Ahí estaba él, en medio de aquellas cuatro paredes mientras sentía que los segundos eran eternos, no se podía escuchar nada más que su respiración y como la suela de su zapato golpeaba suavemente contra el piso, estaba nervioso y sin darse cuenta empezó a resbalarse por la pared hasta quedar sentado en la fría baldosa mientras abrazaba sus piernas. En aquel momento solo podía pensar en su novio y prontamente esposó, en los sueños que crearon juntos, en sus logros y metas, en cada momento que pasaron ya fuera alegre o triste, cada pequeña promesa que hicieron para estar juntos con todas esas cosas en mente se había perdido en sus pensamientos, hasta que el sonido de su teléfono lo saco de sus pensamientos, era la alarma que había programado, con manos temblorosas la apagó, soltó un largo suspiro y empezó a levantarse lentamente, tenía los ojos cerrados, estaba demasiado nervioso por aquel resultado, tenía un caos en la mente y no sabía que hacer, quería llamar a su mejor amiga pero sabía que está estaba ocupada trabajando, por lo que solo empezó a caminar lentamente hasta llegar al lavabo dónde con cuidado agarró aquella prueba que había hecho, al verla sus ojos se llenaron de lágrimas, la mente la tenía en blanco y sin noción del tiempo llegó a su habitación.
–Es positivo– le dijo a la nada– es positivo...
Las lágrimas seguían escurriendo por sus mejillas y parecía que no se detendrían pronto , pero la sonrisa que adornaba su rostro era incomparable, sus mejillas y nariz estaban rojas por el llanto, incluso pequeños hipidos salian de sus labios pero eso solo era de alegría pura, aquella prueba de embarazo era positiva, pronto tendría una familia con la persona que más amaba, con el alfa con el cual siempre soño estar, con quién siempre lo había apoyado en todos sus sueños y con el que se casaría para pasar el resto de su vida juntos.
No supo cuánto tiempo estuvo llorando en su cuarto, pero cuando se calmo decidió buscar una forma única para decirle al azabache esa gran noticia, quería que fuera algo especial y sorprendente como su relación, aún era un caos de pensamientos pero empezó a buscar las ideas, definitivamente cocinar no era una opción, envolver la prueba en papel era algo cliché, el quería algo más, por lo que decidió cambiar su pijama y salir a buscar por las calles de Tokyo algo que le gustara.Después de salir de su departamento y caminar un buen rato por las calles de la ciudad no había encontrado nada, estaba algo abrumado por todo lo vivido ese día, pero no podría ni quería esperar para contarle a su novio, por lo cual estaba decidido a caminar por toda la ciudad si era necesario, en un punto de su búsqueda decidió pasar a comer a un pequeño restaurante, la decoración era alusiva a los héroes de Japón y sonrió al ver que en los muros estaban pósters de sus conocidos w incluso él, después de pagar su comida estaba dispuesto a irse hasta que vio unos pequeños juguetes de Suneater, por lo cual sin pensarlo mucho lo compro, siguió su camino por la plaza aunque cada cierto tiempo se entretenía con algún juguete o disfraz para bebés, la tarde ya había caído y hasta ahora solo tenía una bolsa muy grande llena de artículos para bebé que le habían parecido graciosos, estaba por rendirse hasta que llegó a una tienda de joyería, entro y vio algo que iluminó su mirada, era un juego de tres pulseras con piedras de colores, una roja, otra azul y la tercera morada, sin pensarlo más se acercó a la chica que las vendía y las pidió. Ahora estaba de regreso en su casa, demasiado contento y emocionado, sabía que faltaba poco para que su prometido llegará y el estaba completamente seguro de cómo le daría la sorpresa, después de unos diez minutos la puerta fue abierta y pudo sentir el aroma de Tamaki mucho más fuerte que antes, lo cual significaba que había vuelto a su casa, el rubio movia los pies con emoción mientras esperaba a que el contrario llegará a la sala.
–Ya regrese amor– el blondo se acercó al mayor para poder darle un abrazo.
–Me alegra mucho que ya estés en casa cariño– el azabache correspondió el abrazo y le dió un suave beso al de menor estatura.
-Y que tal tu día amor, ¿Ya fuiste al doctor por tu malestar? - El alfa sonaba preocupado, pero aún así se notaba el amor con el que decía las palabras
–Bueno... Más bien fui a comprar algo para nosotros– la emoción se denotaba en su voz aunque los nervios también estuvieran bastante presentes, se acercó a la mesa de centro para agarrar la caja en dónde estaban las pulseras y se las mostró al contrario– ¿Te gustan?
–Estan hermosas cariño – saco las dos pulseras que estaban en la caja para poder verlas mejor– son un lindo juego de dos.
—En realidad... – su sonrisa era extremadamente grande aunque algo nerviosa, así que se acercó al sillón donde descansaba la otra bolsa la cual tenía la pulsera atada con cuidado en un aza– Es un lindo juego de tres...
El joven alfa algo desconcertado agarro la bolsa y quitó la pulsera con cuidado Lara después empezar a sacar el contenido de la bolsa, a cada prenda o juguete que salía sus ojos empezaban a humedecer, al terminar el contenido de esta volteo a ver a su pareja la cual estaba completamente ansiosa por la respuesta, y sin decir nada lo abrazo y empezó a besar todo su rostro hasta que decidió separarse un poco para ver al omega a los ojos.
–Prometo que los voy a cuidar a los dos, voy a estar a su lado siempre, velare porque mi familia este a salvó y daré lo mejor de mi para ser digno de ustedes
–Tu ya eres digno de nosotros tonto - el rubio lloraba de la alegría y sin decir más volvío a abrazar a su pareja.
Y así fue como empezaron las locuras en los siguientes meses
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Agosto M-preg / TamaMiri
FanfictionUn intento de unirme al reto de agosto, sobre el embarazo de Mirio y como lo enfrenta la pareja