HOPE FOR THE UNDERRATED YOUTH | KOMI SHOUSUKE

Treinta: Las paredes tienen oídos.

A la hora de salida, Yuki estaba terminando de acomodar las últimas cosas en el club, no le gustaba tener un desastre en el salón durante la mañana porque luego tenía que hacer las cosas con apuro, por lo cual el desorden sería un gran obstáculo; cuando verificó que no hubiese nada fuera de lugar salió del salón y cerró la puerta asegurandola. Sacó su celular para avisarle a su madre que ya estaba saliendo hasta que recibió un mensaje de Miyo pidiéndole que fuera al club de teatro.

"¿No puedes venir tú? ya estoy saliendo."

"Estoy ocupado con las pelucas para la obra."
"Por favor ven."
"Sabes que me aburre estar solo."

"Vale, pero solo unos minutos que me muero de hambre."

"Te llevaré a comer después de terminar, solo ven."

Miyo recibió otro mensaje de confirmación por parte de Yuki y sonrió al ver que el primer paso estaba listo, dejó el celular de lado y se acercó al casillero donde había dejado que Shousuke se escondiera, tocó la puerta un par de veces.

—¿Todo bien? Yuki ya viene para acá, recuerda ser silencioso.

—¿Es una broma o algo así?

—Sí, ya sé que tú eres un experto en eso, pero igual tenía que aclarar —respondió soltando una risita antes de sentarse delante del tocador y continuar peinando las pelucas con cuidado.

En cuestión de minutos Yuki ya se encontraba entrando al área del teatro mientras llamaba a Miyo quien tardó unos segundos en responderle, indicándole que se encontraba detrás del escenario.

—¿Te falta demasiado? —fue su primera pregunta mientras observaba los vestuarios que estaban colgados.

—Hola a ti también, yo también me encuentro bien —respondió fingiendo ofensa para terminar riendo—, no mucho, terminaré de peinar esta, cepillare otras dos que me faltan y mañana me encargaré de terminarlo.

—Oh, al menos ya te falta poco —comentó un tanto más relajado—. A mamá le empieza a molestar que llegue tarde a casa tan seguido, lamento si fui grosero.

—Cálmate, jamás me tomaría algo que tu digas como "ser grosero", es más, cuando tú seas grosero me vuelvo monja.

Yuki sonrió rodando los ojos y se acercó a Miyo para sentarse a su lado.

—¿Y qué quieres que haga aquí? ¿Ver lo bonito que peinas?

—¡Oh cierto! —Dejó el cepillo de lado cuando terminó con la primera parte del peinado y continúo con la segunda— ¿Si oíste que Shousuke dijo en su salón que sí es gay?

—Bueno, sí, eso ya lo sabía —su corazón se aceleró ante ese recordatorio—, siento que casi no hemos hablado ¿Crees que él mismo me lo hubiera contado? tal vez se sintió presionado a decirlo.

—Es lo más probable, él confía en ti, seguro te lo hubiese dicho si no fuera porque esa chica no lo dejaba tranquilo —Yuki asintió con la cabeza, indicando aue estaba de acuerdo—. Total, eso no era lo importante, escuché que no solo dijo eso sino que también dijo que le gustaba alguien —Miró de reojo a su amigo para ver su reacción.

Por un instante, se sintió como si el mundo frenara, la noticia lo golpeó con fuerza haciendo explotar varias emociones contrarias, una parte suya se llenó de ilusión, le gustan los chicos y encima le gusta alguien ¿Qué pasaba si ese alguien era él? por otro lado, la otra parte de su cabeza se negaba rotundamente a aceptar eso como una realidad ¿El universo podía ser tan bueno como para cumplirle ese deseo? ¡Por supuesto que no! debía bajarse de las nubes porque estaba soñando demasiado alto.

—¿Cómo...? ¿Lo escuchaste?

—No sé como no te enteraste, oí a varios hablando de eso.

Suspiró con pesadez.

—Aah —se quejó echando su espalda hacia atrás—, lo sé, seguramente he pasado demasiadas cosas interesantes por alto, pero mi cabeza se ha mantenido demasiado ocupada en una sola cosa.

—¿Qué cosa?

—¿Recuerdas que me dijiste que debería expresar mis sentimientos de alguna manera? que una carta podría ayudarme a declararme de forma anónima y...

—¿¡De verdad le escribiste la carta a-?! —se interrumpió a si mismo aclarando su garganta, no esperaba que Yuki tomara en serio su consejo— ¿Lo hiciste?

—¡Sí! el problema es que ya llevo diez hojas —Cubrió su rostro sintiéndose avergonzado por sus actos, creyendo que estaba exagerando con sus emociones.

—¿Y se la piensas dar?

—¡Claro que no!

—¿Por qué? ¡Tienes oportunidad! ¿No ves que hay alguien que le gusta?

Hubo unos segundos de silencio, Yuki jugaba con sus dedos lleno de nervios, su estómago se había revuelto, Miyo tenía razón, había altas probabilidades de ser correspondido, pero su cerebro solo le generaba más inseguridades. Pensó en todo lo que tenía escrito en esa libreta y cómo podría hacer que todo pareciera un simple accidente para que Shousuke tomara la libreta que curiosamente cayó de su bolso y de esta forma no tener que enfrentarlo a la cara, si sus sentimientos eran mutuos él tocaría el tema, si no lo eran entonces quedaría en el olvido y quizás se quedaría sin libreta.

—¿Y qué te parece si él se te declara primero? ¿Qué harías si fuera Shousuke quien te confesara su amor?

—Estoy seguro que si fuera yo, ya lo hubiese hecho —hizo una mueca apretando su brazo contra su barriga, se había revuelto y no era una buena combinación con el hambre que sentía.

—Eso no fue lo que pregunté.

Guardó silencio por unos segundos antes de suspirar y sentarse recto.

—No lo sé, estaría muy feliz, quizás lloraría de la emoción y si él se siente listo para estar en una relación entonces yo estaría encantado de ser su novio —dejó caer su cabeza en dirección al suelo, sintiendo que su mente comenzaba a agotarlo.

—De verdad que te gusta Shousuke ¿No es así? —preguntó una vez más, para que el mencionado tuviera claro que realmente estaban hablando de él.

—Como no tienes idea, fui bastante imbécil ¿No? nadie me mandó a enamorarme del chico del que todos gustan pero ahí fui de metiche y- —su rostro enrojeció por completo y chilló con algo de molestia por no saber controlarse—; aún recuerdo su mirada de ese día, jamás había visto a un chico con ojos tan hermosos.

Miyo dejó la peluca por unos segundos y tomó las manos de Yuki para verlo a los ojos.

—Deberías darle esa carta, estoy seguro que a él le encantará leerla.

Yuki mordió su labio inferior, denotando inseguridad, apretó las manos de Miyo intentando robarle una parte de su confianza y tratando de creer en su palabra.

—Lo voy a pensar.