Las siguientes semanas se basaron en papelería, preparativos y pasar la mayor cantidad de tiempo libre juntos, esto último se facilitó gracias a que la temporada de convenciones a las que Missa debía acudir había terminado. No obstante, cada día parecía más ajetreado que el anterior, en varias ocasiones el castaño terminaba exhausto y caía dormido sobre su escritorio, de manera que cuando el mexicano se daba cuenta de esto se encargaba de que su trabajo quedara guardado, antes de cubrirlo con una manta y apagar las luces, retirándose de la habitación.
Cuando esto sucedía, Phillip solía despertar con una taza de café caliente frente a él, y una vez que se encontraba con el otro chico este no decía nada al respecto, mas su mirada le bastaba para saber que se preocupaba por que no estuviera durmiendo bien, lo que provocaba que al menos por el resto del día, el menor se tomara con calma sus pendientes.
Por otro lado, Missael solía tomar siestas por la tarde cuando no dormía lo suficiente, pero cuando el chileno lo encontraba trabajando a altas horas de la noche lo forzaba a levantarse e ir hacia la cama, donde dormía con un brazo alrededor de él para asegurarse de que no se fuera, las mañanas que les seguían a esos días eran en las que más tarde se levantaban.
Y así ambos cayeron en una especie de hábito inconsciente que apenas necesitaba palabras, era curioso como a pesar de hablar tanto entre sí durante el día, era en este tipo de ocasiones que se suscitaba una comunicación silenciosa que comprendían perfectamente.
Durante aquel tiempo, el pelinegro intentó involucrarse un poco más en los preparativos de su pareja, en un principio el castaño lo sentía un poco extraño, había estado haciendo esto solo por tanto tiempo y ahora tenía a alguien con quien hablar regularmente sobre ello, el mayor notó esta ligera incomodidad y se mantuvo al margen, tan solo acompañándolo en algunas vueltas y dejando que Phillip hablara del tema cuando lo sintiera indicado. Poco a poco el chileno se dio cuenta de lo liberador que podría ser contar con alguien que genuinamente te apoye porque quiere verte feliz, así que eventualmente dejó al mayor involucrase más en sus planes, Missa aún mantenía cierta distancia, tan solo haciendo aportaciones sutiles, por lo que Felipe le hizo saber que estaba bien si quería decir algo más, en la mayoría de las ocasiones esos comentarios solo fueron recibidos con un movimiento de cabeza, así que optó por no presionar más.
La atmósfera de su relación se mantuvo acogedora y tranquila, al menos para las personalidades de ambos; su casa seguía pasando por constantes cambios, nuevas decoraciones, reordenar una y otra vez cada habitación, junto al aumento en el número de cajas, las cuales habían sido desplazadas a un solo cuarto, mezclando los paquetes que Missa recibía con las cosas que el menor ya había empacado. Sin embargo, las cosas se mantuvieron sin cambios repentinos, o al menos así fue hasta el día que Felipe separó los boletos de su vuelo, un mes antes de la fecha de partida.
-Amber estará de vacaciones, así que irá a Chile por un tiempo y luego vendrá aquí para que los dos vayamos a California
Ambos chicos se hallaban en la sala de estar, el menor se encontraba contándole al mexicano acerca de la fecha de partida y lo que haría antes de eso. Según acordaron, el día del vuelo, Phillip tan solo llevaría lo básico y Missa le enviaría gradualmente las cajas con lo que había empacado ya que sentía que no lo necesitaría todo de inmediato.
-Ya veo, ¿estará aquí algunos días?
-Solo durante el fin de semana, llegará el viernes y nos marcharemos el lunes por la mañana
-¿Todo está listo entonces?
-Eso creo, tan solo faltaría empacar la maleta que me llevaré, pero eso lo haré un día antes
El pelinegro se limitó a dirigir su vista al suelo, intentando ocultar la melancolía que sentía, el tiempo se le escurría de las manos y no había nada que pudiera hacer para evitarlo, incluso si sostuviera la mano del castaño y la apretara lo más fuerte que pudiera, intentando unir el tiempo de ambos para que lo inevitable tardara más en llegar, nada cambiaría. Como si leyera sus pensamientos sintió las puntas de los dedos del chileno rozando con el dorso de su mano, dejó que las entrelazara, mas no hizo nada ante el reconfortante gesto, su mano permaneció distendida a pesar de la presión.
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Mi rosa blanca (Mr phissa)
FanfictionDos corazones con los mismos sentimientos pero dirigidos a diferentes personas. Missa y Phillip por fin se conocen en persona, pero que pasa cuando uno desarrolla sentimientos no correspondidos ¿esto cambiará las cosas entre ellos?