Dieciséis: Un amigo realmente especial.

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El sábado había sido un día tan perfecto que se sentía irreal, la noche anterior Shousuke no había dejado de subir tweets en su cuenta privada acerca de como desearía que todos los días fueran así de relajados y buenos, quizás Yuki estaba en lo cierto y lo que necesitaba era conseguir amigos que respetaran su espacio personal y su poco, casi nulo, interés por hablar; aunque eso sin duda sería bastante complicado, por el momento era feliz saliendo solo con él y estaba seguro de que nadie le otorgaria la misma tranquilidad y confianza que él emanaba.

Miraba la pantalla de su celular, había escrito alrededor de ocho tweets en menos de diez minutos acerca de lo lindo que había sido ese día, se sintió tan avergonzado de si mismo, agradeciendo que nadie más que él tenía acceso a aquella cuenta. Salió de la aplicación por unos minutos, solo observando su fondo de pantalla sin mucho interés, decidió entrar a instagram, estar ahí siempre lo deprimía, era claro que la gente no mostraría sus malos momentos ahí pero no podía evitar sentirse frustrado de no experimentar tantas cosas buenas como todos en esa aplicación mostraban.

Solo seguía a algunas cuentas, la mayoría de artistas que le gustaban, también una cuenta de libros de dónde tomaba recomendaciones, aunque en general siempre dejaba los libros a la mitad o menos y si eran lo suficientemente atrapantes para que los finalizara, los acababa en alrededor de un día por lo cual no servían de mucho para distraer su mente como deseaba. Actualmente había comenzado a seguir a Yuki quien le había mostrado gran parte de su feed en la cafetería, hablando sobre qué había ocurrido el día que tomó la foto y mostrando con fascinación el contraste entre la foto original con la versión final que era la cual había editado para que se viera mejor.

—Oh —exclamó al notar que apareció en su inicio una foto de un desayuno, una que ya había visto, pero lo que llamó su atención es que había subido una story, dudó un poco pero decidió verla.

Era un vídeo corto, alrededor de siete u ocho segundos donde se veía a él bebiendo de una taza para luego mostrar su escritorio, su computador en específico con el texto de "trabajando en mi mejor proyecto", de fondo sonaba una canción que desconocía, pero la voz del cantante era bastante tranquila y linda de escuchar. No pudo evitar sentirse un tanto ilusionado al pensar que "su mejor proyecto" eran las fotos que tomaron ese día, tal vez era su manera de darse palmadas en la espalda y alejar la idea de que Yuki estaba fingiendo su amistad.

Una vez más, salió de la aplicación, en esta ocasión apagando su celular y dejándolo de lado para intentar dormir, mañana sería un nuevo día y quizás si se esforzaba lo suficiente podría ser bueno en esta ocasión, esperaba que igual de agradable como había sido ese sábado o, de ser posible, incluso más.

💭

Eran alrededor de medio día cuando Shousuke se sintió listo para salir de la cama, su madre había ido a hablarle un par de veces pero le permitió descansar solo por ser fin de semana, aunque no recordaba un día en el que hubiese despertado tan tarde, se preguntó a si musma si algo lo habría cansado más de lo normal y recordó que el día anterior había salido, al regresar se notaba bastante más animado y de inmediato su primera idea fue que había ido a alguna clase de cita; no recordaba una sola vez en la que él hubiese salido con amigos, mucho menos a una cita, pero eso seguía sin explicar su sueño excesivo.

—¿Ya despertaste, Shousuke? —preguntó Shuuko al oír como la puerta de su habitación se abría, él no respondió— puedes recalentar lo que te dejé en el microondas si tienes hambre —agregó con un tono de voz más alto, estaba por irse porque debía salir a hacer algunas compras así que agradecía que ya hubiera despertado.

Ella sabía que él escuchó así que salió de la casa no sin antes decir que regresaría pronto, Shousuke entró al cuarto de baño para mojar su rostro y despertarse mejor, su estómago gruñía así que decidió lavarse los dientes después de comer, esta vez no toleraria esperar a que el sabor a menta desapareciera de su boca para probar bocado.

Caminó a la cocina, bostezando un par de veces, procurando cubrir su boca al hacerlo aún cuando no había nadie mirándolo; al llegar a la cocina miró la comida en el microondas, un desayuno completo igual que siempre, su madre siempre se esmeraba en la cocina esperando recibir cumplidos por ello y es que su comida era bastante deliciosa, podía jurar que no había un mejor sazón que el que tenía la cocina de sus padres, aunque jamás les había dicho eso de forma directa. Colocó de vuelta el plato en el microondas y lo puso solo un minuto para que se calentara un poco, la última vez se excedió y terminó quemándose la lengua al dar el primer bocado.

Buscó algo en el refrigerador para beber y se acercó a la barra para poder servirse, en ese momento fue cuando se dio cuenta que su hermana estaba ahí en la sala, mirando en el televisor un programa que no era de su interés; sin embargo, miró el vaso con jugo, lo apretó con algo de fuerza como si pudiera darle la respuesta a su pregunta "¿Debería pedirle ayuda a ella?" sería más sencillo que ir con su madre o su padre, pero de igual forma dudaba que ella pudiera ayudarlo de algún modo.

El sonido del microondas lo sacó de sus pensamientos por lo cual fue a tomar su comida, estaba con una buena temperatura así que tomando el plato y el vaso se dirigió a la mesa del comedor para semtarse y dejar su desayuno sobre ella, comenzó a picar del plato para dar el primer bocado, comiendo con bastante rapidez pues realmente se encontraba hambriento, cuando llevaba alrededor de la mitad del plato y casi el vaso vació decidió que tenía suficiente en el estómago como para no morir de hambre si la conversación con Shouko se extendía demasiado.

—Hermana —la llamó en un murmuró, atrapando su atención con rapidez pues en ese instante ella volteó a verlo— ¿Podemos hablar? —apretó sus labios un tanto dudoso—, es... muy importante.

Al escuchar esas últimas palabras y la manera en las que su hermano las pronunció Shouko asintió repetidas veces con la cabeza antes de apagar el televisor y palmear el espacio libre a su lado en el sillón, este sería su más grande reto con su problema de comunicación, pero si Shousuke estaba pidiéndole ayuda específicamente a ella en ese momento no podía negarse en absoluto, lo veía como algo alarmante pues no recordaba una sola vez que él hubiera pedido ayuda para cualquier cosa.

HOPE FOR THE UNDERRATED YOUTH | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora