Era extraño no tener a Missa en casa. Si bien se había mantenido ocupado preparando lo que comería ese día, limpiando el lugar algunas veces a la semana, y sobre todo grabando y editando para su canal, Phillip no podía evitar sentir que faltaba algo de vivacidad en su día a día.
Habían pasado alrededor de tres semanas desde el viaje a Chile, el castaño sabía que después de eso Missael estaría constantemente viajando para asistir como invitado a distintas convenciones, lo que significaba que se verían algunos días a mitad de semana antes de que el pelinegro volviera a salir durante los fines. El tiempo que pasaban juntos se redujo significativamente, ambos se veían atareados y cuando por fin se desocupaban quedaban exhaustos como para salir a pasear por la ciudad.
Sin embargo, esa no era la razón por la que el chileno sentía que faltaba algo; por más cansados que estuvieran intentaban aprovechar el tiempo que tenían juntos, sin importar que fuera ver una mala película en la tele, discutir sobre ideas recientes o simplemente recostarse por la noche lado a lado, la calidez que se brindaban el uno al otro no había disminuido; no era la reducción del tiempo, sino la perdida de la constante que había sido hacer casi todo juntos durante los últimos meses, si lo pensaba bien no era algo que le molestara, simplemente era que aún no se acostumbraba.
Miró su calendario, era martes, Missa regresaría hoy y el jueves saldría de nuevo hacia otra ciudad, mas había una ligera diferencia, ese próximo jueves sería cuando el menor por fin lo acompañaría a uno de esos viajes. El mexicano le había asegurado que simplemente con avisarle con anticipación se podían organizar las cosas para que fuera su acompañante; no obstante, Felipe estuvo ocupado durante las fechas de eventos anteriores, tenía que entregar avances para videos publicitarios, trabajar en su propio contenido y no menos importante, ese mismo martes tenía una entrevista.
Faltaban veinte minutos y el chileno solo caminaba de un lado a otro en su habitación, su computadora ya estaba encendida, tenía un traje puesto, repasaba las respuestas a posibles preguntas en su cabeza, levantó su brazo para secar un poco del sudor que se acumulaba en su frente, ¿estaba sudando?, quizá tendría que cambiarse de traje. El sonido de notificación en su teléfono le hizo dar un respingo, lo tomó rápidamente esperando que fuera un mensaje respecto a la entrevista, pero para su sorpresa lo que se leía en la pantalla era el nombre de Missa.
Tomó asiento y abrió el chat, era un simple aviso del mayor diciendo que había llegado al aeropuerto y regresaría a casa en cuanto consiguiera un taxi, antes de que el castaño pudiera responder apareció otro mensaje preguntando si ya había desayunado. Sabía que olvidó algo, Phillip respondió que no y el otro chico le dijo que pasaría por algo para ambos en el camino.
Dejando el teléfono de lado, el chileno dejo salir una risa ligera sintiendo como parte de su preocupación se disipaba, tendía a olvidar las cosas más simples cuando estaba nervioso, era bueno tener a alguien que se las recordara. Estaría bien, solo debía concentrarse en el momento; fue por algo de agua y cuando regresó a su escritorio se sentía más seguro, revisó el reloj por última vez, paso la mano por su cabello para acomodarlo e ingresó a la videollamada.
Fuera de la casa, un chico de cabello oscuro intentaba abrir la puerta sin tirar las bolsas de comida que llevaba en sus brazos, una vez que logró ingresar dejó su equipaje cerca de la entrada y se dirigió a la cocina para empezar a desempacar el desayuno.
-¡Phillip!, ya llegué- gritó lo suficientemente alto para que se escuchara incluso en el piso de arriba
Terminó de arreglar la mesa, pero al seguir sin respuesta optó por subir las escaleras para buscar a el otro chico, tocó suavemente a su puerta antes de abrirla, como era de esperarse lo encontró ahí, sentado frente a su escritorio, mas antes de que pudiera poner un pie dentro del cuatro notó que el castaño traía puesto un traje y en la pantalla se observaban otros hombres tambien trajeados con los que Felipe parecía estar hablando.
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Mi rosa blanca (Mr phissa)
FanfictionDos corazones con los mismos sentimientos pero dirigidos a diferentes personas. Missa y Phillip por fin se conocen en persona, pero que pasa cuando uno desarrolla sentimientos no correspondidos ¿esto cambiará las cosas entre ellos?