Agosto M-preg / TamaMiri

4- Ultrasonido

El sol iluminaba las calles de Tokyo las cuales ya estaban llenas de gente, definitivamente el día parecía ser tranquilo, a excepción de un jóven héroe el cual caminaba de un lado a otro por toda su casa mientras su pareja lo veía con una sonrisa desde el sofá mientras comía unos takoyakis con salsa dulce.

-Tamaki amor, tranquilo apenas es una consulta - su voz era suave y empezaba a desprender más sus feromonas para tranquilizar a su pareja.

-Pero es una consulta importante, van a hacerte un ultrasonido - el azabache había cerrado sus ojos para poder disfrutar del aroma que desprendía el contrario aunque su voz aún salía nerviosa.

-Se que es algo importante, pero debes estar tranquilo - con cuidado se levanto del sofá y se acercó para abrazarlo - Parece que en cualquier momento te vas a desmayar.

El blondo siguió abrazando a su esposo durante más tiempo, sabía que estaba nervioso y no podía negar que el también, aunque su emoción era más, vería por primera vez a su bebé.
Al separarse los dos, se prepararon para poder ir a la consulta de una vez por todas, llegaron al hospital y tomaron asiento, el ambiente era muy calmado, aunque raramente parecía que no había nadie al rededor lo cual se le hacía raro al alfa, mientras tanto el ojiazul estaba recargado en su hombro mientras tarareaba una canción muy tierna, aquella imagen llenaba a Tamaki de un amor y deseo sin igual por el contrario, así que sin pensarlo más levantó el rostro de Mirio y le dió un beso suave pero que poco a poco empezaba a subir de tono, el alfa empezaba a acariciar la fina cintura de su omega hasta que esté se separó un poco.

-Tamaki aquí no - su rostro tenía un fuerte rubor, además de que parecía nervioso y sus labios estaban algo hinchados por el beso anterior.

-Entonces será en casa - su voz era relajada pero en tono grueso y con una sonrisa.

Minutos después de aquella escena el doctor salió para decirles que podían pasar, los dos tomaron asiento y empezó la consulta, lo primero eran las preguntas de rutina hacia el embarazado y si había tenido alguna afección, aunque Tamaki parecía desconfiar del doctor por lo que soltaba su aroma de forma que parecía marcar territorio, el  doctor era un alfa de edad algo avanzada, tenía una sonrisa agradable y los trataba con mucho respeto incluso parecía cariño de algún abuelo.

-Tamaki - el Omega estaba avergonzado, y volteaba a ver de manera enojada a su pareja - Doctor discúlpenos, él casi nunca se comporta así.

-No tiene porque pedir perdón, es lago normal que su pareja se preocupe más de lo normal por usted, además estoy acostumbrado - después de decir eso volteo a ver al azabache y le sonrió - Ahora pasaremos al ultrasonido.

Y dicho eso el doctor guío a los dos a otro pequeño consultorio el cual estaba junto, hizo que Mirio se acostara en la camilla mientras el alfa veía todo desde junto, y aplicó el gel en el abdomen ligeramente abultado del chico,empezó a pasar la máquina hasta que la detuvo en un punto.

-Miren, aquí está....- su voz se detuvo y volvió a pasar el aparato hasta que lo detuvo en otra posición.

-¿Qué pasa doctor? - Tamaki había dejado su actitud tosca y se acercó preocupado al otro alfa, mientras que el Omega los veía de manera preocupada - ¿Sucede algo malo?

-No es nada malo, solo que al parecer son dos cachorros.

Aquellas palabras dichas habían dejado estática a la pareja, los cuales habían volteado a verse a los ojos, poco a poco las lágrimas empezaban a caer por las mejillas de ambos, no esperaban aquello pero era algo increíble, su familia sería más grande, tendrían dos cachorros frutos de su amor y eso era todo lo que importaba, no sabían en qué momento se abrazaron pero no querían soltarse, sus palabras de amor eran lo único que escuchaban hasta que pudieron controlarse un poco.

-Perdón doctor -su voz era entrecortada y gangosa por el llanto, pero aún así sonaba muy feliz - Es solo que...

-Los entiendo, es la alegría del momento, felicidades jóvenes - con cuidado les paso unos pañuelos de papel y sonrió - ahora solo limpiare el gel, le daré unas vitaminas y podrán irse a casa.

Y poco después ya estaban en su hogar, seguían con las emociones a flor de piel, y las lágrimas volvieron a hacer presencia, era la sorpresa más bonita que podían haber esperado, estaban totalmente alegres y nada podría quitarles ese sentimiento

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1-Perdón que sea tarde, no había escrito nada

2- No es muy bueno pero espero aunque sea les agrade un poco