Capítulo Seis.- El baúl de los secretos ha sido abierto, y no podrá cerrarse

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—¡Hey, MK!— Llamó Tang, acercándose al dúo, su frente sudada a causa del esfuerzo, se tuvo que tomar un tiempo para respirar antes de levantar la mirada. —Necesitamos un poco de tu ayuda, estamos reabasteciéndonos de suministros y nos dimos cuenta que casi no tenemos agua, ¿te importaría ir con Macaque a los manantiales cercanos por más? Ninguno de nosotros puede cargar tanto peso y Sandy está ocupado con los neumáticos— Explicó, en sus manos sostenía grandes contenedores vacíos. —Alguien tiene que asegurarse de que no intente envenenar el agua o algo así— Susurró, su mano derecha cubriendo su boca, metros más lejos estaba el mono de las sombras, de brazos cruzados mientras miraba amenazadoramente al erudito, sus orejas se crisparon ante los murmullos del hombre.

—No te preocupes, iré, de todas maneras no creo que él haga algo así— Intervino MK, quitándole los cubos de almacenaje.

—Además, si lo hiciera me daría cuenta— Secundó Monkey King, sin despegar su vista de los platos sucios, ambos humanos se miraron antes de asentir.

—Regresaremos pronto—

El chico se acercó a Macaque, caminando hacia el bosque sin decirse palabra alguna, la incomodidad plausible en el aire le hizo tragar saliva a un nervioso MK, no había hablado mucho con el guerrero desde que este se había unido, si bien, había cumplido sus condiciones casi al pie de la letra, tampoco había hecho un esfuerzo real por integrarse al grupo, siendo tan huraño como un gato callejero.

—Entonces...— Inició, arrastrando las palabras para llamar la atención de Macaque, el mono lo miró de reojo, las ramas de los árboles permanecieron estáticas a su pasar mientras el camino comenzaba a ascender, empinándose a una pequeña montaña donde el grupo había encontrado los manantiales. —¿Qué pasó? con la boda y todo eso— Se explicó con rapidez, mirando el ceño fruncido del adulto.

—No es asunto tuyo— Gruñó, adelantándose al chico que lo miró ofendido.

—¡Oh, vamos! No pueden soltarme toda esa información en la cara y después pretender que no quiero saber el resto de la historia— Se quejó MK, la mirada amenazante del mono negro le hizo encogerse sobre sí mismo, el tono rudo de su voz le causó un escalofrío.

—Yo no te conté nada, Bull King fue el idiota al que se le ocurrió sacar ese tema a la luz, eres su heredero, pero lo que haya pasado entre nosotros no te corresponde— Dijo secamente, reanudando el paso cuesta arriba.

—No quiero ser un entrometido— Murmuró el niño con la vista gacha.

—Pues ya lo eres—

—Sé que esto no tiene nada que ver conmigo, sólo estoy intentando entenderlos, saber porqué se odian tanto, de donde viene toda esa ira, no finjas que he olvidado que me usaste— lo señaló con un dedo.— intentaste robar mis poderes para matar a Monkey King y luego también intentaste matarme a mí—

El guerrero suspiró, mirándolo de soslayo.

—MK, no todas las historias merecen ser contadas, si te digo la verdad ahora significaría derrumbar el pedestal en donde tienes a Wukong, he intentando hasta el cansancio hacerte entender que tu ídolo no es más que un idiota que sólo se preocupa por sí mismo, incluso si realmente es capaz de amar, no es suficiente para que deje de dejar a los demás de lado por sus propias razones egoístas, y te dolerá más cuando te des cuenta de ello— Exclamó con seriedad, sus ojos fijos al frente.

El chico apretó sus puños.

—Él no me va dejar, lo prometió— juró, Macaque se rio bajito a un lado suyo.

—Sí, conozco el sentimiento, yo también fui así de ingenuo—

Permanecieron unos minutos en silencio, finalmente llegaron a los nacimientos de agua potable, ambos se acercaron a la gran fuente rebosante de líquido transparente.

Full DisclosureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora