LIFE ¦ The Sandman✔

"Ya No Es Divertido"

¦"Solo soy una mascota"
–Vida

No suele quejarse de como esta teniendo su vida. Los residentes del reino de Destrucción la han llegado a respetar, pero no tanto como a su señor. Que cada vez que lo recordaba, algo se rompía a su alrededor.

Decidió volver a dormir después de acomodar las botellas del salón. En ellas, se encontraba cada vida esperando a ser creada... No había forma de que se acabará porque Vida los rellevaba todo el tiempo.

Todo eso eran sus lágrimas y últimamente había llorado demasiado. Cerró los ojos con la esperanza de no soñar nada... Pero se equivoco.

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Estaba plácidamente sentada frente a una ventana que daba una vista hermosa a un lago rodeado de árboles, tejiendo con estambre blanco. No sabía que estaba tejiendo, pero disfrutaba con cada puntada que daba.

—¿En serio estas tejiendo?—le dice una voz que rápidamente reconoció.

—Eres un tramposo—le dice sin dejar de ver su tejido. —Te dije que quería dejar de soñar.

—Lo sé.

—¿Quieres hablar de lo que pasó?

—¿Tu quieres hacelo?

—No tenías derecho—le dice levantando la mirada hacia él. —Ahora quiero que te vayas por favor.

—Vida... —la llamo, pero ella solo vuelve al tejido.

—Quiero estar sola. Trabaje mucho y necesito descansar...—después de eso, Sueño la deja sola en esa habitación.

Con paciensa deja su tejido a un lado y se sube al marco de la ventana viendo al frente. Delante estaba el lago y al parecer estaba en un piso lejos del suelo. Era un sueño, no lograría lastimarse si saltará.

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Algunas veces le gustaba pasear por el mundo de la vigía. Era muy raro, pero sólo se quedaba unos segundos viendo el mar antes de regresar.

—¿Te diviertes, Vida?—le preguntaron detrás de ella.

—Solo estoy de paso por aquí, Muerte—dice volteando para ver a la mujer vestida de negro.

—La Vida y la Muerte, juntos viendo el mar. Que alguien escriba de esto—dice Muerte poniéndose al lado de ella. —¿Ya apareció el hijo prodijio?

—No—le dice solo para después comenzar a caminar con Muerte a su lado. —¿Sigues teniendo esperanza de que va a volver?

—La esperanza nunca muere...

—Pero si se pierde...

—¿Has hablado con tus hermanos?—Esa pregunta la tomó desapercibida. Vaciló antes de contestar.

—No solemos hablar mucho desde la última vez que nos reunimos—dijo ella volteando a ver al mar de nuevo sin dejar de caminar.

—¿Tan mal fue?

—Tiempo e Imaginación no se llevan muy bien—confiesa volviendo a poner su mirada en Muerte. —Nos poníamos al día, pero al parecer a Tiempo no le gusta que Imaginación meta ideas a la cabeza de los humanos... Dice que los aleja de la realidad.

—Eso es cruel. Lamento dejarte pero tengo que visitar a una última persona y ya me voy.

—Yo me iré ya—dice Vida sonriendo. —Nos vemos algún día.

—Eso espero...

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Los Soulless no suelen buscar compañía... Pero al parecer, Vida la necesita.

Imaginar no es vivir. Soñar tampoco. Pero sin la imaginación no existirían las personas creativas... Tampoco los sueños. ¿Como podrías divertirte sin pensar en imposibilidades?

No gustaba inventar historias sobre su nacimiento y ninguna se parecía. Sonreía cada vez que veía el cielo amarillo de su habitación. Los Endless tienen reinos, pero los Souless solo tienen una habitación. Cuatro paredes inmensas donde puedes hacer lo que querían en los reinos de sus contrapartes. Sin embargo, imaginación no estaba para nada relacionado con Sueño.
En ocasiones, Sueño llegó a correrlo de la Ensoñación.

Esta vez tenía una buena razón para visitarlo. Recientemente alguien había abierto su puerta a la imaginación, alguien que no debería de haberlo hecho.

Se transportó hasta la Ensoñación. Cruzó las puertas con el riesgo de que lo acribillaran a uno o dos pasos de su visita. Pero eso no sucedió hasta que llegó al palacio.

—¡Juro solemnemente que no vengo a pelear!—dice sonriendo al ver a los sueños ir a verlo.

Con una sonrisa trató de calmar a los sueños para que no lo echaran.

—Necesito hablar con Sueño. Es urgente... Asuntos de trabajo, más que nada—dice sin dejar de sonreír. —Por favor o tendré que convertirlos en globos.

—No hará falta—dice una voz imponente bajando las escaleras para verlo. —¿A que vienes payaso? La última que viniste deje muy en claro que no te quería volver a ver.

—Sueño, sueñito hermoso. ¿Sigues enojado?

—Al punto bufón.

—Es un asunto, privado. Sobre una personita que no debería de soñar...

Justo cuando terminó, Sueño supo de lo que hablaba. Se refería a la Vida.

—Hablemos.