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Cherry y Cinco dejaron que Lila se cambiara, Cherry olía las diferentes lociones y bomba de jabón, mientras Cinco solo observaba cada gesto o movimiento que la chica hacía.

-Explosión de frutos rojos. Necesito usarla un día. -Murmura la pelirroja mientras dejaba la bomba de baño y se acercaba a un espejo.-

El espejo era lo suficientemente grande como para ver todo su cuerpo en él. Primero Cherry se acercó a retocar el labial rojo cereza que descansaba sobre sus labios. Luego la pelirroja procedió a acomodar su cabello, alborotándolo un poco con las yemas de sus dedos, acomodando ahora el delgado vestido que llegaba a mitad de sus muslos, era de un color blanco con pequeños corazones rojos esparcidos por casi toda la tela, delgados tirantes de color rojo que tenían dos pequeños moños de decoración, un delgado y pequeño suéter tejido color cereza, un collar de perlas pequeñas adornaba el cuello de la pelirroja, los delgados anillos de plata descansaban en sus dedos relucientes, junto a las converse de bota color blanco y un poco gastadas. (Imágen de referencia en multimedia)
Simplemente se miraba hermosa, cualquiera que viera a Cherry pensaría lo mismo, y es que todo lucía tan bien en la pelirroja amante del color rojo. Y Cinco no podía evitar despegar su mirada de ella, hasta que Lila interrumpió el momento.

-Hey, idiota, niña bonita, es hora de irnos. -Grita la rubia, dirigiendóse fuera del baño, encontrandóse a Diego y Stan en la entrada.-

-¿Que hacías? -Pregunta Diego hacía Lila.-

-Tomaba un baño. -Responde la rubia, para segundos después, Cherry y Cinco salir juntos del baño.-

-¿Juntos? ¿O tú sola y los niños juntitos? -Pregunta ahora Diego.-

Se tornó una pequeña discusión entre Diego y Lila. Discusión a la que Cherry no le tomó tanta atención, pues esta miraba el esmalte rojo reluciente recién retocado esa mañana, y también daba pequeñas vistas de reojo a lado suyo, solo para ver a Cinco que miraba a su hermano y a Lila hablar sobre algo, con su típico ceño fruncido y rostro serio.
A Cherry realmente nunca le había parecido tan atractivo alguien que siempre tuviera rostro enojado o serio, y su ceño fruncido todo el tiempo, hasta que Cinco se presentó en su vida. Toda perspectiva cambia cuando conoces a personas indicadas para algo.

-Sabes donde encontrarme. -Dice Lila para caminar hacía el elevador que tenía sus puertas abiertas y ambos adolescentes se habían adentrado.- Bien, vayamos a salvar el mundo, wuuu.

○●○

Lila y Cherry se encontraban sentadas sobre un mueble mientras miraban y escuchaban a Cinco hacer un par de cálculos.

-¿Y cómo conociste al anciano? -Pregunta Lila hacía la pelirroja que comía un regaliz.-

-Bueno, yo estaba en el bar del hotel, disfrutando mi tarde, cuando uno de sus hermanos se acercó para casi rogarme que me hiciera amiga de él. Y bueno, ahora estoy aquí. -Explica con simpleza Cherry, encogiendóse de hombros.-

-Vaya, eres la primera amiga o novia, realmente no sé que sean, pero creo que eres la primera chica real en la vida del pequeño puberto. -Dice Lila con burla, recibiendo un pequeño gruñido molesto por parte de Cinco.- Lindo traje, ¿No crees?

-Quien hizo ese traje, debe amar su trabajo. -Responde Cherry, mientras miraba como Cinco curvaba sus labios en una fantasmal sonrisa.-

-Bueno, el sastre del vestíbulo es un maestro artesano. -Dice Cinco mientras acomodaba el saco de su traje.-

-Extrañaré esas rodillas pálidas. -Comenta Lila con sarcasmo.-

Cherry || Five HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora