Capítulo 29

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Louis respiraba hondo despacio, premeditadamente, con una mano sobre el estómago. El pánico lo recorría libremente; los sudores fríos le empapaban la espalda y la garganta ya se le había secado.

Harry recorría la habitación de un lado a otro, a zancadas grandes, pasándose los dedos por el pelo y murmurando para sus adentros. Iba tan rápido que empezaba a ponerse nervioso, y su propio miedo le latía en la mordida como un punzón.

"Harry" acabó gimiendo, y el alfa se lanzó hacia él, alargando las manos con ansiedad.

"¿Qué? ¿Duele? ¿Algo?"

Negó con la cabeza, pero dejó que le agarrara las manos y lo besara en la frente.

"Está bien" susurró, pero el miedo le cerraba la garganta, y su voz sonó apagada. Harry lo rodeó con los brazos, con un rumor grave en el fondo del pecho, pero sus ojos no se apartaban de la mancha sanguinolenta de las toallas, que había arrojado en el suelo sin más miramientos. Louis asintió, intentando no sollozar.

"Si pierdo el bebé, ¿me seguirás queriendo como tu omega?" murmuró, y Harry lo besó en el cuello, tranquilizador.

"Tú eres mi omega da igual lo que pasa" le dijo al oído "no pasa nada, Louis, tú verás"

"No siento nada. No sé..."

"Seguro que estás bien" Gemma le sonrió con aliento desde el otro extremo de la cama "si fuese algo grave, tendrías dolor, Louis. Yo creo que vais a estar bien"

Asintió de nuevo. La puerta se abrió.

"El médico" dijo Niall atropelladamente, empujando a un hombre prácticamente calvo, sin aliento y de bata blanca dentro de la habitación. Louis se encogió bajo su mirada, agrandada por los cristales de sus gafas.

"Bien, hay un omega en estado con un sangrado... necesito que salgan todos de la habitación" dijo con voz grave, y Gemma y Niall se apresuraron a desaparecer. El hombre se volvió entonces hacia Harry, que todavía lo rodeaba con los brazos. "Señor, tendría que pedirle que abandonase la hab..." Harry lo interrumpió con un rugido grave, directamente en su cara, y el doctor retrocedió con el horror pintándose en su expresión. Louis bajó la cabeza, secretamente complacido de ver el miedo en los gestos del hombre.

"Bueno, es... Es el padre, ¿no? Si es el padre... Supongo que puede q-quedarse, yo..."

Su alfa apretó los dientes, y no se apartó de su lado mientras el hombre lo examinaba. Louis se tragó los nervios que le destrozaban el pecho y dejó que le toqueteara el vientre. Cuando le pidió que se bajara los pantalones, Harry rugió de nuevo, y le costó cinco minutos convencerlo de que le dejase tocarlo. A pesar de todo, Louis no soltó su mano. Ni apartó la mirada de sus ojos verdes, tenaces.

Le llevó menos de diez minutos, pero se le hicieron eternos. El médico acabó chasqueando la lengua, quitándose los guantes de látex.

"Efectivamente, estás en estado. Está bien" dijo, intimidado por la respiración amenazante de Harry "todo parece normal."

Louis respiró hondo, notando el alivio bañarlo al instante. Sonrió, con la mano todavía sobre el estómago, pero Harry no cedió ni un centímetro. No parecía haberlo entendido bien.

"¿Están bien?" Exigió "¿El bebé bien?"

El doctor asintió, acobardado.

"Todo está bien. Si no tiene dolor, no hay ningún peligro. Es muy, muy temprano en la gestación, ¿verdad?"

Louis asintió con rapidez.

"P-pero estaba sangrando" murmuró, bajando la mirada hasta las toallas manchadas. El médico asintió.

Братва (Bratva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora