One~shots parejas •Dragon ball•

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Nota de la autora: Este One-shot está ubicado en él mundo de Trunsk del Futuro.

"Vegeta & Bulma"

La segunda explosión fue más que suficiente para que todo su cuerpo no le respondiera. Él dolor de ser estrujaba por esa mano sobre su ropa de una forma que a ella le resultaba dolorosa la hacía temblar de miedo. Sus párpados se apretaban con fuerza, sus dos manos se encontraban cercanas a la mano que la sujetaba de la ropa, su cuerpo cansado debido a que todo un año estuvo creando la energía para la máquina del tiempo sin siquiera parar un segundo, más el fuerte miedo que la controlaba en ese momento le era imposible mover un solo músculo.

—¡Mamá!—la voz de su hijo llamándola desesperado la hizo reaccionar.

Abrió sus ojos y observó a Trunsk en el suelo, sorprendido y lleno de miedo.

Por un momento pensó en pedirle ayuda, pero si Trunsk se arriesgaba a ayudarla, corría el riesgo de que Goku Black lo matara y destruiría la energía, condenando a los únicos humanos que quedaban con vida en la tierra. Tenía miedo de morir y no quería que su muerte fuese a manos del hombre que tenía el rostro al que por mucho tiempo llamo mejor amigo, con quién vivió demasiadas aventuras en su juventud, Son Goku.

Unos enormes sollozos querían salir de su boca, ya estaba harta de vivir así y más cuando la vida de su hijo peligraba constantemente. Por un tiempo pensó que con la caída de los Androides, las cosas estarían calmadas que ya no vendrían más problemas y por fin viviría una vida tranquila en paz. Pero qué equivocada estaba, 17 y 18 no fueron más que simples insectos —como solía decir Vegeta— comparados con Goku Black, él mismo se encargó de extinguir a toda la población humana.

Quería que ella y su hijo vivieran felices sin ninguna preocupación, pero la vida les decía que eso sería imposible. Trunsk era la única esperanza que quedaba para salvar este mundo, odiaba con toda su alma que su único hijo, la única persona que le quedaba en esta vida tuviera que tener que lidiar con todos estos problemas.

Aquel sujeto quien tenía el rostro de su antiguo amigo apareció en sus ojos, pensó que de alguna manera Goku había regresado a la vida, lo que no pudo evitar sentirse feliz. Si su amigo fue resucitado, entonces ¿Vegeta también fue revivido o habría alguna manera de hacerlo volver a la vida?

Ya siendo una mujer alrededor de sus sesenta y tantos años, no dejaba de ser ingenua.

Bulma daba lo que fuera solo por verle una vez más, tenerlo de frente y decirle lo Imbécil que se comportó con ella. Le había dicho que no fuera a pelear con 17 y 18, que pensara en lo que ella sufriría si algo le pasase, que pensara en su hijo, que no arriesgará su vida por una estupida pelea. Pero claro, el saiyajin no le hizo ningún caso como siempre lo hacía, Vegeta le escupio en cara:

"Tú, ni nadie en este planeta me va a decir que es lo que tengo que hacer, tú y el mocoso no me interesan en lo más mínimo. Ganaré está pelea y demostraré que soy mil veces mejor que ese inútil de Kakarotto".

Esas palabras le dolieron en lo más profundo de su ser, iba a responderle como siempre lo hacía cuando ambos discutían, pero está vez no pudo hacerlo. Lo único que hizo fue llorar, mientras que el saiyajin se daba la vuelta y se marchaba de la casa. Solo dedico a insultarle dos palabras como "Imbécil" y "Vete a la mierda". —sin saber que esa fue la última vez lo vio con vida—.

Desde la muerte de Vegeta, ningún otro hombre volvió a ganarse su corazón. El único que logró impregnarse en todo su ser, fue ese saiyajin sanguinario y orgulloso. Por un tiempo pensó que si los Androides eran exterminados y la paz volviera a reinar en la tierra, ella podría darse una nueva oportunidad con alguien, pero fue todo lo contrario. Al intentar salir con uno, no sintió nada solo incomodidad, intento con alguien más y tampoco funcionó. No concreto nada con ningún hombre que se le presento en frente. Siempre que volvía de sus citas, se echaba a llorar sobre su cama porque no era Vegeta, no quería que nadie mas ocupará su lugar, quería quien la tocará fuera él.