No mentiría si decía que no estaba asustada y con una ganas inmensas de ir al baño, algo de suma urgencia, pero para su desgracia no había tiempo. Corría por los pasillos ganándose reproches de algunos maestros, era el segundo día de clases y aún no se acostumbraba a la rutina, debido a que la escuela le quedaba más lejos que antes tras la mudanza. A pesar de todo, tenía algo claro: Si llegaba tarde, el profesor Haruka la dejaría con una sanción de quedarse limpiando el salón después de las clases.
Chocó con fuerza contra la espalda de alguien y cayó al suelo, no le importó demasiado el hecho de caer, más bien era el hecho de que su falda se elevó más de lo debido, provocándole un sonrojo en todo el rostro.
— ¿Estás bien? —Unos ojos cian, un color como ninguno, se aparecieron frente a ella y el hombre le extendió la mano con una expresión de preocupación en su rostro, dicho hombre había salido de un salón muy repentinamente, así que también tenía parte de la culpa.
— Sí. Discúlpeme, Gojo sensei... No me fijé bien por dónde iba —Sostuvo suave la mano del mayor, quien la ayudó a levantarse. No estaba de sobra decir que a su alrededor algunas alumnas miraban con emoción y otras con envidia la escena; él era bastante popular por su atractivo y su personalidad encantadora. No obstante, la chica lo veía cómo alguien que admiraba y respetaba, nada más.
— Tarde otra vez... ¿No? —Sonrió tras soltarle la mano, la de cabello rubio asintió con una sonrisa amable— Te acompaño, ya te retrasaste, diré que estabas ayudándome a llevar libros... Aunque no estoy seguro de que tu maestro haya llegado.
— Gracias —Ambos emprendieron un camino más relajado a diferencia de la desesperada carrera que había tenido la muchacha, mientras tanto iban charlando acerca de lo que sería el año respecto a las clases. El día estaba realmente hermoso, estaba soleado pero se podía sentir el viento suave en el exterior, probablemente al atardecer habría un maravilloso cielo anaranjado brindándole una apariencia pacífica y relajante a los paisajes.
Los pasillos de color blanco, notablemente limpios, eran bastante monótonos y muy aburridos de ver, pero no era como si alguien se pusiera a darle importancia a esto. La mayoría ni siquiera notaba cuando habían novedades en la infraestructura debido a que se la pasaban charlando con amistades, haciendo tareas a último momento, disfrutando una comida, o simplemente tomando siesta en el receso. Luego estaba la gente como Naoko, a quienes les parecía tentador hacer pequeños dibujos en rincones que pocas personas lograban encontrar, era divertido cuando pasaban días y de pronto un profesor lo notaba, quedando simplemente impactado por la “falta de respeto”.
La joven no era tan problemática, más allá de perderse en sus pensamientos, dormirse en clases y rayar de vez en cuando un rincón de la instalación –con dibujos de siluetas humanas con palitos– no causaba peleas, ni tampoco era directamente irrespetuosa con los mayores, cosa que de otros allí sí hacían.
Al llegar al salón, para su sorpresa y alivio, no se veía dentro al profesor que tanto le causaba problemas cuando llegaba tarde de vez en cuando, eso de todos modos era a causa del tráfico y no por quedarse más minutos en la cama... A veces. Se despidió de Gojo para luego meterse al aula y tomó asiento junto a la ventana, a su derecha se hallaba una chica de cabello negro ondulado, tenía ojos verdes y sus labios tenían un sutil labial rosado sutil dándole un toque delicado a su rostro, la chica volteó frunciendo el ceño y la miró con desprecio.
— Hey, no me digas que estabas comiéndote completo a Gojo —Dijo la adolescente. Naoko la observó sintiendo un tic en su ojo derecho, así que comenzó a reír burlonamente y luego posó su mano sobre la mesa de la rubia— Es broma, pero ¿Sabes qué no es broma? El profesor Haruka no vendrá. De hecho, oí que lo descubrieron junto a la profesora Kaori ¿¡Puedes creerlo!? El desgraciado estaba casado y tenían sexo en el salón de ciencias.
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Ryōmen Sukuna: Sensei Me Odia [EDITANDO]
FanficEn esta historia, no existen las maldiciones, Sukuna es un profesor. No obstante, a pesar de ser un humano, su fijación por su alumna de último año hará que el monstruo en su interior salga a tomar algo de luz. Las cosas no comienzan bien, formando...