Capitulo 33

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Kenny

Me despierto sintiendo los rayos del sol que se hacen aparecer por la ventana, abro uno por uno los ojos y veo que estoy en el sillón acostada con Nam, no se en que momento nos quedamos dormidos.

- Despierta -di un sutil beso en sus labios-

- No puedes acostumbrarme así -dijo con una sonrisa-

- ¡¿Qué le paso a este jarrón?! -se escuchó el grito de mi nona afuera de la habitación-

- Creo que estas en problemas -susurre-

Nam

- Así que aquí están -dijo la Madre de Ken mientras nosotros no levantábamos rápido del sillón-

- ¡Madre! Buenos días -dijo nerviosa-

- ¿Qué hacen aquí? -hizo un gesto de confusión-

- Escuche ruidos y me espante, así que baje a ver y era Ken.

- Ninguno podía dormir así que vinimos aquí y sin darnos cuenta nos dormimos en el sillón -añadió Ken-

- Bueno, vayan a arreglarse que saldremos en una hora.

- ¿A dónde iremos? -preguntó Ken

- Al puerto, Festejaremos el cumpleaños de la abuela en el yate.

Ambos salimos del salón de música para dirigirnos cada uno hacia su habitación.

Terminé de arreglarme y salí de ahí para dirigirme a donde estaban esperando todos.

Salimos de la casa y subimos a la camioneta que esperaba por nosotros, vaya que la familia de Ken pensaba en todo.

Kenny

Chani se estaría riéndome de mi en estos momentos de ver como mis nonos y mis padres convivían con Nam, ella tenía razón ahora, aunque lo negara mucho parecíamos una pareja.

- ¿de qué tanto platican? -dije tomando asiento alado de Nam-

- Nam nos estaba contando una anécdota -comentó mi abuelo, quien particularmente siempre era un hombre reservado y ahora parecía lo contrario-

- a que bien, ¿de qué era la anécdota?

- Desayunemos -interrumpió mi madre-

- Bien

- ¿y cómo se conocieron? -preguntó de repente mi Abuela-

Bueno, ambos trabajamos para la misma marca de ropa y alguien encargado de ahí nos presentó.

- Así fue, después ella fue a uno de nuestros conciertos y no la solté más -Añadió Nam

- ¡Nam! -le pegue con el pie y solo rió-

- Vaya, Bienvenido a la familia -Agregó Alexandre dándole unas leves palmadas

Lo que me faltaba, esto van a pagarlo.

Nos dedicábamos a desayunar mientras mis nono y mis padres contaban todo tipo de anécdotas a Nam dejándome en vergüenza.

Tras terminar de desayunar él capitán se detuvo alejado de todo para que apreciáramos de una muy buena vista desde nos encontrábamos.

Terminé de desayunar y fui a la orilla del yate a observar la vista que teníamos.

- ¿qué haces acá cariño? -preguntó mi abuela acercándose-

SI PUDIERAMOS ESTAR JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora