My rainy days - [Hyunho]

-Capitulo 4-

- ¿Quién es este hombre? - Preguntó Jisung, los cuatro se encontraban alrededor de la mesa con un sobre lleno de fotos.

-No lo sé. - Respondió Hyunjin tomando entre sus manos una de aquellas fotos individuales del extraño- Pero es guapo.

- No está nada mal. - Comentó también a favor el de pecas.

- ¿En serio? - Cuestionó con duda a la vez que ponía una cara de disgusto Seungmin al ver la foto entre sus manos.

-Hyunjin, mira. - Habló Felix- Su nombre es Lee Minho. Diferente nombre.

-Esa estúpida tienda te dio las fotos equivocadas, Lix. - Dijo Seungmin- ¿Quieres que llame para quejarnos?

-Dejen, mejor les llamo yo. - Sin esperar a que sus amigos se negaran o algo Hyunjin tomó su celular y llamó a la tienda de fotos.

- ¿Pero por qué se habrá sacado estas fotos? - Quiso saber el rubio de pecas.

-Quizás es un narcisista. - Especuló el castaño.

-Pueden que sean fotos para algún tipo de identificación. - Señaló el de mejillas abultadas.

-Probablemente.

-Sí, está bien. Adiós. - Finalizó la llamada Hyunjin sentándose de nuevo en su lugar.

- ¿Qué te dijeron? - Preguntó Félix- ¿Tiene él las mías?

-Lo veré mañana. – Bloqueó su celular y lo dejó sobre la mesa.

- ¿A quién llamaste?

- A Lee Minho.

Una a una iba pasando las fotos y en ninguna aparecía su cara, sino que el de cuatro adolescentes que no conocía de nada, suspiró echando la cabeza hacia atrás. Después de volver a guardarlas en el sobré se dirigió a su caja de madera y volvió a mover los cubos para cambiar los números.

139

*

Llovía muchísimo, Hyunjin logró llegar a la tienda que contaba, para su suerte, con un gran techo en su entrada. Sacudió un poco su paraguas para quitar el exceso de agua y lo cerró dejándolo colgando de su brazo.

Repentinamente se sentía muy nervioso, su estómago cosquilleaba mucho y su mirada recorría de lado a lado el lugar para encontrar a la persona que estaba esperando.

De su pequeña mochila sacó el sobre con las fotos y una foto individual de Minho para observarla, esa se la quedaría él, dudaba que aquel hombre se diera cuenta si le faltaba una.

-Hola. - Saludó un extraño a su lado. Hyunjin guardó la foto en su mochila y procedió a ignorarlo- Eres realmente bonito. ¿Esperando a alguien? Parece que llevas mucho de pie. – El hombre se había ubicado cerca de él, su hombro rozando el suyo. El rubio no pronunció ni una palabra, ni siquiera lo miraba- Vayamos a tomar un café juntos. Ah, pero olvidé mi paraguas. Así que vamos a tener que compartir el tuyo.

A la distancia Hyunjin pudo visualizar como su verdadero interés venia caminando con su paraguas negro bajo la lluvia y en cámara lenta, parecía escena de película a los ojos del rubio.

-Tómalo. – Dijo extendiendo su paraguas al hombre a su lado, todavía sin verlo a la cara.

-Pero es un Vuitton.

-Toma esto y lárgate.

-Si insistes. – El extraño no la pensó demasiado y tomando el paraguas se fue del lugar justo cuando Minho llegaba a su lado.

Hyunjin vio como Minho no lo encontraba y sacaba su teléfono para llamarlo.

- ¿Señor Lee? Soy Hwang Hyunjin. –Lo llamó en un pequeño grito para hacerse escuchar sobre el ruido de la lluvia cayendo.

-Ah. – Cuando lo ubico se acercó a él y cerrando su paraguas se metió debajo de aquel techo junto al menor- Hola, ¿cómo estás? – Hyunjin le regalaba sonrisas sinceras- Aquí tienes, dígale al señorito Lee Felix que lamento el error. – Dijo extendiéndole el sobre y aceptando de vuelta el suyo.

-Gracias, yo le diré. – Dijo- Es increíble, esa estúpida tienda de fotos.

-Sí, si lo hubieran comprobado...- Hablaba con su voz cansada y casi sin ver a Hyunjin- nos hubiesen ahorrado este problema.

La sonrisa de Hyunjin no abandonaba su cara, ni siquiera el entendía porque se sentía tan feliz.

- ¿Problema?

-Sí, y con este tiempo. - Dijo el mayor mirando el cielo gris y la lluvia caer- Bueno, gracias por las molestias, me voy. - Abrió nuevamente su paraguas y comenzó a caminar hasta que aquel estudiante volvió a llamarlo.

- ¡Disculpe!

- ¿Sí?

-Salí tan a prisa que olvidé mi paraguas. – Su preocupación parecía tan real que alguien debía de darle un premio a mejor actor- ¿Podría compartir el suyo hasta la próxima estación?

Minho se lo quedó mirando y procesando mentalmente que hacer, claramente se veía que el chico no traía un paraguas para volver a casa. Podría haberle regalado el suyo, pero en ese caso él se mojaría y no quería atravesar un resfriado ahora.

-Sí, por supuesto. – Se acercó los pocos pasos de distancia que los separaban y con una sonrisa Hyunjin se ubicó a su lado.

-Esta fuerte la lluvia, ¿verdad?

- Supongo que sí. – Comenzaron a caminar uno pegado al otro bajo el pequeño paraguas, uno disfrutando de su paseo bajo la lluvia y el otro no tanto.

-He visto que tenía problemas con su sesión de fotos. –Dijo Hyunjin con intención de iniciar una conversación.

-Mmhh, sí.

-Baje su barbilla e intente verse más natural.

- ¿Eh? - Minho se estaba arrepintiendo de su decisión, la verdad que no era muy bueno con las personas, sociabilizar con los extraños no era lo suyo.

-Ese es el secreto para hacer una buena foto de uno mismo.

-Entiendo.

-Es usted bastante alto. - Hyunjin giró su cabeza y elevó su mirada para poder verlo a la cara, no quería despegar su mirada del hombre a su lado, le resultaba algo imposible.

- ¿Lo soy?

- ¿Un metro ochenta?

-Algo parecido.

-Sangre de tipo B, pero la gente piensa que es tipo A. –Decía bastante seguro.

Las personas a su alrededor caminaban apuradas evitando mojarse más, las calles se encontraban abarrotadas de agua y la lluvia seguía cayendo con mayor intensidad. A pesar de todo Hyunjin no quería que su corto paseo terminara.

-Soy tipo O.

-Yo soy tipo B más bien tirando a A.

-Ya veo.

- ¿Y de donde es...? – Se detuvo Hyunjin al sentir como la lluvia mojaba su cabeza, se giró a ver al mayor y preguntarle que le pasaba cuando lo encontró desvanecido en el piso.

Hyunjin se apresuró a correr a su lado y sin importarle su ropa de marca se arrodillo en el piso y empezó a sacudir el cuerpo de Minho esperando que reaccionara.

- ¡Señor Lee! ¡Minho! ¡Reacciona por favor! –Las personas que pasaban por ahí comenzaron a reunirse alrededor suyo para ver qué era lo que estaba pasando.

-Ya llamé a una ambulancia. – Dijo una señora igual de preocupada acercándose a su lado.

- ¡Minho! – Seguía tratando de despertarlo en vano.

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