Saiyajin

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"Bardock & Gine"

Dentro de una gran cueva, aún a través de las llamas de la fogata que su Capitán había creado para ambos y así pudieran entrar en calor debido al frío de la noche. Sentada sobre el suelo en un pequeño rincón de aquella cueva, podía observar descansar a su superior con su cabeza sobre un tronco utilizado como apoyo sobre esta. En su rostro y brazos podía verse varias heridas debido a los fuertes golpes que recibió por parte de uno de los habitantes del planeta que les tocaba invadir. Se sentía tan culpable el no haber podido hacer nada para evitar que aquellas heridas se hicieran. Aunque para Bardock no eran más que pequeñas y no les tomaba ninguna importancia, para ella era preocupante.

Se supone que tendría que haberlo ayudado a exterminar aquellos habitantes para que Bardock no terminara herido, pero su instinto de no hacer nada y sentir lastima le eran imposibles. Lo único que hacía era llorar y recibir golpes de esos imbéciles ¿Porque no tenía esas ansias de pelear y destruir cosas como todos los saiyajin? Si ella fuera "normal" no metería en varios problemas a sus compañeros de escuadrón a la hora de pelear especialmente a su superior.

Eran tantas las veces que él acudió a su rescate que termino entrenando a solas con él, lo cual los golpes que solía recibir por parte de su capitán no eran para nada ligeros eran todo lo contrario, y debido a esto casi siempre terminaba lastimada. Aún así, sabía que Bardock no empleaba del todo su fuerza si así fuera ya estaría muerta hoy en día. A veces le agradecía a su capitán el haberla entrenado a solas de vez en cuando, pero en otras veces le maldecia, ya que si él la hubiese dejado morir en una de esas misiones a otros planetas, jamás hubiesen nacido sentimientos baratos hacia su superior. Ese afán de estar apegada a él le resultaba enfermizo, ya que había ocasiones que en lo único que pensaba era en su capitán. Se sentía inútil el no poder acudir en su ayuda, en siempre depender de él cuando se metía en problemas.

Unas pequeñas lágrimas que salían de sus ojos comenzaron a resbalar por sus mejillas hasta caer al suelo, no entendía porque era como era. Si fuera destructiva, si fuera más cruel, si fuera más fuerte y lo más importante si tuviera más orgullo pelearia sin ninguna dificultad como una verdadera guerrera saiyajin, y así estos sentimientos que sentía hacia su superior nunca existirían.

—¿Porque?—susurro para si misma.

La fogata que hace unos minutos iluminaba se apagó por completo dejando que un escalofrío recorriera su espina dorsal debido a la ausencia de calor. Guío su mirada hacia su Capitán y noto que este no se había inmutado y lo único que hacía era dormir. Gine soltó un gran suspiro de rendición sabiendo que ahora era su turno de encender la misma fogata.

Antes de levantarse para ir en busca de más madera, gateo con sigilo hacia su capitán con la intención de saber si podría acompañarla ya que podría encontrarse con algún habitante del planeta y podría ser atacada. Su olor que siempre le caracterizaba era muy embriagante para ella.

—Bardock...—llamo con una suave voz.

No recibió ninguna respuesta, ya que de verdad parecía que su capitán no había dormido en días. Si lo despertaba se arriesgaba a que le gritara y lo pusiera más malhumorado que de costumbre. Bardock le había dicho que lo dejara descansar hasta que la luna llena apareciera y continuar con la destrucción de aquel planeta con más energía y encontrarse con sus otros compañeros. Estaba en su derecho de no molestarlo ya que ella fue la culpable de esas heridas en ciertas zonas de su cuerpo.

—Me las arreglaré sola.

Gine se puso de pie y se encamino a fuera de la cueva en busca de madera y si tenía la oportunidad encontrar algo de comida.

Al salir por completo de la cueva, la oscuridad de la noche hacia lucir el planeta de manera espeluznante y más aún cuando había varios destrozos que Bardock ocasiono en el área. Tragó saliva nerviosa y continuo su camino, con sus brazos sobre su pecho de manera de protección contra el fuerte frio. Con cada paso que daba un olor putrefacto se hacía mucho más potente y no hacían más que causarle náuseas y ganas de vomitar. No tardó en deducir que eran los cadáveres de los habitantes de aquella zona, que se encontraban enterrados bajo los escombros, ya que Bardock y ella los atacaron por sorpresa aún dentro de sus viviendas.

One~shots parejas •Dragon ball•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora