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Los Hargreeves habían regresado de vuelta al 2019. Todo estaba perfectamente bien, claro, sin quitar que al regresar a su época, se encontraron con Reginald vivo y que la Umbrella Academy había sido reemplazada por la Sparrow Academy.
Grandioso, su padre los había reemplazado por cuervos, un cubo flotante, una serpiente humana y un Ben realmente idiota. Los cuáles les metieron la gran paliza de su vida, y habían sido betados del que ellos creían que era su hogar.
Y sin otra opción, terminaron siguiendo a Klaus hasta un hotel de mala muerte, o al menos así lo llamaba Allison.

En un callejón a lado del Hotel Obsidian, una chica cayó de la nada, terminando en el suelo completamente llena de polvo.
Esta se quejaba mientras miraba a su alrededor y se levantaba del frío suelo sacudiendo su ropa de mala gana y mirando a su alrededor, notando el enorme edificio a su costado derecho.

-Uhm, creo que podría hospedarme aquí en lo que verifico en que año estoy. -Habla para si misma la chica mientras caminaba directo a la salida del callejón, parando en seco al darse cuenta de algo.- ¿Y cómo pienso pagar?

La chica comenzó a ver de vuelta a su alrededor, buscando cualquier metal o aluminio que pudiera utilizar, viendo un tornillo suelto de un viejo juguete que se encontraba tirado a lado del bote de basura. Con una sonrisa se acercó para tomar este en la palma de su mano, cerrandola en puño y apretando con fuerza la vieja pieza de metal, abriendo a los segundos su mano y encontrando un pequeño anillo de plata.

-Genial. Amo mi vida. -Dice para sí misma la chica, guardando el anillo en su chaqueta y saliendo del callejón, entrando al hotel.- Uhm, no puedo quejarme, al menos se ve limpio y decente. -Dice la chica para escanear el lugar con su mirada, localizando la recepción, notando a un grupo de personas ahí y acercandóse hacía estos.-

-Bien, vacíen sus bolsillos. -Dice Klaus hacía sus hermanos, los cuáles obedecieron y comenzaron a hurgar en las bolsas de sus pantalones, enseñando sus manos con las cosas que habían adentro de su ropa.-

El recepcionista solo miraba a los hermanos Hargreeves con una ceja alzada, esperando que fuera una tipo de broma y estos en realidas tuvieran con que pagar.
Klaus estaba a punto de hablar pero una voz femenina lo interrumpió junto al sonido de algo pesado caer sobre el mármol de la recepción.

-¿Puedo pagar con esto? -Pregunta una chica de estatura media, piel blanca con mejillas y labios rosados, ojos grises y una larga cabellera lacia y pelirroja. Tenía una sonrisa amable.-

La chica quitó su mano de encima de la pieza de plata, dejando que el hombre la tomara entre sus dedos y la revisara para saber si era real. Dejando rápidamente el anillo sobre el mostrador para dar media vuelta y dar unos pasos, tomando unas llaves, una libreta y una pluma, acercandóse nuevamente a la pelirroja, entregandóle la pluma y la libreta para que la chica se registrara y poniendo las llaves a un lado.
Los Hargreeves curiosos y chismosos, enfocaron su vista en el libro, queriendo ver lo que escribía la pelirroja a lado suyo, notando como esta escribía con letra cursiva el nombre de "Cherry Coulson"
Una vez registrada, la pelirroja regresó la pluma al hombre mayor y tomó las llaves, caminando hasta el ascensor.

El recepcionista miró de nuevo a los Hargreeves, viendo ahora como Luther le entregaba su reloj.

-¿Cuántas habitaciones puedo pagar con esto? -Pregunta el rubio entregando la pieza, y al igual con el anillo, el hombre lo revisó, sonriendo satisfecho y entregandóle dos llaves.-

-Dos habitaciones, esperon disfruten su estancia.

