Trece: Las preocupaciones de Watanabe Yuki.

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Shousuke había sido arrastrado una vez más al área de la cafetería en donde Hitomi lo obligó a sentarse junto a ella, Ai y otros amigos suyos de los cuales no se molestó ni en memorizar su nombre, sobre todo porque no tenía interés alguno en hablar con ellos ni en ese momento, ni en un futuro cercano o lejano. Se mantuvo sentado por unos minutos porque sabía que si se levantaba al instante lo obligaría a sentarse de vuelta.

Podía escuchar a las chicas y el chico haciendo preguntas básicas que no se interesaba en responder, pero que Hitomi respondía por él con su ventriloquismo, respuestas que eran erróneas por supuesto, aunque no importaba porque no tenía pensado corregirlas.

—Y dinos, Shousuke —habló una de las chicas cambiando el tono de voz ligeramente— ¿Tienes novia?

Conocía bien las intenciones de aquella pregunta así que antes de que Hitomi cometiera alguna estupidez se levantó de la mesa y se alejó caminando como si nada, pudo escuchar la voz molesta de la chica diciendo algo como "Ahorita regresa, seguro quiere ir al baño", al menos no lo persiguió y dejó de imitar su voz, además de darle una excusa para que tampoco lo siguiera alguno de los otros de aquel pequeño grupo.

Caminó por los pasillos llenos de gente, sintiendo sus miradas, notando sus sonrisas cuando los miraba de reojo e ignorando los saludos que le mandaban, decidió ir a la enfermería, estaba seguro que la enfermera le permitiría quedarse ahí el resto de la hora del almuerzo y con suerte unos minutos más después de que diera inicio la primera clase después del descanso. Al llegar abrió la puerta con cuidado notando que la mujer no se encontraba, aunque seguro no tardaba en regresar, apenas pasaron unos segundos cuando cayó en cuenta que, aunque ella no estuviera presente, no se encontraba solo en esa habitación.

En su mente resonó el nombre de Yuki, aparentemente estaba dormido, aunque le resultaba un tanto extraña la posición bajo la que se encontraba, vuelto un ovillo, abrazando su saco como si fuera alguna clase de peluche. Decidió acercarse para ver un poco mejor su rostro y se animó a tocar su mejilla, sintiendo las lágrimas secas impregnadas en su piel.

—Oh —murmuró mientras apartaba sus dedos del rostro del chico dormido,.

Se mantuvo a esa altura para seguir admirando sus facciones, su veía y era suave, sus pestañas eran largas y adornaban a la perfección su mirada, ahora que mantenía los ojos cerrados, descansaban en la parte inferior y se podía apreciar mejor el largo; algunos mechones rosados cubrían su frente y en ese momento se dio cuenta que era la primera vez que no lo veía sonriendo

¿Por qué serían esas lágrimas? o lo que asumía que eran lágrimas ¿Acaso una pesadilla? ¿O alguna preocupación de la vida real? si lo pensaba mejor, se abrió a Yuki de manera tan sencilla solo porque mostró una genuina preocupación pero él no había sido recíproco respecto a ese tema, le gustaría poder hablar con él y saber qué le abrumaba y ayudarlo como él estaba intentando hacerlo; el problema surgia después de pensarlo un poco ¿Yuki se abriría con tanta facilidad? quizás sus problemas eran más complicados y por eso no hablaría de ellos o tal vez eran cosas pequeñas acumuladas que le martillaban la cabeza constantemente.

De ser el segundo, sin duda era bastante bueno ocultandolo.

—¿Qué es lo que te preocupa, Yuki? —susurró con los ojos un poco cerrados, mostrando una mueca ligeramente entristecida.

Los ojos de Yuki se abrieron con lentitud, apenas unos milímetros, viendo a Shousuke como una mancha borrosa pues sin sus lentes prácticamente no podía ver nada, mucho menos ahora que se encontraba adormilado, abrió sus ojos un poco más y la mancha borrosa fue cobrando un poco de sentido hasta que una alarma se encendió en su cabeza haciendo que los colores subieran a su rostro, quizás solo era una falsa alarma pero estaba casi seguro de tener a Shousuke delante suyo; levantó su mano para tocar el rostro del chico haciendo que este se sobresaltara.

—¿Shousuke? —preguntó un tanto nervioso de haberse equivocado.

—Mhjam —lo escuchó hacer un sonido afirmativo.

Buscó sus lentes alrededor de la camilla, tratando de no hacer mlvimientos bruscos pues de ser así seguro que el dolor de cabeza regresaría, eso era lo que menos quería. Sintió la mano de Shousuke tocando su hombro y volteó a verlo, en ese momento le estaba acercando los lentes al rostro así que le permitió que los pusiera, fue como una transición impecable el momento en el que dejó de ser una mancha borrosa y el corazón se le aceleró por tenerlo tan cerca una vez más.

—No esperaba verte aquí ¿Te encuentras bien? ¿Te sientes enfermo o algo así? —Ante la primera pregunta Shousuke asintió, al oír la segunda, negó con la cabeza— Oh ¿Entonces no es nada? ¿Ni una caída o un raspón?

—Nada.

—Bueno tampoco es como que necesites tener algo, yo solo vine a dormir un poco —comentó soltando una risita.

—¿Estabas cansado por algo en especial?

Yuki se sorprendió un poco ante la pregunta, no esperaba que el interés de Shousuke aparecería cuando se hicieran amigos, su idea es que solo necesitaba un hombro en el cual recargarse y con gusto sería eso; pero era justo contarle algo si él ya se había abierto.

—Uh, bueno, no es nada especial, solo unas cosas en mi casa —aclaró, no era mentira que algunos comentarios de sus padres lo hacían tener dolor de cabeza y sentirse abrumado, pero esa no era la verdad, no en ese momento—. Ya sabes, los padres siendo imprudentes y haciendo comentarios fuera de lugar.

Shousuke podía entender eso, su madre era igual en ocasiones, hablaba demasiado y a veces se le escapaban temas que no debería soltar como si nada, de cualquier forma no se enojaba con ella, sabía que no había malas intenciones detrás de sus palabras.

—Lo entiendo.

—No tienes que preocuparte, solo necesitaba descansar un poco y con eso estoy al cien ahora —aseguró mostrando una amplia sonrisa, llena de alegría genuina, sin embargo su felicidad no era porque su situación dejara de preocuparle, sino porque la cercanía entre él y Shousuke continuaba siendo bastante.

—Me preocupo —dijo tomando su mano, su corazón volvió a acelerarse-, es lo que hacen los amigos ¿No?

—Ah —en un segundo todas sus espectativas cayeron por los suelos, Miyo no se equivocaba, solo se estaba dapando a si mismo—, por supuesto, eso es lo que hacemos —afirmó con una frágil sonrisa presentándose en su rostro.

HOPE FOR THE UNDERRATED YOUTH | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora