❝v e i n t i d ó s❞

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Desde el momento en que Wooyoung salió de la cocina, dejando a San pensando, el pelirubio no lo había visto más. No salió de su habitación, ni siquiera bajó a cenar. San sinceramente no entendió cuál era su problema. Sin embargo, San no se opuso a sentarse solo, es mejor comer tranquilamente en silencio, sin sentir una mirada pesada sobre él.

San estaba sentado en la mesa, mirando abatido el feed de Instagram y se encontró con fotos de Jongho: el chico estaba acostado en el baño y alguien le estaba sirviendo champán de una botella en la boca abierta. El pelirubio sonrió, parece que alguien la había pasado muy bien. El anhelo por ver a sus amigos surgió con renovado vigor y San pensó: ¿Qué le impide visitarlos?. No había visto a Yuna en más de una semana y extrañaba sus deliciosas tartas y pastelitos caseros... Y extrañaba el consejo de su gurú gay, como Jongho se hacía llamar.

San se vistió apresuradamente y salió corriendo de la habitación, notando que la habitación contigua estaba completamente vacía; aparentemente, Wooyoung se había ido a alguna parte. Encogiéndose de hombros, San bajó las escaleras, agarrando sus galletas favoritas del jarrón en la sala de estar en el camino.

Para su sorpresa, ni siquiera tuvo que esperar mucho tiempo por el autobús, llegó casi un minuto después, mientras San corría hacia la parada del autobús.

Media hora más tarde, el chico ya estaba sentado en la cocina, comiendo pasteles de miel, mientras Yuna seguía cocinando.

─¡Es genial que vinieras!. ─ La chica no dejaba de sonreír y de vez en cuando abrazaba a San y apretaba su mejilla contra la de él. ─ Jongho se quejaba ayer de que ni siquiera lo llamaste ni respondiste sus mensajes.

─¿Mensajes?. ─ San revisó el chat con Jongho en su teléfono con desconcierto y sacudió la cabeza. ─Pero no me escribió.

─Él cree que si envías un meme a una persona y si esa persona te ignora como respuesta, entonces eso es una falta de voluntad para comunicarse. ─ Suspiró Yuna, sirviendo té aromático con bergamota en tazas. ─Por cierto,  ¿Has visto sus fotos en Instagram? Ayer se lo pasaron genial con su "amigo", incluso tuve que sentarme un rato en el balcón ya que no son nada silenciosos.

─Lo vi. ─  Se rió San, sacudiendo la cabeza. ─ Parece que la paso bien.

─¿Y cómo estás? ¿Cómo está tu hermanastro?.

─¿En serio quieres hablar de ese idiota en este momento?. ─  San mismo no esperaba tanta dureza de sí mismo.

Yuna miró hacia abajo. ─No... Si te molesta, entonces no. Y a juzgar por tu reacción, las cosas solo empeoraron.

─ En realidad no. ─ Vaciló San, considerando si debía continuar. ─Es un poco extraño. Quiero decir, él siempre ha sido raro, me ha tirado contra la pared en cada recreo y me gritaba que yo era un maricón y lo tanto que me odiaba... Y ahora no lo entiendo en absoluto. Casi olvido lo que es el dolor de espalda.

─¿Quizás el padre y tú madre hablaron con él?.

─ ¿De qué? No tienen idea de lo que está pasando entre nosotros y no notan nada, piensan que somos unos medios hermanos amistosos. No puedo imaginar lo que hubiera pasado si les hubiera contado todo.

─¿Por qué no le dices?. ─  La chica miró preocupada mientras San soplaba la bebida caliente, haciendo una mueca.

─No voy a molestarlos. Si apenas me puede soportar Wooyoung ahora, definitivamente me matará después de eso.

De repente, el teléfono de Yuna vibró en toda la cocina. Yuna instantáneamente saltó de su asiento y, con un suspiro, rechazó la llamada

San, frunciendo el ceño ligeramente, observó las acciones de la chica.

─¿Jay?. ─  La pregunta salió de sus labios antes de que San pudiera pensar en otra cosa.

Yuna asintió, echándose hacia atrás el cabello suelto.

─Él es. Esta es la decimoquinta vez que me llama hoy. ¿No entiende que si no respondo el teléfono es que no quiero hablar con él? Ryujin tampoco lo entiende... Cómo me enfurece todo esto.

─¿Ryujin?. ─  San miró a la cara de su amiga con interés. ─¿Quien es ella?.

─Mi nueva conocida, nos encontramos hace unas tres semanas en la Universidad ya que había una jornada a puertas abiertas. Entonces todo estaba bien con Jay y acordamos una cita doble, que debe ser esta noche. Ella me prometió ayudarme con la admisión si decido estudiar allí después de graduarme. Escucha. ─  Yuna miró a San con los ojos muy abiertos. ─¿Y si pretendes ser mi novio? Eres un hombre libre y no tendré que cancelar la reunión.

San casi se atraganta con su té. ─¿Novio? ¿En serio? ¿Quizás será mejor que respondas a Jay? Si se entera, la próxima vez la persona a la que golpeará con una tabla seré yo.

─Vamos, él sabe que eres gay. Pero Ryujin no lo sabe. Son una pocas horas. ─ La chica miró al chico lastimeramente, levantando las manos en señal de súplica.

San puso los ojos en blanco y suspiró. ─ Está bien, que así sea. ─ Yuna aplaudió felizmente ─Pero ¿Dónde acordaron reunirse?.

─En el café H, y qué por cierto, no esta lejos de tu casa, inmediatamente después te irás a tu casa, y no me preocuparé por ti. ¡Me voy a cambiar!.










🐥 | Yuna te quiero mucho. 🛐

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Red line ; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora