𝕸𝖎 𝖕𝖗𝖎́𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊

Capítulo 12: Final

Scorpius había sentido la fuerza del impacto retumbando por todo el palacio, pero eso no lo preparó para lo que veía. Entraba él al salón y su primera impresión fue de desgracia, como si pudiera olerla. Era toda una escena. La sala estaba destruida, se estaban llevando a una señora arrestada y su padre se hallaba inconsciente en medio.

— ¡Papá!

Corrió hacia él, pero no le dejaron acercarse mucho. Se lo llevaron.

— ¡¿Qué sucedió?! — Exigió saber Scorpius

— Hubo un enfrentamiento. No se preocupe por eso, príncipe. El rey estará bien.

— ¡Príncipe Malfoy! ¡Venga con nosotros!

Unas personas, que ni siquiera tenía idea de quienes eran, se lo llevaron de ahí con rapidez. Lo empujaron por pasillos hasta llegar a una habitación. No estaba procesando realmente su alrededor. Estaba en una especie de shock por la preocupación.

— Necesito ver a mi padre.

— Necesitamos vestirlo. ¡Quédese quieto, por favor!

Scorpius seguía luchando contra las personas que querían vestirlo, maquillarlo e infinidad de cosas más.

— ¡Demando ver a mi padre! ¡Yo soy el príncipe del norte! ¡El mayor y único heredero! ¡Si algo le pasa a mi padre, les juro que mi primera orden será entrar en guerra con este maldito reino! ¡Y sus cabezas serán las primeras en caer!

Todos se detuvieron. Era una gran sorpresa ver al príncipe si quiera enojado, mucho más gritando; pero aquellas palabras tan crueles eran un shock total. Lo soltaron y retrocedieron, haciendo una reverencia muy cordinada.

— Lo sentimos, su alteza real.

— Iré a ver a mi padre.

Scorpius se apresuro a la enfermería, donde estaba el hombre. Apenas entró, vio la escena más triste que jamás sus ojos habían presenciado. Draco estaba despierto, sentado en una camilla, abrazando sus piernas con la mirada perdida, como si estuviera muy lejos de aquí.

— ¿Papá?

Draco levantó la cabeza y lo observó en silencio por unos segundos.

— Oh... veo que ya estás vestido para la boda... bien... no voy a poder ir...

— ¿Qué..?

Scorpius observó la vestimenta que tenía puesta. Realmente era aquella que habían escogido para él. No se había dado cuenta de que eso era lo que le habían estado colocando con tanto afán.

— Yo... no me casaré contigo así, padre. Dime que te pasó.

Scorpius intentó tocar su mano, pero el hombre se encongió más, evitándolo.

— Tienes que casarte. Ahora no tenemos opción. Ahora que no hay ningún...

Draco se cortó y apretó los labios, con lágrimas formándose en sus ojos.

— Tienes que casarte.

Scorpius pensó que era momento de ponerse firme con su padre, como nunca había hecho.

— No me casaré, padre.

— No lo entiendes... — Respondió en un susurro

— Claro que lo entiendo. Sé lo importante que es, pero...

— ¡No lo entiendes, Scorpius!

— ¡Tú tampoco entiendes!

— ¡¿Crees que no sé?! ¡¿Crees que no he notado la forma en que miras a Albus Potter?! ¡¿La forma en que rozan sus manos cuando caminan?! ¡¿Como se tocan, aunque solo sea una palmada en el hombro?! ¡¿Crees que no lo sé?!