08. Jueves de pollo frito

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Anne rodó los ojos cuando un chico salió de la tienda con una bolsa de Macdonald's en la mano.

El chico había llegado indeciso a la tienda y se tardó casi venite minutos en elegir, para finalmente terminar pidiendo una pieza de pollo frito.

Había puesto de mal humor a Anne.

Para ser sinceros, Anne ya estaba de mal humor desde la última vez que vió y habló con Marcy, donde se resignó a que no eran más que amigas y ya por más que le doliera aceptarlo.

-¡Boonchuy concentrate en las órdenes y deja de pensar en tu novio!

-¡Si, Josh!

Josh era el gerente del lugar, caía como el pito. Era increíblemente insoportable pero también era el nieto del anterior gerente, así que se terminó ganando el puesto.

Anne se dió la vuelta dispuesta a atender al cliente que esperaba en la fila.

-Bienvenido a Macdonald's — empezó con su saludo normal que la obligan a hacer para mantener la imagen del lugar — ¿Con qué le puedo ayudar?

-¿Me hablarás como al resto de los clientes?, Por lo menos deseo ganarme un descuento por ser la "alma gemela" de la cajera.

Anne levantó la vista hacia Marcy, quien se había inclinado en el mostrador para quedar más cerca del rostro de la castaña. Anne se sonrojó ante la cercanía de Marcy.

-Marcy...

-Wow, reaccionaste.

Anne observó el reloj en su muñeca.

-¿En cuanto sales?

-Salgo en cinco, espérame y nos largamos juntas de aquí.

-Bien, te espero.

Marcy se alejó del mostrador luego de decir esto, Anne observó cómo se fue a sentar a una de las mesas cerca de la entrada.

El chico que seguía en la fila se aclaró la garganta llamando la atención de Anne, estos serían los cinco minutos más largos de su vida.

***

Anne salió del baño del restaurante una vez que se cambió el uniforme por ropa más cómoda y de su estilo, aún olía a pollo frito, pero ignoró esto.

Se acercó a Marcy y esta levantó la vista hacia ella una vez que se dió cuenta de su presencia.

Salieron del restaurante y caminaron hasta la parada de autobuses más cercana.

-¿Me llevarás a tu casa? — preguntó Marcy de pronto.

-¿Nunca has ido?

Marcy negó con la cabeza.

-Nunca me has invitado.

-Vamos a mi casa entonces.

Se sentaron en la gran banca de metal en la parada de autobuses, no tardaría muchísimo en llegar y las dejaría en la próxima parada que estaba como a cinco minutos caminando del departamento de Anne.

Era de noche ya que los turnos de Anne los jueves eran los de la noche, así que Anne se sorprendió bastante al ver a Marcy buscándola.

Hacía frío, pero eso no era algo que les podría sorprender a cualquiera de las dos, después de todo, las noches siempre eran frías y estaban en otoño.

Finalmente el autobús llegó.

Subieron y se sentaron en los asientos de hasta el fondo. Marcy rebuscó algo en su bolso mientras Anne la observaba de reojo.

-¿Donde mierda está esa cosa? — Marcy murmuró, frustrada.

Anne estuvo a punto de preguntarle a Marcy que buscaba, pero Marcy sacó un par de audífonos de su bolso antes de que pudiera siquiera abrir la boca.

Le pasó uno de los auriculares a Anne y sonrió.

Marcy conectó los audífonos a su teléfono y comenzó a buscar entre su lista de reproducción una canción que le llamara la atención o lo suficientemente buena como para ponérsela a Anne.

Dejó su teléfono aparte una vez que eligió una canción.

Anne escuchó la letra de la canción atentamente mientras Marcy descansaba su cabeza en el hombro de su acompañante. Sus mejillas se tornaron de carmín mientras más avanzaba la canción y la misma duda que había resuelto hace poco volvió a rondar por su cabeza.

I don't wanna be your friend, I wanna kiss your lips.

Escuchó la letra atentamente y no desvió su atención de esta en ningún momento, ¿Esto era acaso una indirecta o algo parecido o Marcy simplemente gustaba de la canción y Anne solo se estaba haciendo ilusiones como lo hacía siempre?

Su mirada se encontró con Marcy, quien se había quedado dormida en el hombro de Anne y con el aurícular aún en la oreja.

Anne apartó un mechón de cabello del rostro de Marcy, observó lo linda que se miraba mientras dormía y se sintió culpable por esto.

Marcy no quería nada y se lo había dejado en claro, ¿Por qué el corazón de Anne se seguía acelerando cada que Marcy se acercaba a ella o le decía cualquier cosa sin importar lo tonta que fuera?

-Deja de verme así, pareces acosadora...

Anne se congeló al escuchar la voz de Marcy salir en un murmuro bajo y casi inaudible, pero que pudo escuchar gracias a la cercanía que había entre las dos.

-Perdón, creí que estabas dormida...

Marcy se removió incómoda en su asiento y abrió los ojos, Anne observó aquellos lindos ojos verdes que la hacían sentirse en las nubes.

-Si quieres besarme solo dilo — se acercó un poco más a Anne — no me negaré a que lo hagas.

Anne tragó grueso e intentó alejarse de Marcy, los nervios llenaron su cuerpo y balbuceó un par de cosas antes de poder soltar una frase que sonara firme a pesar de ser mentira.

-Yo no quiero besarte, Marcy, deja tu ego inflado fuera de esto, porfavor.

Marcy rió y se volvió a acercar a Anne.

-Mentirosa — llevó una mano a la mejilla de Anne y acunó el rostro de la castaña — si estuvieras diciendo la verdad... ¿Siempre mirarías mis labios mientras hablo?, Siempre te sonrojas cuando estoy cerca, ¿Por qué, Anne?

El autobús se detuvo, Anne tomó su mochila y apartó suavemente a Marcy de ella, se levantó del asiento y escuchó a la pelinegra seguirla.

Bajó del autobús y observó la acera para comenzar a caminar con Marcy detrás de ella. Se abrazó a si misma e ignoró sus pensamientos revueltos y confusos.

Su cuerpo estaba frío y la noche era helada empeorando la situación. No quería estar con Marcy ahora, pero no la podía correr como si nada en la noche y para rematar, sola.

-Anne...

-Espera a que lleguemos a casa, Marcy.

Marcy se calló al instante y no volvió a hablar en el resto del camino.

***

El hilo rojo - ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora