Capítulo 17

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Louis temblaba mientras subía las escaleras. Se quedó plantado delante de la puerta, esforzándose por respirar despacio, pero su cuerpo no estaba por la labor de colaborar. Las piernas apenas lo sostenían y su respiración se volvía más rápida y superficial a cada momento.

Tení­a que tomar una decisión. Tenía que decidir si una vida de crimen era algo tolerable, si estaba dispuesto a entrar en la Bratva definitivamente. Las palabras de Zayn resonaron en su cabeza; todavía estaba a tiempo, todavía podía irse de esa casa y volver con su madre... ¿Su madre?

Louis tragó saliva, y sabía amarga.

Bueno, digamos empezar de cero.

No lo había enfocado bien la primera vez. Se habí­a refugiado en la terquedad y el orgullo más absolutos, aferrándose a un trabajo que apenas los mantenía y a una madre que ya no lo miraba. Pero podría empezar una nueva vida; podrí­a marcharse, renunciar a su nombre, buscar un apartamento barato y un trabajo mejor... No era que no le diese miedo, pero podría hacerlo. Era definitivamente una posibilidad, y tampoco era tan desdeñable teniendo en cuenta que la otra opción implicaba un alfa mafioso ruso que había intentado esterilizarlo...

Louis se llevó una mano al vientre automáticamente, con el miedo formándole arcadas en la boca del estómago. Sabía que Harry nunca dejaría que le hicieran nada, pero no era omnipotente. Harry dormía, se iba a reuniones, se marchaba a trabajar y lo dejaba solo, desprotegido, al cargo de alfas en los que Louis no estaba seguro de poder confiar. Tampoco estaba seguro de cuándo había empezado a confiar ciegamente en el alfa, ni de si era una decisión sensata. La verdad era que no estaba seguro de nada, sólo de que tenía que entrar en esa habitación y enfrentarse al caos de su propia mente, que amenazaba con desbordarse y sumirlo de nuevo en el pánico más absoluto.

Es ahora o nunca.

Louis abrió la puerta despacio, conteniendo el aliento al mirar dentro.

Pero no vio a un asesino de niños ni a un cruel traficante de omegas vírgenes. Vio a Harry metido en la cama, con las largas piernas cruzadas y ropa de dormir. Tenía los hombros hundidos y el labio inferior hinchado.

De mordérselo, adivinó al instante.

Sus ojos verdes se clavaron en él al momento. Estaban tristes y brillantes, de un verde claro que le destrozó la poca fuerza de voluntad que había reunido. No dijo nada; se quedó mirándolo en silencio, esperando a que dijera algo. Louis buscó en su interior con ansiedad, en busca de algo, miedo, asco, sorpresa, lo que fuera...

No. No era nada de eso. Era alivio, y seguridad, y la necesidad automática de abrazarse a él y respirar el tranquilizador aroma de su piel.

Pero no tenía ni idea de qué decir. Era su omega el único que quería hablar, y sus pensamientos no tenían demasiado sentido.

Hola, alfa. No te disgustes. Sonríe.

Cerró los ojos y respiró hondo.

"Hola" susurró y él tragó saliva audiblemente.

"Hola" dijo en voz baja. "¿Estás... estás bien?"

Asintió con inseguridad. Harry bajó la mirada, sin sonreí­r.

"Pensé que vas a otra habitación esta noche. No esperaba" admitió despacio, con la voz gruesa.

Parpadeó; no habí­a considerado esa opción, pero ahora que lo decí­a, no serí­a mala idea. Pero ahora que había entrado y lo habí­a visto allí, ya no era una opción.

"Si quieres yo explico un poco" Harry hizo un gesto a su lado. Louis obedeció al instante, sentándose en la cama y acomodándose a su lado. No lo tocó, y él no lo intentó; parecía tan desolado como si ya hubiera pisado las rosas delante de él. Louis miró la mesilla; seguían ahí­, perfectas, tal y como las había dejado. Harry siguió la dirección de su mirada, y tomó aire.

Братва (Bratva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora