiga-Estoy muy orgulloso de ti.
-No lo he ganado sola. Todos mis compañeros lo han hecho conmigo.
-Sabes que no estás sola.-dijo Aeneas-Todos estamos contigo.
-¡Por algo somos tus amigos!-dijo Tina.
-Amigos...quizá me pueda acostumbrar a eso.
Meiga cogió mi mano y alzó mi brazo a lo alto. Toda la gente aplaudía nerviosa y emocionada y gritaban frases como:"¡Viva Arthias!"o"¡Viva Lylian!"
Todos se callaron de repente,como si esperaban que dijera algo. Me quité la capucha que me cubría la cabeza y la capa. Salté a la barandilla del balcón manteniendo el equilibrio y finamente tiré mi capa. Adiós a los secretos. Adiós a la guerra. Adiós a Grandall. Aquel iba a ser el nacer de una nueva era en la que la cabeza de caballo resplandecia sobre el fondo azul de la bandera.
Malexía,capital de Arthias(tres días después)
Abelia:
-Necesitamos un rey.
Riese:
-Lo justo sería que Lylian se quedara con el trono.
Xiaoxin:
-Entonces es decisión suya.
Kanon:
-Ahora solo hay Arthias. Necesito mi tiempo.
Jinkai:
-No solo Haltesse ha dejado de existir,¿verdad Luna?
Luna:
-Todos tienen una familia. Odio ver como los soldados arthianitas abrazan a sus esposos y mujeres.
Abelia:
-Los campos están arrasados. Tardaremos años para que esto vuelva a la normalidad.
Eurydice:
-Nada volverá a la normalidad.
Leraje:
-¿No estábamos discutiendo sobre el nuevo rey?
Aeneas:
-Lylian es tu decisión.
Lylian:
-Abelia.
Abelia:
-¿Yo?
-Te he elegido. Ahora no te puedes echar atrás.
-¿Qué pasará contigo?
-Me gusta la vida tranquila. Prefiero volver al bosque de cerezos en mi cabaña destartalada.
Abelia me dio un abrazo fuerte diciendo: "Gracias por confiar en mí". Yo me despedí de todos y volví a la entrada. Me esperaba Meiga con su caballo y Furia. Para mi sorpresa, Rudiger me siguió a la entrada. Antes de montar en Furia,mandé a Meiga a continuar el camino:
-Qué pasa.
-¿Por qué lo has hecho?
-Abelia será la reina que Arthias necesita.
-¿Volveremos a vernos?
-Quién sabe. Todavía estoy improvisando.
-...
-...
Creo que os podéis imaginar bien lo que pasó... Pude oír una voz desde arriba que gritaba "¡Vivan los novios!".
Aeneas...has conseguido estar en mi lista negra,pero no salgas de ella.
Adelanté a mi hermano por la izquierda. Él me miró con sonrisa pícara:
-Odias lo romántico,¿eh?
-No empecemos otra guerra.

La guerra entre espadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora