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ISABELA MADRIGAL

Cuando terminamos de comer arreglamos lo último que nos faltaba y nos dirigimos a la costa. —Estaré aquí en cinco y las quiero a todas arriba, mi padre no me deja salir sola así que me castigara si hago esto.-

—¿Entonces porque lo haces?— le cuestione a Moana y solo sonrió antes de sonreír. —Porque es divertido y adoro el mar desde que era niña.— ella se fue y regreso justo en cinco minutos con un atuendo diferente y un collar que antes no traía, empujó la balsa de la arena y con el remo empezó el viaje.
Hablamos de todo y de nada durante las próximas dos horas que duro el viaje, sobre todo ella estaba hablando con Mirabel referente a las cosas que mas le gustaban entre otras. Yo solo me mantuve al margen cuidando a mi pequeña para que no se asustara con mi ausencia las próximas dos noches, el sol ya se estaba metiendo y no tardaba mucho antes de que la luna estuviera en lo alto del cielo.

Me pregunto como sera mi pareja, si sera amable o sera una bastarda. De igual manera no pienso ceder hasta que vea algún compromiso con Alessa, las dos o ninguna.

Entre mas nos acercábamos a la costa mas podía sentir mi excitación al limite y como con mucho trabajo Moana trataba de mantenerse en pie, la forma en que apretaba el remo me dejo una idea clara de lo mucho que le esta costando controlarse, sobre todo porque a pesar de los inhibidores y los camufladores de olor, el aroma de Mirabel seguía creciendo cada vez mas. Cuando llegamos los niños saltaron a la tierra y vieron el imponente bosque con asombro, le pase el cachorro a Camilo ya que quería mostrarselo.

—Se supone que deben de caminar por el sendero que esta en bosque y llegarán al reino de Corona.— no pude responde antes de los niños me interrumpieran emocionados con muchas preguntas.

—¿Podemos correr?—
—¿Podemos cazar algún animal?—
—¿Podemos hacer carreras?—
—¿Podemos hacer una fogata?—

Entre otras eran sus preguntas. —Claro, solo esperen un poco.— les respondí antes de voltear a ver a Moana. —Gracias por toda la ayuda, no se que hubiéramos hecho sin ti.— le agradecí de corazón inclinándome un poco, ella le quito importancia sacudiendo su mano. —No fue un problema, estoy feliz de que hayan llegado a salvo y ser quien las encontrara primero.— nos sonrió feliz mientras nos decía que Raya y Namaari estaban bien y nos daba un saludo de su parte, justo cuando estaba por despedirnos sentí una ausencia y voltee rápidamente hacia atrás para ver un camino de ropa tirada.

—¡MIERDA!— exclame asustada y las chicas de inmediato se preocuparon mientras tomaban la ropa. —¡¿A donde diablos fueron?!— mas que enojadas estábamos asustadas de que algo les pasara. —No creo que haya Thorns en este bosque, pero si puede haber muchos alfas ya que no tarda en comenzar la temporada de caza.— Moana se escuchaba asustada y enojada mientras debatía entre soltar el remo e ir a buscarlos o regresar. —Nos vemos luego, Moana, tenemos que encontrar a esos niños.— Luisa y Dolores se quitaron rápidamente la ropa antes de meterla en una mochila para posteriormente transformarse. —Dense prisa.— con eso ella se retiro visiblemente preocupada.

Hice lo mismo que mis hermanas y antes de cambiar les dije. —Separemonos, si las encuentran antes avisen.— fue Dolores quien tomo la mochila con nuestras cosas y empezaba a correr de manera recta, Luisa fue a la derecha mientras yo iba a la izquierda. Voy a matar a todo aquel que se atreva a dañarlos.
A lo lejos un aullido que indicaba lo próximo a la competencia me erizo la sangre, debíamos darnos prisa, al cabo de unos minutos escuche un maullido de miedo combinado con un aroma asustado, me detuve en seco cuando descubrí quienes era y que cerca de ellos estaba el aroma a alfa.

Te voy a matar.

Tome mi camino hacia la fuente del olor pero estaba algo alejada, a lo lejos escuche un gruñido y quejido de dolor, supongo que una de mis hermanas llego antes.

No tendré piedad si es que se atrevieron a tocar a mi manada.

Que No Sepan Que Puedes VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora