HOPE FOR THE UNDERRATED YOUTH | KOMI SHOUSUKE

Veintitres: Conversaciones sobre el amor.

La mente le estaba dando vueltas desde esa tarde de lunes, ya había llegado el miércoles y aún no conseguía aclarar por completo aquellos nuevos sentimientos que no conseguía aclarar de ninguna manera, sabía que lo que sentía por Yuki no era amistad, sin embargo ¿Cómo podía asegurarlo? quizás se estaba equivocando, detestaba ese pensamiento, pero temía estar confundido; detestaba la idea de arriesgarse y solo terminar lastimandose a si mismo o, peor aún, lastimando a Yuki y alejándolo.

Se levantó de la silla junto a su escritorio y dejó el libro que leía boca abajo, había estado leyendo alrededor de diez páginas pero en realidad su cerebro no estaba procesando la lectura, lo intentaría leer otro día, cuando su mente no estuviera siendo consumida por otra clase de pensamientos; salió a la cocina para tomar un vaso de agua.

Al llegar vió a su hermana quien estaba sacando una bolsa de papas de la alacena, ambos se miraron por unos segundos antes de apartar las miradas y seguir con lo suyo, Shouko regresando a la sala para ver su programa favorito y Shousuke para servir el vaso de agua por el que había venido en primer lugar. Se quedó pensando un poco en la última conversación que tuvo con su hermana, ella no había dicho nada sobre su situación y no estaba seguro si eso se debía a su condición con el problema de comunicación o simplemente estaba siendo empática y permitiendo que él hablara a su tiempo, cualquiera que fuera, lo agradecía y sabía que podía confiar en ella.

¿Podría hablar con ella acerca de los sentimientos que tenía por Yuki? no quería seguir abrumandose y estaba seguro de que ella gustaba de alguien, después de todo era una adolescente y es algo bastante común, de no ser así, entonces alguno de sus amigos debía estar enamorado, lo importante es que ella podría saber más que él y quizás un poco de ayuda para aclarar su mente no le vendría mal.

Decidió sentarse en el comedor a esperar a que su programa terminara, solo bebiendo del vaso de agua cada cierto tiempo e intentando concentrarse en la idea de "necesitamos hablar" porque estaba seguro de que si se desviaba solo unos segundos de ese pensamiento terminaría arrepintiendose para terminar ahogado en dudas que fácilmente pueden aclararse.

—Hermana —la llamó en el instante que iniciaron los créditos del capítulo— ¿Podemos hablar de algo importante?

Shousuke pudo notar la preocupación y el temor reflejados en su mirada así que con rapidez aclaró que no era nada relacionado a ese tema, ella no se mostraba convencida pero si un poco más tranquila, pero lo importaba es que estaba dispuesta a escuchar y eso era lo único que necesitaba.

—¿A ti te gusta alguien? —preguntó directamente, tomando a Shouko por sorpresa y haciendo que su rostro enrojeciera por completo, Shousuke se sintió aliviado sabiendo que ella tendría la respuesta que necesitaba— ¿Es un sí?

Ella asintió repetidas veces con la cabeza.

—No tienes que decirme nada al respecto de quien es, yo solo quiero saber una cosa —Shouko lo miró con curiosidad para que continuará hablando— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que te gusta?

Pudo notar como pensaba, asumiendo que estaba buscando las palabras para expresarlo o quizás ni ella misma sabía cómo se dio cuenta de ello, tal vez era algo común no saberlo y la única manera de confirmarlo sería arriesgandote, aún teniendo tanto que perder.

—Bueno —comenzó a hablar luego de suspirar, evitando mirar a Shousuke en todo momento y aferrandose a los extremos de su camisa para contener los nervios—, creo que no es d-difícil darse cuenta, c-con mis amigos estoy feliz y me gusta pas-sar el rato; pero cuando estoy con ella —se encogió sobre si misma— solo sé que no me gustaría estar con nadie más y mi c-corazón late t-tan rápido que puedo esc-cucharlo —su cuerpo comenzó a temblar así que Shousuke tuvo que ayudarla a calmarse—. Lo siento.

—Está bien, gracias por esforzarte.

—Quiero ayudar.

—Me ayudaste bastante, de verdad —aseguró tratando de que no insistiera, si hablar sobre eso la ponía tan mal no tenía sentido seguir con el tema.

—¿A ti te gusta alguien, Shousuke?

El silencio reinó por casi un minuto.

—Algo así, creo que me gusta, no estoy seguro a decir verdad —se encogió sobre si mismo y una vez más el estómago se le revolvió—, pero es mi primer amigo, no quiero arruinarlo ¿Qué pasa si estoy confundido?

Ella lo miró con compasión, quería poder decirle una respuesta definitiva para que se aclararan todas sus dudas, pero estaba segura de que eso era casi imposible; su mente reaccionó en ese instante y esa palabra resonó en su cabeza "casi".

—¿Alguna vez te imaginaste con él como una pareja?

—¿Cómo...?

—Ya sabes, teniendo citas o —pasó saliva un tanto nerviosa, de verdad esperaba no estar incomodando— besándose... Y así, si pensar en ustedes haciendo eso n-no te genera incomodidad, entonces quizás lo ves como algo más.

Shousuke solo pudo exhalar un "Ah." como si la respuesta fuera tan obvia que solo no la veía porque estaba tapando sus ojos, agradeció a Shouko por escucharlo y regresó a su habitación para dejarla sola y no generar un ambiente de incomodidad. Al entrar en su habitación cerró la puerta con candado y se recostó contra la misma deslizándose hasta caer al suelo, su mente aún estaba en shock, sintiéndose tonto por no haber pensado en eso antes.

Ahora su mente estaba llena de esas imágenes y solo podía sentirse cada vez más avergonzado, aunque en realidad no podía negar que se sentía feliz, su corazón latía con rapidez y sus mejillas ardían, quizás no estaba listo para admitirlo en voz alta pero estaba seguro de lo que quería.

Tener citas con Yuki, salir a caminar, dormir en la misma cama, tomarse de las manos, abrazarse solo porque deseaban hacerlo y sobre cualquier cosa besarlo, quería poder sentir los labios de Yuki aunque le avergonzara el solo pensarlo; estaba enamorado de ese chico y no quería que sus sentimientos se quedaran en un "Ojalá..." o "Tal vez si hubiera..." necesitaba hacerlos realidad, quería convertirse en su novio, pero para ello primero debería saber si tenía una mínima oportunidad de ser correspondido, pues de otra manera no serviría de nada arriesgarse.