Parte XXII. La nube amorfa es una mentira

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El mundo se siente caliente y oscuro. Bochornoso, como si pudiera beber grandes bocados con cada respiración que toma. Ajax entrecierra los ojos, tratando de distinguir cualquier detalle, pero el mundo ante él simplemente se expande en un infinito, pantanoso, negro como la tinta donde arriba y abajo se fusionan en una masa de vacío sin fisuras.

Lo único que ilumina su entorno es el brillo azul de su visión de su cinturón, e incluso eso proporciona un brillo tenue como si la niebla oscureciera la luz.

He estado aquí antes.

Ajax gira alrededor. Una voz. Una voz conocida.

—¿AR?

Sin respuesta. Ajax lo intenta de nuevo.

—¿AR? ¿Compañero? ¿Puedes escucharme?

Nada.

Sin nada más que hacer, Ajax elige una dirección y comienza a caminar. Tal vez pueda escuchar AR un poco más si se mueve.

Él camina. No tiene idea de si está haciendo algún progreso porque su entorno no cambia... solo más de esa noche interminable. Y ese calor. Ese maldito calor opresivo. Su pesadez está presionando contra él desde todos los lados sin proporcionar alivio. Sin indulto.

Atrapado. Perdido. Solo.

Tal vez debería quedarse quieto y esperar ayuda. Si sigue adelante, terminará deshidratado y más perdido aún.

Necesito mantener- no puedo quedarme- peligroso-

Ajax gira. —¿AR? —joder, la voz se le está rompiendo como una mala señal de radio—. ¿AR? ¿Qué es peligroso?

En el momento en que pronuncia esas palabras, el mundo a su alrededor se estremece. Ajax apenas se las arregla para mantenerse de pie, doblando un poco las rodillas y extendiendo los brazos para tener un mejor equilibrio y esperar a que pasen los temblores.

Peligroso– cuando– herido–

—¿Herido? ¿Qué? ¿Estas bi-

Sus palabras son ahogadas por el agudo destello de agonía que le corta las costillas como si lo hubieran apuñalado. Él jadea y sus manos vuelan a su dolorido costado.

Siente algo cálido y húmedo empapando su camisa en ese lugar. El calor se está extendiendo.

Mierda. Joder, joder, joder.

Necesito– necesito atar– hacer presión– la bufanda-

—¿El qué?

Ajax mira hacia abajo y encuentra su rostro enterrado en una bufanda roja y esponjosa envuelta alrededor de su cuello. Eso definitivamente no estaba allí hace un segundo. ¿Qué carajo?

Apura...

Desenrolla la bufanda con manos temblorosas, haciendo una mueca cuando capta el fuerte olor a hierro cobrizo y la visión de un líquido oscuro y pegajoso en sus palmas. Ata la bufanda alrededor de su cintura y se traga un grito de dolor por la forma en que la tela presiona su herida. Aún así, tira de los extremos de la bufanda y aprieta el nudo, asegurando las vendas improvisadas en su lugar.

Date prisa... necesito moverme... pueden oler la sangre.

En el momento justo, el sonido de un gruñido bajo resuena en el oscuro vacío de tinta.

El sonido está en todas partes.

Ajax no necesita que se lo digan por segunda vez. Se apresura hacia adelante.

El tiempo se escurre. Ya sean segundos, minutos o incluso horas, Ajax no lo sabe. Está demasiado concentrado en seguir adelante, en mantener la respiración constante mientras su costado palpita y palpita con cada doloroso paso. Le arden los pulmones y el sudor le cae por la cara y el cuello, pero tiene que seguir avanzando para adelantarse a los gruñidos graves que lo persiguen. hay que seguir adelante...

Totalmente de mala gana (Childe x Zhongli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora