💫37 Luna Llena +18💫

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ISABELA MADRIGAL

Es hermosa.

Pude notar cuanto la emociono verme desnuda pero ella desnuda es todo un espectáculo a los ojos, sentí mi entrepierna humedecerse de solo verla y trague con fuerza al verla y saber que ella es solo mía.

—Creo que compartimos el mismo pensamiento.— sus palabras me sacaron de mi trance, estaba divertida mientras me observaba comerla con la mirada, desvié la cabeza sonrojada de tenerla frente a mi. —¿Como es que tu español es tan bueno?— pregunte apenas tomando una frazada para cubrir mi cuerpo un poco del frió para inclinarme a tomar una uva, ella había traído fruta de no se donde. La mire viéndome embobada y con un chasquido de dedos regreso en si haciendo lo mismo que yo. —Por mi madre. Ella vivía en un pueblo muy humilde casi llegando al bosque, la gente de ese pueblo junto a su familia hablaban el español como primera lengua, cuando se caso con Agnarr tuvo que aprender el ingles, yo le pedí que me enseñara ya que solía cantarme canciones en español.— su voz es tan delicada pero estaba llena de firmeza, podía sentir como todo mi cuerpo temblaba de solo escucharla, trate de suprimir mi gemido mordiendo una fruta antes de inclinar la cabeza con duda. —¿Agnarr? ¿No lo llamas padre?— ella me miro antes de sonreír y negar con la cabeza sin dejar de verme. 

—Agnarr no es mi padre biológico.— me quede procesando sus palabras y mejor me mordí el interior de mi mejilla antes de decir algo imprudente. —Agnarr jamas le dio el lugar que se merecía mi madre, ella se enamoro de un beta y de su amor nací yo. Esa es la razón por la que no sentí que tuviera el derecho de reprocharte por tener un cachorro, supongo que mas que molesta estaba herida y triste, y un poco enojada conmigo y con quien te haya...— ella se mordió el labio y un gruñido profundo salio de su pecho, me humedecí mas y temblé de excitación. —¿Como... como supiste que ya tenia un cachorro?— trague con fuerza tratando de serenarme, podía ver como sus ojos se oscurecían a cada minuto que pasaba y como su mano derecha se cerraba con fuerza en el pasto detrás de ella.

—Simplemente empece a sentir en tu lobo un sentimiento maternal y solo sume dos mas dos. Estaba enojada conmigo por no haber salido antes a buscarte, triste porque no me habías esperado y dolida de pensar que tal vez tu ya estabas haciendo una familia.— vi como una lagrima recorría su mejilla y mejor volteaba hacia otro lado, me acerque a ella lentamente para limpiar su mejilla, cuando estuvimos una enfrente de la otra tome su rostro entre mis manos y cerro los ojos dejándose tocar, era como un cachorro. —¿Me prometes de verdad que después de esto no ignoraras o despreciaras a Alessa?— ella abrió los ojos y me dio un corto beso en mi palma antes de hablar. —Te prometo por mi vida que eso jamas pasara, yo ya la amo como te amo a ti.— me sonroje pero esta vez no me separe, ella se inclino un poco mas casi rozando nuestros labios y cerro los ojos, me esta dejando tomar la iniciativa. 

Junte nuestros labios en un tierno e inexperto beso, sentí como mi estomago revoloteaba con solo el contacto, me hice hacia atrás y ella me miro con un brillo en los ojos antes de inclinarse y besarme de nuevo con mas fuerza y pasión. Abrí un poco la boca al sentir como movía sus labios, mi centro empezaba a doler y mi conciencia poco a poco se desvanecía, cuando su lengua entro a mi boca gemí de placer mientras cruzaba mis brazos alrededor de su cuello y la acercaba mucho mas a mi, ella nos fue acostando lentamente mientras que con su mano izquierda me acariciaba el rostro, su tacto era tan suave pero firme.

Nos separamos unos instantes solo viéndonos a los ojos, su hermoso color azul se estaba oscureciendo y el olor a excitación se espeso en el lugar. —¿Estas segura que nadie entrara aquí?—pregunte sin aliento al escuchar el ruido de los que estaban cazando, ella miro hacia la entrada de la cueva y formo un muro de hielo helado, —No creo que tengan la fuerza de romperlo.— se agacho para besar mi cuello, me retorcí en mi lugar levantando la cabeza para que tuviera mas acceso, una de sus manos estaba recorriendo mi cuerpo por encima de la simple manta, —¿Te puedo quitar esto?— su gruñido en mi oído me hizo estremecer, mucho mas al sentir como su miembro ya duro estaba recargado en mi pierna. —Si.— trague con fuerza intentando llevar aire a mis pulmones, ella se levanto antes de quitarme la manta y dejarme completamente desnuda, se acomodó entre mis piernas y empezó a tocarme lentamente mientras me recorría con sus ojos, —Sin dudas eres la mujer mas hermosa que haya visto.— se quito su manta también quedando en las mismas condiciones, baje la mirada recorriendo su cuerpo y sus abdominales me dejaron salivando de deseo. Se agacho nuevamente para besarme, tener nuestros cuerpos desnudos me excitaba de sobre manera, toque su espalda antes de acariciar sus abdominales y escucharla suspirar entre besos.

Que No Sepan Que Puedes VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora