Corazones flechados |Zodiaco

• 𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆

CAPÍTULO 9.
MADRUGADA 3/3

La canción de la radio del automóvil de Victoria es lo único que sonaba, las últimas patrullas se retiraban, la calma estaba gobernando el lugar lentamente, dejando la preocupación de que su amigo se vuelva a enfrentar con una loca como esa. Tea seguía sosteniendo la mano de Liam, par que se encontraban en la parte trasera del vehículo cubierto por una manta que encontraron en su estadía allí, eran los únicos que intentaban estar lo más calmados que podían dándose palabras de apoyo, mientras que veían todo lo que sucedía desde su lugar. La tauro aún no podía creer que estuviera en tal situación con el crush que le alocaba los latidos del corazón como si hubiera corrido un maratón se tratara.

─¿Crees que Oliver vuelva a estar en un altercado como este? ─hablo suave con la mirada perdida en algún punto del oscuro bosque, la de ojitos esmeralda se encontraba no solo nerviosa sino que igual analizando toda la situación que acababa de experimentar, si que ponía todo en perspectiva.

─No lo sé, esa chica sí que está demente, dudo que con lo que acaba de hacer salga ilesa, sus padres de Oliver van a ayudarlo para que ella acabe en un sitio que la ayuden ─respondió dándole un apretón en la mano sintiendo como un peso se colocaba a un costado de él, se trataba de la contraria que se recostaba con confianza, una pequeña sonrisa se asomó en los labios del chico─ tranquila, todo estará bien ─le dio unas palmaditas en la cabeza con la mano libre.

─Gracias por quedarte en todo momento conmigo, y seguir aquí en el auto en vez de ir a platicar sobre lo sucedido como están todos los demás ─comentó desviando la mirada al grupo de chicos que estaban a metros de ellos, suspiro cerrando los ojos buscando la paz que hace ratos no aparecía─ descuida los mellizos nos contarán absolutamente todo lo que sepan si así lo quieres. Liam solo soltó una risita por la tierna que le parecía, solo murmuro un "sí" sin saber mucho que decir al respecto de ambos comentarios.

Para él, esa chica siempre le había producido intriga desde que la vio por primera vez con el traje de porrista en el primer partido que asistió del colegio, él no fue parte de ningún equipo deportivo de la escuela, siempre prefirió ir al gimnasio y ver los partidos desde las bancas, en su agenda nunca hubo tiempo para ese tipo de cosas, ya que eso no le servía de mucho para las universidades que deseaba postular.

Si bien el recuerdo de ella sigue vivido en la memoria de él, no es porque su anatomía le haya atraído sino que fue su manera de deslumbrar con los pasos que realizaba, a pesar de no ser la líder y no ir por delante el ánimo y la hermosa sonrisa que colocaba en cada paso lo había maravillado, se entregaba al baile de una manera apasionada que le atrajo, esa no fue la única vez que pudo ser espectador de algo como eso, gracias a que le colocó atención a partir de ese día notó como todo lo que hacía lo elaboraba de un modo que lo hacía ver fácil, como cuando organizó el evento de la venta de los pasteles de la escuela, el cómo participaba en la clase de biología y otras actividades que fue participé. Esa pasión por lo que hace, terminó atrapando el corazón del Libra.

Al salir de sus pensamientos reviso la hora del celular, notando que marcaba "4:30 am", soltó un bostezo, acomodándose en los asientos lo mejor que podía, procurando no mover a su compañera.

Una vez los policías se retiraron, todos los presentes se reunieron al costado del vehículo del Piscis, pues habían dejado a ese par de castaños tener un descanso sobre el tema, ellos fueron los más afectados de todo.

─Todos Deberíamos irnos a nuestras casas, para descansar esto fue demasiado por una noche ─opino Victoria soltando un bostezo que tapo con la boca abrazando el brazo del pelirrojo a su lado, primo que termino bostezando del mismo modo.

Patrick, quién se encontraba descansando la espalda sobre su auto, asintió de acuerdo con la chica que se podría decir que era la primera amiga que hizo en el pueblo.