Agosto M-preg / TamaMiri

11 -Barriga

En la playa se podía apreciar a una familia bastante peculiar que disfrutaba del día, dos chicas jugaban voleybol en la atenta mirada de un rubio y un azabache, los cuales estaban en la sombre mientras comían unos helados.
Era por fin tiempo de vacaciones para algunos héroes, entre ellos Tamaki y Nejire, por lo que habían decidido ir a la playa, el sol no era muy fuerte, además de que no habían mucha gente por lo cual todo era muy tranquilo.

-Eri, Nejire vengan a comer - Con voz suave el ojiazul le grito a sus acompañantes mientras sacaba de la canasta unos takoyakis y sandwiches.

-Gracias Mirio, ya teníamos hambre por estar jugando - la chica peliazul se sentó y agarra un poco de la comida - Esto sabe delicioso.

-Es obvio que Tamaki fue quien cocino, sabes que a mí se me quema hasta un trapo - su cara se había vuelto roja mientras abrazaba al nombrado.

-Aum así eres demasiado bueno para otras cosas amor.

Eri veía todo mientras comía lentamente, estaba muy concentrada en el gran vientre del Omega el cual cada cierto tiempo acariciaba, sabía que dentro de poco nacerian los cachorritos y quería tener una foto de este momento, entonces recordó algo y salto en su lugar.

-¡Ya sé! - ese grito había asustado a los mayores haciendo que se acercarán a ella.

-¿Qué pasa pequeña?, ¿Qué sabes?

-Ya sé cómo tener una foto bonita para los bebés, podemos hacerle una sesión de fotos a Mirio-San aquí en la playa, podemos ocupar telas o pintar su vientre.

La voz emocionada y los ojos brillosos de la niña hacían imposible el decirle que no, por lo que los otros dos adultos decidieron que ayudarían, por lo que rápidamente fueron a buscar pinturas para disfraz, mientras ellos hacían eso la pequeña peliplateada estaba hablando con los bebés, contadoles un cuento y diciendo que ella los hiba a cuidar mucho, esas pequeñas cosas hacían que Mirio casi llorara pero aguanto pues no quería asustar a la niña.
Después de media hora llegaron con las bolsas, y decidieron que es lo que querían hacer, ninguno de los mayores se decidía que hacer, hasta que la pequeña de ojos rojos empezó a dibujar una mándala, la cual crecía al rededor para finalizar con un corazón, al ver esto los otros tres dejaron también un corazón y empezó la sesión de fotos, todas muy divertidas y originales, en algunas estaba solo, en otras salia con Tamaki, Nejire o Eri y la última era una todos juntos.