Los seis hermanos solo dieron un gracias y se dirigieron a sus habitaciones, después de que Cinco les diera la orden de que se reunieran en dos horas en el bar, ya que según era una junta familiar importante.

○●○

La pelirroja se encontraba acostada en la cama, con sus piernas estiradas y apoyadas en la pared a un lado de la ventana que daba una perfecta vista a la calle principal y la ciudad. La chica movía sus manos creando una especie de pequeña ráfaga color lila entre sus dedos, y entre ese humo jugaba una moneda que esta había encontrado abajo de la cama de la habitación en donde se estaba quedando. La pelirroja estaba notablemente aburrida, y la habitación sola la desesperaba un poco.

-Debí haberme quedado con los hippies del 72. -Dice para sí misma Cherry, mientras se acomodaba correctamente en la cama, cruzando sus piernas y viendo toda la habitación.- Creo que puedo darle mi toque.

La pelirroja bajó de la cama para acomodarse en medio de la habitación, moviendo sus manos y dedos en una especie de patrón, apuntando a una esquina de la pared de la habitación, de la cuál empezaron a crecer unas tipos de enredaderas con pequeñas flores de jazmines adornando el lugar. Las manos de la chica ahora se movieron al techo, haciendo crecer una delgada liana que servía como un columpio.

-A esto me refería. -La pelirroja sonríe contenta, acercandóse al columpio de liana y subiendóse a este, comenzando a mecerse suavemente.- Podría acostumbrarme a esto.

La pelirroja comenzó a impulsarse más en el columpio, sonriendo mientras disfrutaba la sensación libre. Pero esa felicidad duró unos minutos, pues la chica había olvidado la navaja que sobresalía de su bolsillo trasero que fue cortando poco a poco la liana, hasta que esta partió el último pedazo, haciendo que la chica saliera rodando hasta estampar a lado de la puerta, creando un fuerte sonido duro.
Cinco regresaba a su habitación después de haber ido al baño, arreglaba las mangas de su chaqueta hasta que al pasar por la habitación a un lado de la suya, un estrepitoso sonido captó su atención con el ceño fruncido. Sabía que no debería importarle, pero le daba curiosidad saber el por que del sonido, asi que el adolescente no dudó en acercarse a la puerta y tocar dos veces la madera con sus nudillos. Esperando, escuchando una voz femenina quejarse, para luego oír como el seguro de la cerradura era quitado y la puerta soltaba un pequeño chirrido al ser abierta.

-Hola. -Saluda Cherry mientras se azomaba por el pequeño espacio que daba la puerta y el marco de esta.- ¿Puedo ayudarte?

El chico solo relajó sus facciones al ver que era la chica que vió en la recepción hace unas horas.

-Lamento si molesto o interrumpo algo, pero me pareció escuchar un fuerte golpe dentro de la habitación, y aunque sonaré entrometido, quería saber si todo estaba bien adentro y no necesitabas ayuda. -Cinco trataba de ser lo más educado posible.-

La pelirroja solo abrió sus labios unos segundos, a punto de decir algo pero volviendo a cerrar estos al olvidar lo que iba a decir, tratando de inventar una excusa.

-Todo está bien. Solo soy yo siendo un poco torpe como siempre, resbalé con la alfombra. -La chica comenzó a ponerse nerviosa al sentir como una de las lianas se enredaba en su tobillo, moviendo esta con el pie para que no quedara a vista de nadie.-

-Ya veo. Perdón la molestia. -El chico solo entrecerraba sus ojos no muy convencido, asintiendo.-

-No, no te preocupes, estoy bien y gracias por preocuparte, adiós. -Habla rápidamente la pelirroja, cerrando la puerta sin siquiera dejar que el chico dijiera algo más.-

-No es mi asunto, no es mi problema. -Dice para sí mismo Cinco, encogiendóse de hombros y dando unos cuantos pasos para entrar a su habitación.-

Cherry || Five HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora