Capítulo 22

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Pasaron varios segundos antes de que pudiese hablar. Louis empezó a preocuparse ligeramente, el sonrojo de sus mejillas haciéndose más y más evidente a cada momento.

Dio un paso adelante, con la alfombra suave haciéndole cosquillas en las plantas de los pies. Harry alargó las manos y se echó hacia delante para atraparlo; lo sujetó por las caderas y lo atrajo hacia sí hasta que se sentó a horcajadas sobre sus piernas. Louis sonrió levemente, jugando con los mechones de pelo ensortijado que se le había soltado.

"Muy seguro" murmuró. Él parpadeaba despacio, con los ojos llenos de algo tan intenso que lo hizo ruborizarse del todo. Sus manos todavía estaban en sus caderas; notó sus dedos delineando la puntilla del encaje, y lo recorrió un escalofrío.

A pesar de todo, Harry se mordió el inferior con un gesto casi de dolor.

"Estás champán. No puedo..." balbuceó.

Louis resopló para sus adentros, frustrado. Había huido tanto del alfa que cuando intentaba dar un paso adelante, él lo atribuía a una borrachera. Tenía que revisar sus reacciones en un futuro.

"No estoy borracho" aseguró, deslizando las manos por sus hombros trajeados hasta llegar a su corbata "Sólo me he bebido dos vasos, tú lo has visto. Esto es de antes"

"De antes" repitió él. Sus ojos verdes seguían cada uno de sus movimientos como hipnotizados, y cuando Louis consiguió deshacer el nudo por completo y tirar la fina pieza de tela por encima del hombro, se oscurecieron un poquito más.

"Me hiciste un chupetón en el coche" susurró "¿Te acuerdas de eso?"

Él asintió despacio. Sus manos empezaban a apretar, pero su mirada se había quedado clavada en la marca violácea de su cuello.

"Eres mío" tenía la voz áspera y las mejillas encendidas, y su respiración había adquirido un ritmo lento, pesado.

"Sí que lo soy. Me gusta serlo" respondió al instante, con sinceridad "No puedo mentirme más, no quiero. Me gusta que me mires, y me gusta que me protejas, y me gusta que le gruñas a los que me miran como a un trozo de carne, y me gusta que quieras marcarme"

Harry tragó saliva audiblemente.

"Me gustas tú" tartamudeó, y Louis sonrió por encima del nerviosismo por primera vez.

"Quiero esto" repitió "De verdad, Harry, ¿te has visto con ese traje? Casi babeo en la comida"

El alfa no respondió. Tiró de él hacia delante, hasta que pudo notar su erección a través de sus pantalones, y Louis se estremeció entero.

"Si hacemos esto" susurró él "No paro. No puedo"

Louis se inclinó para atrapar sus labios entre los suyos; lo besó con ligereza, despacio, apartándose cada vez que él intentaba profundizar el beso hasta que el alfa protestó con un gemido que murió en su garganta.

"No quiero que pares" dijo, esforzándose por mantener la voz firme. "He estado muerto de miedo. He estado presionado, he estado amenazado. Pero ahora no. Ahora te veo, y te huelo, y te siento, y quiero esto. Y no es alcohol, ni celo. Te necesito. Estoy enamorado de ti."

Sus ojos brillaban tanto que parecían de cristal.

"¿No... tienes miedo?" preguntó despacio.

"Cuando estoy contigo, no"

Harry parecía perder el control de sus manos a cada momento; le recorrían la espalda, los hombros, el pecho, se enganchaban en el borde de encaje y se enroscaban en su cintura.

"Ven, ven, ven" lo alzó por los muslos y lo tumbó de espaldas en la cama, acomodándose entre sus piernas. Louis se incorporó lo justo como para alcanzar su boca con la suya; Harry gimió en el beso durante un segundo. Se apartó de él; no llegó a ver cómo lo hacía, pero dos sonidos rasgados más tarde, el alfa volvía a besarlo, lento y febril, y estaba en ropa interior y su piel ardía, le quemaba las puntas de los dedos al rozar su pecho con las manos...

Братва (Bratva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora