❝d i e c i s i e t e❞

1.2K 108 13
                                    

San no entendía muy bien lo que iba a hacer mientras corría por las calles oscuras. El latido de su propio corazón ahogó todos los sonidos a su alrededor, y solamente corrió hacia el puente que tenía Goyang, un lugar que le encantaba visitar todos los fines de semana, observando las olas ruidosas y el agua cristalina.

Ahora, acercándose al puente en completa oscuridad, San se estremeció: desde un lado, el puente parecía espeluznante y sombrío. A solo unos pasos de distancia, se detuvo, incapaz de correr más, con el pecho contraído y sin aliento por correr tan rápido. Su cabeza zumbaba frenéticamente y San se asomó a la oscuridad, a la que temía más que a nada en el mundo... Al menos hasta que conoció a Jung Wooyoung, la oscuridad claramente perdida en la capacidad de superar el miedo.

Hacía frío por la noche, y la humedad fría impregnaba todo el cuerpo de San. El pelirubio se paró en el puente durante mucho tiempo y miró a lo lejos, a veces levantando los ojos hacia el cielo, hoy había luna llena. Sin entender del todo lo que hacía, San comenzó a subirse a la cerca, ignorando los pequeños pedazos de hierro que le lastimaban las manos.
Choi estaba a punto de saltar la barandilla cuando unas manos fuertes lo agarraron bruscamente y lo arrastraron hacia atrás.

San se dio la vuelta asustado, tratando de zafarse del agarre, y se encontró cara a cara con un Wooyoung enojado.

- ¡¿Qué diablos estás haciendo, idiota?!.

- ¿Qué estás haciendo aquí? Déjame ir... Déjame ir.

- ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué mierda haces aquí a las dos de la mañana? ¿Se te ha ido la cabeza? - Wooyoung parecía estar furioso, y San se tragó las lágrimas no deseadas. Tratando de no mirar al chico a los ojos.

- Eso no es de tu incumbencia. ¡Déjame ir!. - San trató desesperadamente de alejarse mientras Wooyoung intentaba calmar al chico poniendo sus manos detrás de su espalda.

- ¡Si no fuera por mí, ahora estarías flotando en el agua fría y nadie te habría sacado! Por cierto, ¡Te salvé!.

- ¿Me salvaste? ¿Te pedí que me salvarás?. - Las lágrimas caían sin parar y la voz quebrada de San hizo que Wooyoung afloje un poco su agarre. - ¡Deberías haberme dejado caer! ¿Y por qué me sigues todo el tiempo?.

- Maldita sea, no te seguí ¿Qué diablos estás haciendo de todos modos?

- Woo... - El chico vaciló, recordando la amenaza de Wooyoung de nunca llamarlo por su nombre de pila. - Solo vete, por favor... Déjame en paz.

- ¡Mierda, no! ¿Qué les diré entonces a mi padre y a tu madre? ¿Que te vi arrojarte del puente al río? Mi padre me va a matar. No necesito problemas gracias a ti.

- Nadie te acusará... Dirás que me escapé.

- No hablas en serio, ¿Verdad? ¡Deja de tonterías y vamos a casa! ¡No me voy a quedar aquí toda la noche!

- Ya te dije que te vayas solo.

Los pómulos de Wooyoung comenzaron a sobresalir y apenas podía contenerse. - ¡No me jodas, te lo advierto! ¡Si dije camina, entonces caminas! ¡No pongas a prueba mi paciencia!

-¿Cómo supiste que estaba aquí? ¿Casualmente estabas por aquí?.

- Decidí nadar antes de acostarme. - Wooyoung dijo sarcásticamente, ignorando a los transeúntes que pasaban aún a altas horas de la noche - Me gusta nadar en octubre, es una experiencia diferente y justo se me acababa de ocurrir dar un paseo por el jardín, porque alguien me despertó con un ruido agudo desde su habitación. Y tuve que salir al jardín ¡Y vi la ventana abierta de par en par! Miré adentro, no estabas en la habitación. Te llamé y escuché una vibración en algún lugar del costado de la cama. ¡Solo tú puedes irte en medio de la noche y no llevar el teléfono!

- Es culpa tuya. - Susurró San, dándole a Wooyoung una mirada de odio - ¡Todo es por tu culpa! ¿Por qué no puedes dejarme en paz? ¡Primero me amenazas con matarme, luego pretendes ser un salvador!

- ¿Puedes calmarte? ¡Y deja de gritarme!.

- ¡No! ¡No me callarás! Durante tres años soporté tu intimidación, no pude poner una palabra en mi defensa. - San mismo no entendía de dónde había sacado tanto coraje, mientras que el de ojos verdes miraba estupefacto su histeria. -Ahora mira, ¡No me importa! ¿Amenazaste con matarme? ¡Matame, vamos! No tengo ningún deseo de interferir contigo en esto.

- ¿Te caíste en el camino hacia aquí y te golpeaste la cabeza? ¡Cálmate, idiota! No tengo ganas de matarte! Ya estoy perdiendo la paciencia. ¡Sé que estamos en vacaciones, pero esa no es una maldita razón para quitarme el sueño!

- No voy a ir a ninguna parte contigo. - Murmuró San, mientras Wooyoung pone los ojos en blanco pateando el suelo con nerviosismo.

- Y luego te preguntas por qué te estoy gritando. ¡Eres jodidamente imposible! De todos modos, no estarás parado aquí toda tu vida... Además, parece que va a llover. ¡O caminas por tus propios medios o te arrastro por este sucio camino! Escoge.

San miró con miedo las enormes y fuertes manos de Wooyoung, las cuales estiró hacia San, como amenazando que con esas manos lo arrastrará hasta la casa. Había más presión en la mirada que en las palabras, y bastó solo eso para que San obedeciera en silencio, Wooyoung no lo iba a repetir dos veces. San tragó saliva y se alejó del chico, caminando rápidamente hacia el camino por donde había venido corriendo.






♡ Desde ya mil gracias por leer, votar y comentar. ♡

Red line ; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora