—Sana... Sana... —Jihyo jugaba con la nariz de la morena mientras la llamaba.
—No quiero... —Sana tenía fuertemente cerrados los ojos y se pegaba más al cuerpo de la coreana.
—Bebé tenemos que levantarnos. —sonreía por cómo estaba la japonesa.
—No, tus padres están abajo y seguro cuando se enteren que dormí aquí, me botaran. —decía temerosa.
—Eso no pasara. —besaba tiernamente su frente para darle seguridad.
—Claro que pasara, me odian. —hacia un adorable puchero.
—Claro que no te odian, bueno, a la que odian es a Momo. —sonreía divertida. —En todo caso ya los conoces y saben a qué te dedicas, así que no debes tener miedo.
—Si pero les mentí y...
—Jihyo... —una voz se escuchaba al otro lado de la puerta del cuarto de la coreana. —Te esperamos para desayunar, dile a Sana que puede bajar también. —la japonesa salto de la cama y tenía abiertos sus ojos sorprendida.
—Si mamá. —soltaba una carcajada, Sana parecía un cachorrito abandonado y asustado.
—No me estas ayudando. —Se quejaba Sana.
—Deja de ser tontita. —se levantaba de la cama y se acercaba a su chica. —Estamos juntas en esto y no voy a permitir que nadie te falte el respeto, ¿bien? —la japonesa asentía y suspiraba más tranquila.
Se demoraron media hora en arreglarse y ahora caminaban hacia el comedor de la casa de la coreana, con una Sana que apretaba nerviosamente la mano de su chica.
—Todo estará bien. —Le susurraba Jihyo y llegaban finalmente al comedor. —Buenos días. —La coreana saludaba a su padre y a su madre.
—Bueno días. —saludaba tímidamente la japonesa y rogaba internamente que la tierra se la tragara.
—Buenos días Sana. —la saludaba el padre de Jihyo mirándola fijamente y la japonesa pasaba saliva con dificultad.
—Papá. —Jihyo miraba fijamente a su padre, se sentaba y jalaba a la japonesa junto a ella.
Sana estaba con la cabeza agachada, sentía vergüenza por estar frente a los padres de Jihyo, después de todo lo que había pasado.
—Asi que Sana, ¿Cómo va el trabajo? —preguntaba Jooyeon a la novia de su hija.
—Muy bien señora Park. —Respondía Sana y Jihyo apretaba una de sus manos que tenía sobre su pierna, trasmitiéndole tranquilidad.
—No me digas señora, me haces sentir vieja. —Sonreía Jooyeon. —Solo dime Jooyeon. —la japonesa asentía y Jihyo le sonreía agradecida a su madre por la confianza que le estaba brindando a su chica.
—¿Republicana o Demócrata? —ahora fue el turno de Minho de preguntar.
—Demócrata señor. —Toda la tranquilidad que Jooyeon le había dado, en segundos se evaporo por la mirada intimidante que tenía su suegro.
—¿Real Madrid o Barcelona? —otra pregunta por parte de Minho.
—Real Madrid señor.
—Me cae bien esta chica. —Minho sonreía. —¿Para cuándo la boda? —Jihyo abría sus ojos y Jooyeon sonreía.
—Dejare que Jihyo responda eso. —Sana miraba a su novia con una ceja levantada.
—Bueno papá ¿No crees que es muy pronto? Recién estamos empezando. —Respondía Jihyo incomoda. —Además con Sana no estamos preparadas. —se acomodó sobre su asiento evitando la mirada de la japonesa, que estaba con la boca abierta.
—¿Eso es cierto Sana? —preguntaba Minho.
—Claro que no, estoy más que preparada, por mi nos casábamos ahora mismo. —respondió tranquilamente. —¡AY! —había recibido un pisotón de Jihyo que con la mirada le pedía que se callara.
—¿Estas bien? —Jooyeon miraba preocupada a su nuera.
—Si no es nada. —miraba de muy mala manera a la coreana.
—¡Bueno ya! Cambiemos de tema. —pidió Jihyo contrariada, su padre la miro confundido, mientras su madre y su chica se reían por su estado.
MÁS TARDE.
—No puedo creer que mi padre y tú se hayan juntado para molestarme. —enfadada tiraba su bolso sobre el escritorio de su oficina y resoplaba molesta.
—No nos juntamos, creo que era más que obvio que me estaba muriendo del miedo con las miradas que me estaba dando. —Se sentó en la silla que estaba frente al escritorio de Jihyo.
—Si claro, no sé qué trauma tienen con eso del matrimonio, como si ya no hubiera tenido suficiente con lo de Momo. —se cruzó de brazos y suspiro pesadamente.
—No sé porque te enojas, solo fue una pregunta, nadie te está obligando a nada, ya has dejado claro que no quieres casarte conmigo, que no lo harás nunca, así que tranquila que puedo vivir con eso. —estaba entre dolida y molesta, no entendía las reacciones de Jihyo y ya estaba fastidiada. —Mejor será que me vaya, tengo que resolver unos asuntos con mi madre. —se levantó y Jihyo se asustó, se había pasado. —Que tengas un buen día.
—No Sana espera. —la japonesa se detuvo. —Lo siento, no quise ponerme idiota.
—Déjalo Jihyo, mira te comprendo, sé que lo de Momo te afecto mucho, pero una vez más te lo repito, no soy ella y no creo que me merezca que te pongas así, te amo Jihyo, pero esto no se trata solo de ti y tus miedos yo también tengo un corazón y sentimientos, hablamos luego.
—Sana... —vio como la japonesa salió de su oficina sin dedicarle ni siquiera una sonrisa, sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba actuando mal y estaba lastimando a Sana. —Esto no puede seguir así. —su teléfono sonó dentro de su bolso y rápidamente lo saco, esperando que fuera un mensaje de la japonesa.
"Sana será nuevamente mía Jihyo, prepárate y disfruta mientras puedas ;) Ryujin".
Sintió un escalofrió por todo el cuerpo y a la vez la sangre empezó a hervirle, la solo idea de que Ryujin le quitara a Sana la asustaba y enojaba a partes iguales.
Sana es mía y no me importa que tan posesivo suene, no voy a permitir que nadie la separe de mi lado, nadie.
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las gemelas minatozaki | sahyo
Fanfictionminatozaki sana y momo son gemelas. momo, tras tener una noche de descontrol en Las Vegas, termina casándose con park jihyo, quien está enamorada de ella, pero momo no lo esta. le pide a sana que se haga pasar por ella y trate mal a jihyo para que l...