Capítulo 10: Sirius Black

48 3 0
                                    

— Hey, Albus.

— Dime, príncipe.

El chico rubio se levantó de su sillón y caminó hasta la bañera, en medio de la habitación, en la que estaba su novio.

— Tenemos que hablar. Quiero tener todo listo para cuando sea el momento de ir...

— Silencio, Scorpius.

El chico se sorprendió de que lo callara de una manera tan brusca. Se enfadó por ello e iba a hacérselo saber cuándo Albus se levantó de manera brusca y con un ademán de varita se secó y vistió, al tiempo que desaparecía la bañera.

— ¡Albus, cariño!

Todo pasó demasiado rápido. Prontamente había una señora mayor, peliroja y baja, entrando por la puerta del dormitorio, sin sí quiera tocar.

— Abuela, que gran placer verte. — Dijo Albus en un tono descarado de desagrado.

La mujer, que estaba ya frente a él, cambió su expresión inmediatamente a una de enojo y le propinó una cachetada al chico.

— ¡¿Esa es la forma en que le hablas a tu abuela, pequeño mocoso?!

Scorpius se espantó tanto que se puso frente a Albus y la empujó. Solo entonces aquella mujer pareció darse cuenta de su presencia. Podía notar que era violenta y grosera, pero de verdad que no había esperado que intentara golpearlo a él también. ¡Si apenas y lo conocía! Scorpius, que en realidad siempre había sido inofensivo, solo supo cerrar los ojos, esperando el dolor; pero al ver que no llegaba, los abrió de nuevo y encontró una escena frente a él.

Albus, quien no había parecido mínimamente interesado en evitar que la mujer lo golpeara, ahora agarraba su muñeca con fuerza, evitando que hiciera contacto con el rostro de su novio. La mujer se encontraba en un shock furioso, mientras que el príncipe del sur la observaba con soberbia y desafío en la mirada.

— No me importa que me golpees. Tengo que soportarlo, lastimosamente... pero no te atrevas a levantarle la mano de nuevo a Scorpius Malfoy, vieja bruja.

La mujer, que al parecer de Scorpius estaba loca, se desplomó en el piso para gran sorpresa suya.

— ¿E- está bien?

— Sí. No se preocupe, Malfoy. Esa arpía es una dramática. Venga conmigo. Lo llevaré a un lugar en el que pueda estar seguro y cómodo... Llamaré a limpieza para que se la lleve.

Ya iban cruzando el marco de la puerta cuando Albus mencionó aquello último. La anciana se levantó de nuevo y empezó a perseguirlos.

— ¡¿Cómo te atreves a decir eso de tu propia abuela, mocoso desagradecido?!

Albus rió y, tomando la mano de Scorpius, salió corriendo; llevando a este tras de él, casi a rastras. Finalmente llegaron al jardín, dónde había una gran reunión. Sabía que vendrían para la boda, que sería dentro de dos días, pero no sabía que sería tan pronto, creía que sería el mismo día. 

— Si esa arpía está aquí, entonces el resto también. Ven, te presentaré a la familia.

Lastimosamente, Lily estaba entre ellos, y al ver a Scorpius sus ojos se iluminaron. Queriendo robarlo al instante, se acercó.

— Albus. Scorpius. Que agradable verlos. Gracias por traer a Scorpius hasta aquí, hermanito. Ahora, sería un honor poder presentarle a mi familia, así que te agradezco que...

— Un honor que será mío. Que tengas buen día, Lily.

Albus la pasó por completo y caminó hacia los miembros de su familia que se reunían alrededor de una cajita, que él sabía perfectamente qué era.

𝕸𝖎 𝖕𝖗𝖎́𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora