❝u n o❞

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El primer día del año escolar fue incluso peor de lo que San podría haber imaginado.

En primer lugar, se despertó media hora más tarde de lo habitual y ahora estaba corriendo por la casa apurado, al mismo tiempo que intentaba masticar una galleta que agarró de la mesa como desayuno. Yuna, su compañera de dormitorio, ni siquiera se molestó en despertarlo, por lo general siempre tocaba la puerta de la habitación de San, pero ese día no.

En segundo lugar, Jongho derramó café sobre su camisa blanca favorita, que San había secado y planchado especialmente para el primer día escolar. La vida, en ese momento, era dolorosa para San.

Antes de irse, San miró dentro de la habitación de Yuna, por supuesto, estaba vacía. Su novio Jay, uno de los estudiantes más populares de la escuela, ya debe haberla recogido en su lujoso auto. Y como siempre, todos se olvidaron del hombre de pelo rubio, pero él no se ofendió en absoluto: Yuna y Jay no se habían visto en mucho tiempo, y se la pasaban hablando sin parar por teléfono durante todas las vacaciones. Se extrañaban y obviamente querían estar al menos un poco juntos, y San solo interferiría entre ellos.

San se va a mudar de la casa compartida con Yuna y Jongho a la casa de su madre y su nuevo esposo: la mujer no estuvo de acuerdo nunca con el hecho de que su hijo vive en dios sabe en qué condiciones. Tal vez, solo esto calentó un poco el corazón del chico y después de tres años, él y su madre finalmente establecieron comunicación.

Choi Hyuna se vio obligada a someterse a un tratamiento y estar bajo la supervisión de médicos durante mucho tiempo, pero incluso entonces trató de contactar a su hijo y averiguar cómo estaba viviendo. Ahora que todo estaba bien con su madre y finalmente ella había encontrado un compañero de vida, San estaba tranquilo. Pero aun así, estaba un poco triste, estaba acostumbrado a vivir en esa casa con sus compañeros, ellos eran los únicos que realmente lo apoyaban.

Sorprendentemente, había pocas personas en el autobús, solo un montón de asientos vacíos, pero San decidió sentarse al final sin llamar la atención. La canción, take me to church, seguía sonando en los auriculares, San miraba aburrido las casas y los árboles que pasaban volando debido a la alta velocidad del colectivo, San se encogió, enterrando su nariz en su voluminosa bufanda.
Los pensamientos oscuros no lo han dejado en paz en varios días. Tenía un miedo terrible de atravesar esas puertas del instituto escolar, que se convirtieron para él en las puertas de su infierno personal. Un infierno privado llamado Wooyoung.

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Red line ; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora