capítulo ⁵

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Si había algo que Minatozaki Sana odiaba era hacer compras, no, realmente odiaba acompañar a otra o otras mujeres a hacer compras, no entendía porque se hacían tanto rollo por una blusa o un vestido que probablemente, solo usarían un día.

Jihyo no parecía una mujer superficial, pero se veía muy desesperada en adquirir ropa nueva. Había bajado la guardia con la coreana y esta se había aprovechado para convencerla de ir de compras, ¿Negarse? ¿Cómo iba hacerlo?, no podía, no después de que prácticamente se lo suplicara con esos ojitos llorones y esa nariz roja que le habían causado mucha ternura, las cosas estaban igual de tensas, pero Jihyo parecía feliz y eso solo le demostraba que había retrocedido mil pasos hacías atrás en el plan.

—Momo camina, necesito comprar algunas cosas.

—Jihyo ya fuimos a cien tiendas y no te decides por nada. —dijo una Sana muy fastidiada, parada con los brazos cruzados y con el ceño muy fruncido.

—No seas exagerada, además tengo buen gusto y quiero lo mejor. —dijo Jihyo muy creída y Sana rodó los ojos. —Vamos, daleee. —prácticamente arrastro a la japonesa al interior de la tienda.

"¡Maldita coreana!"

—Este es perfecto ¿Te gusta? —Le preguntó Jihyo a Sana que estaba unos centímetros mas allá viendo algo y le mostraba un pequeño vestido negro de una sola manga.

—Eh... —se acerco Sana mirando el vestido de arriba abajo. —Seguro te queda bien. —dijo sin mucho interés

—¿Segura? —preguntó esta vez Jihyo muy insegura.

—Si, se te vera bien. —aseguró Sana pasándose una de sus manos en la nuca, ya se estaba estresando. —Mejor pruébatelo.

—Esta bien, me lo probaré. —dijo Jihyo tirándole un beso volador y camino en dirección a uno de los probadores.

—Uff... no salgo viva de aquí. —murmuró Sana sentándose en un mueble, que estaba frente a uno de los espejos del lugar.

—¿Qué tal? —Jihyo salía del probador y se paraba frente a Sana, se daba la vuelta, sacaba un poco el trasero y le mostraba las piernas.

—Este... —Sana se aclaraba la garganta y se acomodaba sobre el mueble, algo incomoda y a la vez muy nerviosa.

"Empiezo a creer que Momo es idiota, pedazo de mujer que se ha conseguido y... ¿Qué estupidez estas diciendo?"

—Momo.

—Eh si... si, si te ves bien, fenomenal.

—Lo se... —dijo Jihyo contoneándose de un lado para el otro. —Iré por otros, no te muevas. —le guiño un ojo a la japonesa y para fastidio de esta se fue a buscar mas vestidos.

"Me lleva la que me trae ¡Fastidio!"

En ese preciso momento su celular empezó a sonar y vio que era Momo.

—¿Qué quieres Momo?

—¿Cómo va todo?

—¿En serio me llamas para eso? —se levantaba para ubicar a Jihyo y la veía hablando muy animadamente con una de las empleadas del lugar, suponía que por algún vestido.

—Necesito estar divorciada ¿Te parece poco?

—Pues si quieres que todo se resuelva rápido, ven y hazlo tu misma.

—¡Déjate de dramas Sana!, necesito que...

—Oh Dios... oh Dios. —Sana interrumpía a su hermana, se había puesto más blanca que la hoja de un papel.

—Sana...

—Hablamos después Momo. —cerraba la llamada y caminaba a pasos agigantados hasta donde estaba Jihyo.

las gemelas minatozaki | sahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora