capítulo ²³

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Jihyo se empezaba a mover inquietamente, la temperatura de su cuerpo se estaba elevando a pesar de lo adormilada que estaba. Abrió sus ojos de golpe y enseguida se dio cuenta que una cabellera negra sobresalía de su entrepierna y una juguetona lengua jugaba entre sus labios vaginales sensualmente.

-Dios Sana. -gemía echando su cabeza hacia atrás y mordía sus labios del placer. Sana dejo su sexo y subió por su pelvis repartiendo besos hasta llegar a sus labios.

-Buenos días. -susurro sobre ellos mordiéndolos.

-¿Asi me vas despertar ahora? -le pregunto Jihyo con la respiración agitada.

-Si amor. -volvió a besarla apasionadamente, metiendo su lengua dentro de la boca de Jihyo sacándole más gemidos.

Sin dejar los labios de Jihyo, Sana se levantó, se sentó y acomodo a su chica sobre sus piernas, la ayudo a sacarse la blusa, el sostén y ella hizo lo mismo.

-¿Te han dicho lo sexy que eres? -posaba sus labios sobre el pecho derecho de Johyo, mientras una de sus manos bajaba hasta su sexo y sus dedos jugaban en su entrada sin penetrarla.

-Sana...

-Dímelo. -se metía un pezón dentro de su boca y lo chupaba y seccionaba.

-Si... Si... -apenas y podía formular palabras

-Pues eres jodidamente sexy. -sus dedos masajeaban el clítoris de Jihyo rápidamente.

-Oh Dios... -cerraba sus ojos y juntaba su frente con la de Sana, cruzando sus brazos por su cuello.

-¿Alguien te ha tocado como yo? Jihyo mírame... -detenía sus movimientos. -Mírame mi amor. -Jihyo abría sus ojos cruzándose con la mirada llena de deseo y lujuria que la japonesa tenia. -¿Alguien te ha tocado como yo? -volvía a preguntarle y Jihyo negaba.

-Por favor Sana... No... No puedo mas. -Sentía que iba a morir si Sana no le hacia el amor de una vez.

-¿Lo quieres? -volvía a jugar con sus dedos en la entrada de Jihyo enloqueciéndola. -¿Lo quieres amor? -seguía jugando.

-¡Cógeme de una buena... -su respiración se detuvo apenas sintió dos dedos penetrándola rápidamente.

-¿Te gusta? -Le susurro Sana sobre uno de sus oídos chupando sensualmente su lóbulo.

-No... No pares... -movía erráticamente sus caderas al ritmo que imponía la japonesa, que se apoderaba nuevamente de sus pechos, chupando uno, acariciando el otro, mientras su mano libre se posaba en su cadera ayudándola con sus movimientos. Las embestidas eran fuertes y rápidas, los gemidos y movimientos de Jihyo eran incontrolables y el sudor hacia brillar sus cuerpos.

-¡Oh Dios! -Sana agregaba un tercer dedo, hundiéndose más profundo dentro de ella, subía y bajaba sus caderas en un acelerado movimiento, que estaba excitando demasiado a Sana que no dejaba de embestirla como si se le fuera la vida en ello. -Mierda. -sus pechos estaban siendo chupados y succionados maravillosamente por una boca hambrienta de deseo, sus sentidos empezaron a nublarse haciendo temblar su cuerpo, las paredes de su sexo empezaron a contraerse sobre los dedos de la japonesa que estaba llevándola a un explosivo orgasmo. -¡Dios Sana! -dejaba caer su cuerpo sudoroso sobre la japonesa y empezaba a sufrir espasmos múltiples según Sana.

-No se debe nombrar a Dios en vano -sonreía y dejaba besos tiernos sobre el rostro de Jihyo.

-No me importa... -hablaba Jihyo recuperándose de a poco. -Te amo... -besaba tiernamente los labios de su chica.

-Y yo te amo a ti. -suspiraba transpirando felicidad por todos sus poros y escuchaba un ruidito proveniente de Jihyo. -Creo que ese fue tu estomago ¿Tenemos hambre? -Se reía.

las gemelas minatozaki | sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora