❝c u a r e n t a y s e i s❞

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San se tumbó en la hierba durante algún tiempo, mirando hacia el cielo y tratando de calmar los latidos de su corazón. La culpa se apoderó del chico, aunque sabía que tenía razón en algo... Pero ver esa expresión rota en el rostro de Wooyoung era insoportable. Poniéndose de pie y sacudiéndose los pantalones, el chico caminó rápidamente. Al pasar por una vieja escuela abandonada, San captó voces débiles, podría haber jurado que una de ellas pertenecía a Wooyoung, y la segunda... San caminó con cautela alrededor del edificio, inclinándose en la esquina, y notó a Wooyoung sentado al lado de un niño. que parecía estar llorando. San estaba a punto de salir de su escondite.

─¿Y qué haces aquí en un lugar tan oscuro?

─Solo estoy jugando. ─ Respondió melancólico el niño, sin siquiera mirar al de ojos verdes. Wooyoung se arrodilló junto a él. ─Nadie quiere jugar conmigo. ─ Espetó el niño abruptamente, pero luego se quedó en silencio, sollozando.

Wooyoung se sentó a su lado, cruzando las piernas. ─¿Por qué piensas eso?.

─Porque yo... Yo no puedo hablar bien.

─Creo que hablas bien. ─ Sonrió Wooyoung. ─¿Qué es eso, un barco? ¡Qué genial!.

─¿Es genial? Es mi barco. ─ El niño se limpió la nariz con la manga y levantó su cara sucia y manchada de lágrimas, agarrando el bote de madera con su manito mostrandole orgulloso a Wooyoung.

─¡Es súper genial! Y además, todavía tienes mucho tiempo para aprender a hablar bien, todavía eres bastante pequeño. Todos tenemos algo en qué trabajar.

─¿Por qué no juegan conmigo?

─¿Tal vez ellos no saben cómo construir barcos tan geniales como tú?.

─¿Incluso tú no puedes?.

─Incluso yo no puedo. ─ Asintió Wooyoung, sonriendo ampliamente.

─Pero eres un adulto.

─¿Y?. ─ El de ojos verdes se rió entre dientes. ─No sé cómo hacer muchas cosas, tengo miedo de muchas cosas, tengo muchas deficiencias.

─¿Enserio? ¿A qué le temes?.

Wooyoung se apartó un mechón suelto de pelo de la frente y se encogió de hombros.

─Le tengo miedo a las tormentas, por ejemplo. Tengo miedo a las alturas. Y... Tengo miedo de perder a alguien querido para mí. ─ La voz de Wooyoung tembló ante las últimas palabras.

El niño abrió mucho los ojos, acercándose al chico. ─¿Por qué lo ibas a perder?.

─Porque no soy muy buen chico. ─ el chico se rió amargamente, sacudiendo la cabeza. ─Ofendí a esta persona, le dije muchas malas palabras... Y ahora no sé si alguna vez me perdonará.

─Mi mamá dice que debes decirle a la gente que los amas mucho y ellos te perdonarán. ─ Siseó el niño, mirando a Wooyoung.

Wooyoung sonrió sorprendido, asintiendo con la cabeza. ─Tu mamá tiene razón. Le dije, pero las palabras por sí solas no son suficientes, ¿Sabes? .

─Pero si lo amas mucho y eres un buen niño, te perdonarán. ¿Pediste perdón?.

─Sí, ya pedí perdón. Y tú eres muy inteligente para tu edad.

El niño se sentó y retorció su juguete casero en sus manos.

─Quiero ser el capitán de un barco.

─Estoy seguro de que serás un muy buen capitán.

─¿Verdad? ¿Aunque hable mal?.

─Tonterías, no hablas mal. Tal vez solo necesites practicar más. Solo tienes que hablar más despacio y con claridad. Práctica todos los días. 

─Intentaré.

─Todo lo que necesitas es entrenamiento. Pronto superarás a todos los chicos.

─¿Vas a jugar conmigo otra vez en algún momento?.

─Sí. Tal vez mañana si quieres. ─ Wooyoung sonrió cálidamente al chico. ─Ahora corre, de lo contrario tus padres se preocuparán.

─Está bien... Gracias... Um...

─Wooyoung. ─ El hombre de ojos verdes asintió, sonriendo.

─Adiós, Wooyoung Hyung. ─ El niño le devolvió la sonrisa mientras se levantaba. De repente se volvió hacia Wooyoung y puso su barco en sus manos. ─Esto es para tí. ─ Murmuró el niño, y corrió.

San apenas había salido de los arbustos cuando Wooyoung se puso de pie con un suspiro y comenzó a caminar por el sendero. Agachándose, el pelirubio trató de recomponerse.
Wooyoung se le reveló desde un lado completamente diferente: Wooyoung, sentado y consolando a un pequeño niño... Era un espectáculo demasiado dulce. Y en cuanto a la persona querida de Wooyoung, San ni siquiera dudó de que se trataba de él.

El sentimiento de culpa barrió con renovado vigor, obligándolo a asfixiarse literalmente por la falta de aire. Ahora San estaba seguro de que Wooyoung no estaba actuando... Hablaba absolutamente con la verdad y no estaba jugando con él.







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Red line ; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora