-Capitulo 1-

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When he was 17

La noche anterior no había cerrado las cortinas por lo que los rayos de sol lo despertaron y los cálidos colores del amanecer que se hacían presente frente a él le dieron los buenos días, la vista de la ciudad que tenía desde aquel ventanal de su habitación de hotel era hermosa.

Lentamente se sentó sobre el suave colchón y elevó sus brazos sobre su cabeza para estirarse, la sabana que lo envolvía se deslizó sobre su cuerpo desnudo terminando por enrollarse en sus caderas. Observó a su alrededor y lentamente comenzó a juntar los billetes esparcidos sobre la cama.

Quitó la liga de su muñeca y envolvió los billetes con ella, al finalizar volvió a recostarse de lado, quería disfrutar un rato más de aquella vista.

Más tarde esa misma noche vestía un traje negro a medida, zapatos negros perfectamente lustrados, su impecable camisa blanca planchada y como complemento distintivo de su vestuario una corbata color índigo correctamente anudada en su cuello. Lleva su cabello peinado hacia atrás, aunque algunos delgados mechones rebeldes decidían caer alrededor de su cara destacando más sus facciones delicadas.

Llevaba maquillaje ligero, lo suficiente como para cubrir sus leves ojeras y resaltar su belleza natural. Era una cena formal por lo que su look era sobrio y delicado, aunque quien lo portara era un ser perverso.

Elevó lentamente la copa de vino hasta sus labios y bebió un poco del dulce líquido, su cita estaba atrasada. Sacando la punta de su lengua la deslizó por sus abultados labios y recogió los rastros de vino que habían quedado.

Su vista cayó inconscientemente sobre una de las mesas ubicadas afuera del restaurante, las cuales eran visibles a través de las paredes de vidrio, y desde donde se visualizaba una pareja discutiendo. Cuando la mujer enfurecida se levantó de su lugar y tiró el contenido de su copa sobre su compañero, Hyunjin no pudo evitar soltar una pequeña risa.

-Vaya par.- Susurró.

Vio a la mujer pasar por su lado y volvió a ubicar su mirada sobre aquella mesa, el hombre se encontraba limpiando la mesa con servilletas mientras algunas gotas seguían cayendo por cara. Hyunjin pensó que se veía tierno. Una mano pesada cayó sobre su hombro, su sonrisa desapareció para dar lugar a una más falsa y girar a ver a su cita.

- ¿Qué es tan gracioso? - Cuestionó el hombre adulto. Debía estar cerca de los 40 supuso el rubio al ver las leves arrugas y el pelo tornándose gris en los laterales.

-Nada.- Dijo en un tono de voz suave y manteniendo su sonrisa- ¿Nos vamos?

Entrelazando sus brazos ambos se fueron de aquel lugar, Hyunjin dio un último vistazo a aquel desafortunado hombre y siguió con su camino.

*

El rubio de lindas pecas cayó al piso, sus lagrimas bañaban su rostro y sus rodillas dolían por el fuerte impactó contra el suelo.

- ¿Estás bien? - Preguntó una voz con falsa preocupación, en realidad se estaba riendo.

-Le va a sacar todo.- Reía el de abultadas mejillas mirando su celular.

-Hoy es el día para jugar al héroe, ¿no? –Dijo el de lentes quitándose una basura inexistente de la uña.

- ¿Si? No me acuerdo. -Respondió Hyunjin con voz monótona y aburrida recogiendo del suelo un par de lentes.

- ¿Realmente no llevas dinero? -Interrogó con sorna el chico alto con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón de su uniforme cuando se inclinó sobre el rubio que seguía en el suelo llorando.

-Lo siento. Lo siento. - Suplicaba de rodillas- Es imposible. No me queda nada. Perdóname. - Su cabeza cayó hacia abajo, su pequeño cuerpo temblaba del miedo.

-Una promesa es una promesa, Felix.- Dijo el más alto agachándose para estar a su altura. Su pelo blanco cubría un poco su rostro y la sonrisa tétrica en su cara provocaba que el joven de pecas llorara con mayor intensidad.

-Estoy completamente arruinado. No tengo nada para dar. – Sus suplicas eran inútiles, nadie lo ayudaba- ¡Por favor! ¡Lo siento!

-Entiendo.- Una sonrisa perversa apareció en aquel rostro- Entonces tendrás que ganarlo.

- ¿Qué?

-Desnúdate. Enviare tus fotos a un sitio porno. – Felix no se movió- ¡Desnúdenlo! - Dijo a los dos estudiantes que estaban cerca de él.

-De acuerdo. –Mientras uno lo tenía de los brazos, el otro se subió ahorcajadas sobre el rubio y comenzó a desabotonar su camisa.

Felix se sacudía tratando, inútilmente, de escapar de aquella situación. Lloraba de impotencia al ver como el resto de sus compañeros no hacían nada para detener esa monstruosidad, todos eran cómplices de aquello, internamente rogaba porque un profesor pasara por allí y lo salvara.

-Quédate quieto. No llevara mucho. –Entre risas sus acosadores se burlaban de él- Deja de gritar, eres muy molesto.

- ¡Qué alguien me ayude! - Su garganta dolía por cada grito que daba- ¡Ayúdenme!

-Uno, dos, tres...-Dijo con su celular en mano acercándose a su víctima listo para sacar las fotos.

- ¡Ya basta!

- ¿Hyunjin?

- ¿Qué es esto? - Preguntó acercándose- Parece muy cruel. –Dijo mirando al chico en el piso con la camisa abierta, el uniforme desarreglado y con la cara bañada en lágrimas- Eres mi amigo Jeongin, pero no quiero que intimides a la gente.

-Sí, pero el...- Quiso justificarse.

-No me gusta esto. - Su mirada era firme sobre el chico frente a él, quería que entendiese sus palabras.

-Perdón, Hyunjin. - Se disculpó este.

-Ten. - El rubio se acercó al de pecas y con una sonrisa que transmitía tranquilidad le extendió los anteojos que encontró, Felix los tomó con manos temblorosas- ¿Estás bien? - No recibió respuesta- Esta bien, no te preocupes. No volverán a intimidarte. -El de pecas saltó a sus abrazos y lo apretó contra su cuerpo volviendo a liberar más lágrimas- Oh, vamos. No llores. - Decía acariciando su cabeza.

-Muchas gracias. –Sus hipidos dificultaban que sus palabras se entendieran, pero Hyunjin logró comprenderlo igual.

Después de eso, Felix y Hyunjin se fueron al patio de la escuela para que el más joven se calmara un poco antes de volver a clases. Ambos chicos se encontraban sentados en un banco que había por allí.

-Vivo con miedo todos los días.- Sorbió por su nariz tratando de calmar su agitada respiración- Ha sido un infierno. Sin nadie que moviera un dedo para ayudarme.

-Te dije que no llores. Tienes que ser fuerte. - Decía el rubio repartiendo suaves caricias por su espalda. Felix asintió y una pequeña sonrisa se le escapó- Mira, una sonrisa, hasta te ves más lindo.

- ¿Por qué alguien tan popular como tú me está ayudando?

-Porque no puedo permitir que un amigo sufra. – Felix abrió los ojos en grande.

- ¿Amigo? ¿Tuyo?

-Así es, desde ahora eres amigo mío. –Hyunjin le regaló una radiante sonrisa y Felix se la devolvió, su corazón se sentía más calmado. Ser amigo de Hyunjin lo hacía feliz.

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My rainy days - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora