Admire la gran casa totalmente impresionada, vaya que les iba bien, suspiré tocando el timbre del lugar.
Entre al gran lugar cuando la puerta se abrió divisando una gran sala de estar, está casa estaba enorme.
Me quedé sentada en el sofá sin dejar de ver el lugar, observe mis piernas para encontrarme a un gato siamés. Sonreí acariciando al felino que no dejaba de ronronear.
—Bosnia hija de puta ¿Tu me odias, hija mía?
Una sonrisa se asomo al ver a Raúl con la gata en brazos, reí levemente cuando Bosnia le hizo feo para después bajarse de los brazos del hombre y huir.
—¿Y Sara?
—Esta en directo, no tarda en bajar—murmuró sentándose en otro sofá algo alejado, vaya que era incómodo.
—Me da gusto que por fin vivas donde siempre quisiste.
—Nos hubiera gustado que vivieras con nosotros.
Le di una corta mirada para después continuar viendo mi celular, así matamos el tiempo hasta que escuchamos a Sara bajar corriendo las escaleras.
La mujer no me dio tiempo de procesar nada pues ya la tenía sobre mi abrazándome, vaya.
—Estarás en la velada del año, tía. ¡Felicidades!—hablo dejando un beso en mi cabeza para después sentarse junto a su pareja.
—No he venido a hablar de trabajo—susurre levantandome de mi lugar—Quiero dejar unas cosas en claro. He decidido que os quiero en mi vida, quiero que todo sea privado y no haya necesidad de revelarlo... O al menos no ahora.
—Con tenerte a nuestro lado es suficiente, ¿Volverás a México?—pregunto Raúl a lo que asentí.
—Entrenaré ahí, probablemente vuelva.
—¡Estás de coña! ¿Lo dices en serio?
—Debe pensarlo, cariño. Hay que darle su espacio—apoyo nuevamente el hombre ante la emoción de la rubia.
—Gracias, Raúl—sin pensar tanto en mi acto me acerque a la pareja para darles un corto abrazo—Debo irme, iré a Valencia para conocer a Reborn. Volveré antes de regresar a México.
—Venga, salúdame al anciano ese. Ten cuidado.
—Buen viaje, pequeña.
Salí de la casa de la pareja visualizando el carro de mi acompañante, subí a este dándome cuenta que las maletas ya estaban guardadas.
—¿Lo disfrutaste?
—Ya los extrañaba—confesé mirando al castaño—No me has dicho cómo te enteraste.
Y nuevamente me evadió cambiando de tema, algo me decía que debía ir con cuidado.
Llegamos a la estación de trenes listos para nuestro próximo destino, me encontraba muy emocionada por conocer a Reborn.
Al llegar a la ciudad salimos del tren tratando de encontrar al hombre, ya era de noche y moríamos de hambre.
—¡Renato!
—¡Niñatos!
Cómo si de dos niños pequeños se tratara, corrimos hacia el mayor para darle un abrazo escuchando sus carcajadas.
Caminamos por las calles de la ciudad que estaban completamente iluminadas, estábamos en busca de un lugar donde cenar.
—__________, ¿Regresaras a España?
—¿La verdad? Lo estoy pensando, hombre...
Le di una mirada a mis dos acompañantes quienes me vieron preocupados. Nos adentramos a un restaurante para después continuar platicando.
—Quiero vivir aquí pero no quiero abandonar lo que he logrado en México. Y otra parte de mi quiere volver a casa—susurre mirando a Reborn el cual suspiro.
—Tía, eres joven. Vive dónde quieras.
—Reborn tiene razón, ¿Por qué no te quedas en México en lo que te sientes lista para volver?—apoyo axozer acomodando sus lentes.
—¿Por qué me convencen tan rápido? Joder.
Reí con los dos hombres para continuar con nuestra pequeña velada, al terminar continuamos caminando hasta llegar al edificio donde vivía Reborn.
Nos adentramos y cada quien se encamino a una habitación diferente, nadie creería que el viejo tenía un departamento de puta madre.
Deje caer mi cuerpo en la cama pensando en todo lo que me habían dicho. ¿Sería tan fácil dejar México y volver a España?
¿Dónde viviría?
En mi cabeza se formularon demasiadas preguntas hasta que por fin, caí dormida.
Abrí mis ojos al escuchar golpes, salí de la habitación encontrándome a Reborn desayunando con axozer.
—¿Y esos golpes, tío?
—Es mi vecino—murmuro bebiendo de su café—Come algo, no os dejaré descansar hoy.
—Yo debo volver a casa a hacer stream... ¿Esta bien si te quedas con el viejo?—pregunto Axozer señalando al hombre mayor.
—Siempre y cuando no le moleste tener visitas...
—Para nada, ve con cuidado niño.
—Regresare mañana para llevarte con...—asentí rápidamente al entender a quien se refería—Me voy o me quedaré sin tren.
—Vale, que yo te la cuido.
—Ten cuidado... ¿Te escribo al rato?—murmuré viendo como Axozer asentía, sonreí levemente al ver cómo salía del lugar prácticamente corriendo.
Suspire al escuchar como la puerta principal se cerraba, tomé asiento en la mesa dándole una mirada al hombre quien estaba sonriendo.
—¿Te va a dar un infarto?
—Hoy conocerás Valencia, hija mía.