Al fin estaban en la cabaña. Para desgracia de Dai, los chicos debían dormir juntos y las chicas en otra habitación, así que tendría que lidiar con la cercanía entre él y Haruki, mentiría si decía que no estaba nervioso.
Desde el día en que el pelirrojo se atrevió a besarlo, de vez en cuando lo recordaba o tenía “pesadillas” con ello. Para él era un desastre, pues lo que menos deseaba era tener en su mente aquél día, el hecho de que inconscientemente estuviese siendo más atento y cercano con el chico lo hacía peor. Tanto así que durante el viaje en el bus, Haruki se fue durmiendo apoyado en su hombro, la excusa que utilizó cuando Kyomi le cuestionó al respecto –no por celos, sino por lo novedoso que era eso– fue que “no quería dejar caer su cabeza, pues su cuello le dolería”. Bien sabía él que la verdadera razón, por mucho que odiado admitirlo, era que se sentía cómodo de esa forma.
Las cosas se complicaban para él
Se sentía culpable por ello. Últimamente, Kyomi y Dai volvían a actuar como amigos, aunque ninguno decía nada al respecto, ambos comenzaban a pensar que estaban confundiendo sus sentimientos. Se querían mucho, pero quizás no del modo que ellos creían, si hubo atracciones, ésta comenzó a apagarse, ni la pelinegra ni el ojiavellana sabían cómo tocar el tema, creyendo que lástimarían al otro.
— ¿Tienes algo de perfume? Olvidé traer el mío —Se quejó Dai acomodando su bolso en el suelo tras buscar entre sus cosas desesperadamente, se había dado una ducha rápida y tuvo que vestirse rápidamente para buscar el objeto inútilmente. Las habitaciones eran para dos personas, así que se encontraban solos para ese momento, su estómago estaba jugándole una mala pasada a causa de los nervios.
Haruki entró en la habitación inocentemente tan sólo con una toalla rodeando su cintura y otra cubriendo desaliñadamente su cabello que goteaba, era muy despreocupado de ello y no le importaba ser visto. Tomó su perfume de su maleta y se lo entregó a su compañero— Ten, puedes dejarlo en la mesita de noche, lo usaré en cuando termine de vestirme —Se volteó para comenzar a preparar la ropa que se pondría, como habían llegado de noche sólo cenarían y al día siguiente iban a ir a recorrer una de las montañas. El peliazul se quedó viendo unos instantes al chico, era delgado y su espalda no era muy ancha, podía notar desde esa distancia que tenía una suave piel.
«Tranquilo, Ned, piensa en la biblia», se dijo a sí mismo al darse cuenta que fantaseaba con tomar por la cintura a su amigo.
— Deberías dejar de mirarme así, Dai-chan —Habló con falsa timidez Haruki, mirándolo de reojo y con sus mejillas algo ruborizadas. El peliazul frunció el ceño y decidió que lanzarle una almohada era lo mejor, luego se colocó el perfume.
~•~
Estaban en plena caminata por la montaña, la brisa lograba mantener a los chicos frescos y así no morir de deshidratación por el sol. Dai y Haruki caminaban un poco más adelante, mientras que Kyomi y Naoko iban juntas, pues la pelinegra estuvo comentándole respecto a cómo se sentía en la relación, tenía planeado tener una charla con el chico ojiavellana durante la noche, así poder buscar una solución sin arriesgar la amistad
Cuando había acabado el tema, hablaban de cosas triviales y de vez en cuando Naoko recibía burlas por parte de su compañera, ya que ésta se había escapado a ver las estrellas y Gojo acabó llevándola alzada por el cuello del pijama a la habitación donde se hospedaba Sukuna, quien era uno de los profesores que acompañaban a los alumnos. Harta de aquello, la rubia decidió que lo mejor era molestar de vuelta a su querida amiga, la empujó sorpresivamente y la hizo caer entre unos arbustos, un grito de la chica y otro de una voz muy familiar para ella la hizo paralizarse— Oh, mierda... —Tragó en seco al ver una cabellera blanca asomarse poco a poco junto a la cabeza de Kyomi— No puede ser...
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Ryōmen Sukuna: Sensei Me Odia [EDITANDO]
FanficEn esta historia, no existen las maldiciones, Sukuna es un profesor. No obstante, a pesar de ser un humano, su fijación por su alumna de último año hará que el monstruo en su interior salga a tomar algo de luz. Las cosas no comienzan bien, formando...