Capítulo 11: Molly Weasley

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— Disculpe, ¿ha visto al rey Malfoy?

— No desde que dejó sus aposentos.

— ¿Dejó sus aposentos? ¿Sabe a dónde fue?

— No, lo siento, señor.

Harry esperó a que los criados del rey se fueran para entrar en el ala en que se hospedaban Draco y Scorpius. Fue directo hasta la habitación de Draco.

Memoria vestigiis

Una proyección de Draco apareció, recreando los pasos que había recorrido antes. Lo vio colocarse una capa y aplicar un hechizo de ilusión a sí mismo. Lo persiguió por todo el castillo, hasta verlo salir por la puerta principal.

— Mierda, ¿qué estás haciendo, Draco?

Aplicó un hechizo sobre sí mismo también y salió en su búsqueda. Siguiendo sus pasos, llegó hasta una taberna en la que vio la figura del hechizo entrar. Entró deseando lo mejor. No fue dificil encontrarlo, hubiera sido imposible no hacerlo. 

— ¡Una más! 

Draco estaba rodeado de hombres, mientras reía y bebía. Parecía estar feliz. Sintió un dolor en el pecho al ver lo que había causado. Draco se veía tan contento, ahí, bebiendo hasta olvidar sus penas. Él era su pena. 

— Y así, señores y señoras... y... personas... y todos... — Decía Draco arrastrando las palabras — ¡¡...es como se bebe en el reino del sur!!

Draco recibió vítores mientras se mandaba toda la jarra de cerveza de mantequilla.

— ¡¡Fondo!! ¡¡Fondo!! ¡¡Fondo!!

— ¡¡Nada de fondo!! ¡¡Mi esposo, señores, está embarazado!! — Interrumpió Harry, abriéndose paso hasta Draco.

Todo se había vuelto silencioso de repente. Nadie decía una palabra mientras Harry le quitaba la jarra de la mano a Draco.

— ¿Estás bien, cariño? No puedes beber así.

— Deberías tener cuidado con lo que dices... — Dijo un hombre corpulento de aspecto serio; aunque juraba haberlo visto celebrando a Draco mientras bebía — ...sobre todo, dónde lo dices.

Harry se dio cuenta entonces de la magnitud de sus palabras. Había estado viviendo en su idilio de amor con Draco y había olvidado por un segundo que, en el mundo real, ellos no eran aceptados.

— Yo no...

— Tienes suerte. Caiste tal vez en el único lugar seguro que tendrías en este reino para hablar esas palabras.

El hombre hizo un ademán señalando. Harry vio con alivio que habían muchas parejas del mismo sexo ahí.

— Bienvenido a Michelangelo's. El mejor bar gay del reino. ¡Que siga la fiesta, muchachos!

Los músicos volvieron a tocar y todos reanudaron sus charlas. Muchos se acercaron, curiosos por el embarazo de Draco.

— ¿Naciste en el cuerpo de una mujer acaso? ¿Un cuerpo incorrecto?

— ¿Hay alguna forma de que...?

— ¿Es brujería?

— Wow, calmados. — Avisó aquel hombre — Hey, amigo, ¿es verdad lo que este extraño ha dicho?

Draco asintió, para sorpresa de varios.

— Estoy esperando un hijo... su hijo. — Dijo señalando a Harry.

Su expresión cambió entonces. Una tristeza recorrió sus facciones angelicales.

— Pero él no lo quiere... ni me quiere a mí. — Dijo al borde de las lágrimas — Se va a casar con una mujer.

𝕸𝖎 𝖕𝖗𝖎́𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora